Fue apartado de su hogar por violencia psicológica a su hija trans
En la ciudad de Bell Ville, el padre de una joven trans de 17 años fue apartado de su hogar. Se le solicitó al hombre que viva fuera de su casa por al menos 60 días, después de que su hija lo denunciara por violencia psicológica. En la ciudad de Bell Ville, la Justicia le […]
Por Carmela Laucirica | 04/09/2020
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En la ciudad de Bell Ville, el padre de una joven trans de 17 años fue apartado de su hogar. Se le solicitó al hombre que viva fuera de su casa por al menos 60 días, después de que su hija lo denunciara por violencia psicológica.
En la ciudad de Bell Ville, la Justicia le ordenó al padre de una joven trans que abandone su hogar. Esto sucedió tras la denuncia de la joven de 17 años, quien afirmó ser víctima de violencia psicológica. Se le solicitó al hombre que viva fuera de su casa por al menos 60 días.
La joven llamó al teléfono 0800 – 888-9898, denunciando que sus padres ejercían violencia psicológica y ambiental contra ella. Esto se debió al "rechazo" que les genera que su hija se autoperciba como mujer.
Desde el Juzgado de Competencia Múltiple, recibieron la denuncia desde la Secretaría de Lucha contra la Violencia a la Mujer y Trata de Personas. Después, se comunicaron con la joven, quien solicitó que apartaran a su papá de su hogar, para intentar convivir con su madre.
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En su relato, la joven detalló que tanto su familia, como algunas personas que trabajan en las instituciones locales, no aceptan su identidad de género y la tratan como varón aunque que ella se autoperciba mujer.
En cuanto al padre, el juez Eduardo Pedro Bruera le prohibió comunicarse con su hija, así como también acercarse a una distancia menor a 100 metros. Por ahora, estas medidas durarían 60 días, pero si la situación familiar mejora, puede cambiar el plazo.
Además, el juez Bruera le explicó a los padres de la joven que sus maltratos y la humillaciones hacia ella, por su identidad de género, “son tipos de violencia familiar y una forma de discriminación que pueden causar daños muy graves a su integridad”.
Con las instituciones locales, el magistrado fue determinante: el derecho de la joven a recibir un trato digno no depende de la opinión personal de la gente, es una obligación institucional. Al incumplirla, las instituciones podrían recibir sanciones legales.
Por Carmela Laucirica
