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Jujuy: ¿Todo por el litio?

Mientras asoma un tímido y parcial debate sobre la industrialización del litio en el país, las multinacionales se llevan todo puesto, inclusive minerales que nadie conoce. Desde el puerto y de ambos lados de la grieta esbozan ideas y proyectos pero ninguno tiene en cuenta la opinión de las comunidades que habitan desde siempre los […]

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Mientras asoma un tímido y parcial debate sobre la industrialización del litio en el país, las multinacionales se llevan todo puesto, inclusive minerales que nadie conoce. Desde el puerto y de ambos lados de la grieta esbozan ideas y proyectos pero ninguno tiene en cuenta la opinión de las comunidades que habitan desde siempre los codiciados territorios andinos. ¿Qué piensan dichas poblaciones indígenas sobre los planes neocolonizadores? ¿Qué y quiénes están detrás de la reforma?

Foto: Susi Maresca para Agencia Tierra Viva

Entre los graves cambios que la reforma completa de la constitución provincial de Jujuy (no consultada ni consensuada con la ciudadanía) provoca al orden civil, político y económico existente, se encuentra la extrema vulneración a los derechos de los pueblos indígenas consagrados en el convenio 169 de la OIT, la declaración de la ONU sobre los derecho de los pueblos indígenas, y las distinta leyes nacionales como la Ley Nª 23.302 y la Ley 26.160. Pero ¿Cuál es el objetivo detrás de legalizar una nueva campaña genocida contra los pueblos originarios de Jujuy?

Es llamativo que una provincia de una república pruebe “independizarse” de la propia constitución nacional del país del cual forma parte y al mismo tiempo desconocer los convenios, acuerdos y leyes internacionales. ¿Qué intereses económicos hay detrás de semejante disparate?

Jujuy, además de ser un territorio habitado por una interesante pluriculturalidad -no reconocida por el Estado- y elocuentes paisajes naturales, también es es una provincia con grandes reservas de minerales y  bienes comunes naturales que las actuales potencias mundiales -hoy en disputa bélica, comercial, económica, política- necesitan para sostener sus modelos de producción y disputar la hegemonía del orden global. Litio, coltán, tierras raras, agua, son algunos de los elementos que más demandan desde el polo occidental como del asiático.

Entonces, Gerardo Morales, gobernador de la naciente “República de Jujuy”, tras la aprobación ilegal e ilegítima de la nueva constitución, ubica a todo el territorio provincial como tierra de sacrificio para el saqueo “legal” de las multinacionales yanquis, australianas, canadienses, chinas, etc, al mismo tiempo que criminaliza la protesta, crea un virtual estado de sitio donde los derechos humanos, políticos y civiles quedan en estado de suspenso y pone en marcha un nuevo genocidio indígena.

LITIO: TANTO BRILLAS QUE OSCURECES

El litio está en agenda permanente desde hace no menos de dos años. Este mineral se presenta como el “salvador” de una Argentina en crisis, saqueada y endeudada por todos lados y demarcada por las potencias mundiales como un territorio idóneo para sostener sus modelos de vida. Pero ¿a qué costo? 

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Argentina cuenta con el 22% de las reservas de este mineral a nivel mundial. Junto con países como Bolivia y Chile conforman el denominado “triángulo del litio”. El capitalismo financiero tiene una enorme creatividad para borrar límites políticos y fronteras con el afán de marcar a su antojo los nuevos mapas según sus necesidades. Triángulo del litio, Vaca Muerta, Hidrovía, etc. Sinceridad al extremo, como ya lo demostró Laura Richardson, Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos  al afirmar que Argentina tiene todo lo que ellos necesitan. O como también lo expresó la máxima representante de la Unión Europea Ursula Von Der Leyen en su afán por apurar los tratados de “libre comercio” entre las Américas y las Europas. Ambas lideresas estuvieron visitando la región antes de la feroz represión en Jujuy. Del dicho al hecho, el camino es fugaz.

Catamarca, Salta, La Rioja, San Juan y Jujuy forman parte de este triángulo. En Jujuy la explotación del mismo comenzó hace al menos cinco años. Y las consecuencias ya están a la vista.

El único proyecto operativo 100% en la provincia es el de “Sales de Jujuy” ubicado en el Salar Olaroz-Cauchari, en el departamento de Susques. Allí se produce hidróxido de litio para baterías, carbonato de litio de grado técnico, que se usa en la industria del vidrio y la cerámica, y el carbonato de litio de grado de batería usado por las empresas que fabrican este tipo de artefacto.

Algunas de las empresas que intervienen directa o indirectamente en este proyecto y en los más de 38 que se estàn por instalar en las distintas provincias, son Black Rock, Pan American Energy, inversiones de Bill Gates a través de Breakthrough Energy Ventures, The Engine, Lilac Solutions, junto a convenios con la compañía minera Lake Resources como a su vez reconocidos multimillonarios con acciones en estas empresas tales como Jeff Bezos, precursor de Amazon y Jack Ma, cofundador de Alibaba y Michael Bloomberg.

El proyecto ejecutado en Jujuy es operado por Sales de Jujuy S.A, una sociedad anónima compuesta por la australiana Allkem, la Toyota japonesa y una empresa estatal con minoría accionaria que es JEMSE. Recordemos que camionetas de Toyota fueron utilizadas por la Policía de Jujuy para secuestrar manifestantes el “martes negro” de la represión.

La lista de capitales extranjeros no termina allí. La organización FUNDEPS reveló la estructura de Sales de Jujuy y demuestra quiénes son los interesados en el subsuelo de Jujuy. 

Además del litio, existen en Jujuy grandes reservas de “tierras raras” y de coltán. Ambos minerales son muy demandados por las potencias mundiales y sus empresas satélites ya que los mismos son utilizados para la fabricación de computadoras, pantallas, celulares, y también armamento pesado.

Detrás del brillo del litio, están estos otros minerales de los cuales el Gobierno de Jujuy ya ha demarcado sus potenciales 

DENTRO DEL TERRITORIO, FUERA DEL DEBATE

En Jujuy conviven doce pueblos naciones originarios que componen a su vez 400 comunidades. En estos momentos, al menos la mitad, está llevando a cabo el Tercer Malón de la Paz con el fin de exigir la renuncia de Morales y la completa nulidad de la reforma inconstitucional.

Diversos artículos afectan a sus derechos ancestrales sobre sus históricos territorios. Las comunidades rechazan los nuevos estatutos sobre las tierras fiscales, el régimen de aguas para uso común y usos industriales, y el dominio originario de los bienes comunes naturales. A su vez, se manifiestan en contra de la criminalización de la protesta. Actualmente la mayoría de los dirigentes indígenas de Jujuy están amenazados de muerte y están siendo abiertamente perseguidos por las fuerzas provinciales de Morales.

Mientras en las grandes urbes, un sector de la clase política junto con diversas agrupaciones empresariales, debaten sobre industrializar el litio, hacerlo de forma mixta (público-privada), declararlo o no como recurso estratégico, sumar o restar regalías, la realidad demuestra que la explotación del mineral se lleva puesta toda la vida en los territorios.

“Tengo sed y el litio me hace mal” es el escrito que se lee una bandera colgada sobre la carpa blanca del Tercer Malón, ubicada en el estratégico corte de ruta N9º y ruta Nº52. 

Las comunidades lo saben antes que todos. El litio se lleva el agua. Lo viven, lo padecen y no quieren ninguna explotación más porque sus vidas en el norte jujeño han empeorado drásticamente en estos últimos cinco años. 

“El Gobierno de Jujuy quiso reducir que nuestra queja contra la reforma era solo por dos artículos. Mentira, nosotros hablamos de todos los temas, recursos naturales, medioambiente, derecho a la propiedad privada, derecho al trabajo, al salario digno, al agua. Todo esto se pierde con la nueva constitución. El artículo 50 regala todos los recursos naturales, nos lleva a pensar que estamos en la época de la colonia” expresaron en un documento los pueblos originarios del Tercer Malón de la paz hace unos días atrás en el corte de Purmamarca.

Juan Ángel Cruz, joven originario de 28 años, expresa sobre el litio: “En la puna las empresas saquean el agua y echan a las comunidades de sus territorios. Queremos democracia, no explotación, no queremos que haya camionetas blancas como si fueran los falcon del 76. Nos sentimos en una dictadura extractivista. Esto trae el litio, que no tengamos libertad ni siquiera de tomar agua de nuestros ríos por la contaminación. No peleamos por plata, peleamos por nuestra libertad de poder cultivar, de poder cuidar nuestro hogar”.

“Horas y horas de camiones llevando materiales tóxicos a las Salinas Grandes. Nos están matando de a poco, bajan las aguas contaminadas desde los salares. Y si protestamos, nos estigmatizan o apresaran. Cuidemos nuestros derechos, abajo la reforma” finaliza Juan, quien recibió trece disparos en la represión que se dió el sábado 24.

La Comunidad del angosto de Moreno, a través de su vocera, expresó: “La lucha es contra la megaminería, todo es vendido al extranjero, nosotros no recibimos más nada que la contaminación y los desalojos”.

Desde las comunidades de la laguna de guayatayoc expresaron: “Nunca nos advirtieron ni nos consultaron sobre la nueva constitución. Y por más que algunos de nosotros no sepan leer, todos sabemos que vienen por nuestra agua, por nuestros territorios”.

Todas las comunidades organizadas en el Tercer Malón, coinciden en que ellos no forman parte del debate sobre cómo explotar el litio, sino que exigen que el litio que se encuentra en sus territorios les pertenece a ellos y la importancia debe focalizarse en el agua no en el mineral. 

Las formas de vida en el norte jujeño han cambiado. Los animales son menos, los cultivos no rinden como antes y los ríos son secados. Millones de litros de agua dulce son utilizados para sacar kilos de litio que los pueblos nunca vieron ni verán. Sin embargo, la unidad lograda en el jujeñazo, exhibe una respuesta al proyecto de Morales que no es otro que el de los fondos de inversión y bancos mundiales occidentales como también de las multinacionales chinas. Los pueblos que conviven en Jujuy están en estado de alerta, señalando un camino, organizando una esperanza, resistiendo a un modelo que nos quiere a todos y todas dentro de él solo para consumir, explotarnos y contaminarnos, y fuera de él con respecto a la distribución de las riquezas y la extranjerización de los bienes comunes y el Buen Vivir alguna vez habitado en estas tierras.

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