A raíz del llamado del Ministerio de Salud de la Nación a licitar para comprar 10 mil penes de madera, se generó un debate que fue desde la crítica sin argumento hasta la defensa de dicho material didáctico.
Por Emi Urouro
La cartera que dirige Carla Vizzotti fue puesta en agenda por una de sus últimas medidas, la intención de adquirir dispensers de preservativos, maletines y penes de madera para capacitar en prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) en espacios sanitarios y educativos.
Y como era de esperarse, en una sociedad atravesada por internet, se armó la gresca: hubo personas que cuestionaron la decisión y la cifra destinada -$13.371.100 para adquirir 10 mil de estas herramientas didácticas para concientizar y evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual – y quienes defendieron la propuesta del Gobierno.
«Compren vacunas» «¿Para qué necesitan esos penes de madera en el colegio?» «Es un gasto innecesario», fueron algunos de los comentarios que se repitieron en redes sociales, en grupos de wassap, en programas hegemónicos de televisión.
Se politizó, ridiculizó y ninguneó la posibilidad de una inversión estatal en materia de salud sexual y reproductiva, algo indispensable para, por ejemplo, garantizar una ley tan necesaria como la Educación Sexual Integral. Queremos ir más allá de la burla, queremos que las alumnas y alumnos tengan acceso a una ESI de calidad, que llegué a todos los rincones del país.
En relación al punto anterior, comparto la postura de Fundación Huésped: «Esta cuenta banca cualquier elemento que contribuya a que las personas se pongan bien el forro». Y compartieron su guía para Uso correcto del preservativo y campo de látex.
Una figura pública que salió a la cancha fue la ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien destacó que el debate generado visibilizó y confirmó cuánto necesitamos ESI en nuestra sociedad.
«Las prácticas sexuales protegidas previenen infecciones de transmisión sexual como la sífilis y el VIH. Enseñar a usar preservativos es una forma de educar en el cuidado individual y colectivo».
Carla Vizzotti, ministra de Salud.
ESI, que te quiero para elegir libremente
Ya se habló de los montos para la licitación, del tamaño de estás herramientas didácticas, de que si es o no un «gasto necesario», por eso, queremos hacer foco en la Educación Sexual Integral, el debate que realmente nos debemos como sociedad.
Me comuniqué con Samanta Levet, docente y co-autora del proyecto de ESI www.sexeduc.ar, a raíz del debate generado por la decisión del ministerio de Salud.
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«LA EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL ES UN DERECHO, pero lo es desde el 2006 que se sancionó la ley 26.150, parece mentira que quince años después nos sigamos escandalizando cuando se busca garantizar ese derecho. Dar ESI es clave porque garantiza ese derecho proclamado en la ley pero que no siempre se garantiza. Y el rol del Estado es fundamental para hacer garantizar ese derecho», enfatizó
Levet fue clara: la ESI libera, previene abusos, permite cuidar el cuerpo y la salud, promueve relaciones saludables, el respeto a la intimidad, la valoración de la afectividad, el respeto a la diversidad de identidades. En pandemia las enfermedades de transmisión sexual aumentaron exponencialmente, por eso se vuelve fundamental no olvidar garantizar ese derecho.
Me explicó que los penes de madera sirven para enseñar una adecuada colocación del preservativo. Y no, no se puede hacer con bananas, pepinos y otros alimentos. Quienes ejercen la docencia necesitan contar con recursos adecuados para la enseñanza de la ESI.
«Incluso, en mi caso, trabajo con vulvas que mandé a imprimir en 3D para enseñar, por ejemplo, el uso de un campo de látex. Pero estas decisiones no pueden quedar libradas al compromiso de un/a/x docente con la enseñanza de la ESI. Es el Estado quien debe estar presente para garantizar los recursos que garantizan su enseñanza», dijo Samanta.
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En esa línea, advirtió que, al día de hoy, quince años después de su sanción, la enseñanza de la ESI sigue estando librada a la decisión de docentes comprometidos con su contenido, «que por suerte hay y muchas/os, pero no es suficiente». Por otra parte, comentó que la compra de penes de madera por sí mismos tampoco garantizan nada: es necesario tener a toda la docencia capacitada y comprometida con la ESI, contar con más capacitaciones, más recursos didácticos.
Para la entrevistada, el escándalo y la repercusión mediática de esta posible compra, demuestra cuánto nos falta por recorrer en materia de educación sexual integral.
«Las y los estudiantes que reciben ESI son estudiantes que cuentan con herramientas que los empoderan y los protegen en su vida cotidiana. Son estudiantes que pueden expresar sus emociones y sus sentimientos, que pueden decidir con libertad y responsabilidad sobre cuándo iniciar relaciones sexuales y con quién»
Samanta Levet, docente y co-autora del proyecto de ESI www.sexeduc.ar
¿Cómo beneficia al estudiantado la ESI? Siguiendo la experiencia docente de Levet, a partir de ella, pueden erradicar mitos que han escuchado para tener información científica a la hora de prevenir embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual.
Además, pueden identificar situaciones que no los hacen sentir bien y hablar a tiempo: «La ESI les permite entender el consentimiento. Son estudiantes más empáticos, más respetuosos de la diversidad, más seguros de sí mismas/os. Son niñas, niños y jóvenes que saben que tienen a quién acudir en casos de violencia sexual»
Esta normativa es de vanguardia a nivel regional, pero no siempre se garantiza en la práctica. Por eso, la decisión de un Estado de comprar recursos didácticos para la enseñanza de la ESI es algo para celebrar, sobre todo, porque quienes dan ese contenido saben todo lo que falta por recorrer en materia de salud sexual.