El presidente electo quiere que se haga cargo de resolver el problema de las Leliqs. Caputo es recordado por ser uno de los responsables de la crisis económica del Gobierno de Mauricio Macri.
Luis «Toto» Caputo será el encargado a ocupar el Palacio de Hacienda a partir del 10 de diciembre, cuando asuma a la Presidencia el mandatario electo, Javier Milei.
El plan del líder libertario es que Caputo se haga cargo de resolver el problema de las Leliqs, condición que Milei cree necesaria para abrir el cepo y bajar la inflación.
“Luis Caputo es una persona que está en condiciones de estar en el cargo, es alguien que tiene la expertise necesaria para desarmar el problema monetario de las Leliq y darle una solución desde los mercados financieros y terminar con el cepo”, dijo el presidente electo.
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Esta semana, Milei viajó a Estados Unidos para entablar relaciones con la Casa Blanca y el FMI, y fue acompañado por Caputo, Karina Milei y Nicolás Posse. Al regreso, el futuro presidente confirmó a la prensa que el exministro de Finanzas será el próximo ministro de Economía.
El paso de Caputo por el Gobierno de Macri
«El Messi de las finanzas», como lo llamó Marcos Peña, fue secretario de Finanzas entre 2015 y 2016; luego fue ministro de Finanzas, en 2017; y más adelante presidió el Banco Central de la República Argentina, entre junio y septiembre de 2018.
«Toto» Caputo es recordado por ser parte de la renegociación de la deuda con los fondos buitres en el inicio del Gobierno de Mauricio Macri, en 2016, junto al exministro de Economía, Alfonso Prat Gay.
En su paso por Finanzas, duplicó los intereses de la deuda del Tesoro en solo un año. Según un relevamiento del Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (ODE-UMET), durante ese período la Argentina tomó deuda por 142 mil millones de dólares, de los cuales el Tesoro Nacional emitió 118 mil millones. A su vez, el mismo relevamiento informó que se fugaron 88.084 millones de dólares.
La debacle financiera de Caputo llevó a que, a fines de 2017, el mercado financiero internacional le negara los créditos a la Argentina. Al «Messi de las finanzas» se le había esfumado la mayor parte de los dólares que el nuevo gobierno de Macri había conseguido.
En abril del 2018 se produjo la primera corrida cambiaria en la era Cambiemos. Para responder a la demanda de dólares y contener el precio de la divisa, el BCRA debió vender US$1.471 millones en el mercado cambiario. Sin embargo, las estrategias fueron insuficientes: con el correr de las semanas el valor del dólar pasó de $20 a $28. Y así siguió, hasta que a finales de agosto ya rondaba los $40.
En el medio de esa crisis cambiaria, Caputo pasó de ser ministro de Finanzas a ser presidente del Banco Central para dar «señal de confianza» a los mercados. Pero su paso duró pocos meses. Sin crédito internacional y con pocas reservas, Mauricio Macri recurrió al FMI y fue el mismo organismo el que pidió la renuncia de Caputo durante la negociación del préstamo.