El actual ministro de Economía, responsable de tomar la mayor deuda de toda la historia en 2018, mantiene contactos con el FMI nuevamente para negociar «un nuevo acuerdo».
Esta semana, el ministro de Economía, Luis Caputo, participó de una charla organizada por la Fundación Mediterránea y confirmó que el Gobierno nacional está iniciando «el proceso de negociación de un nuevo acuerdo con el FMI».
En paralelo, un equipo técnico del FMI llegó a Buenos Aires para evaluar la próxima instancia del programa en nuestro país. Se analizarán las metas del entendimiento para finalizar la octava revisión, que permitirá un desembolso de US$ 800 millones.
Recordemos que el actual titular de la cartera económica fue quien tomó, en 2018, la deuda más grande de la historia con el Fondo. Los efectos de esa deuda aún se arrastran, y fue la acción que allanó el camino para que, 5 años después, Javier Milei llegue a la presidencia, con un gabinete conformado por los mismos personajes que integraron, en su momento, la gestión macrista.
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Caputo aseguró que el Gobierno «recién está hablando de un nuevo programa con el FMI» y celebró que se tiene «la ventaja de que se ganó mucha credibilidad con el Fondo y el mercado».
Además, Caputo aclaró que será un proceso largo porque el Fondo no ve razones de urgencia para atender las necesidades del país: «Este es el primer caso en el que estamos yendo hacia un nuevo programa con todo recuperándose. No tienen mucho incentivo en acelerarlo».
El ministro de Economía afirmó que «La Ley de Bases no compromete nuestra decisión del equilibrio fiscal. Acá no hubo un cambio de expectativas, sino de hechos. Pasamos de una situación de crisis a tener superávit fiscal, comercial, que no tenemos eso hace muchísimos años. Nosotros no podemos comprometer el equilibrio fiscal porque es lo más importante que podemos garantizar».
«Es importante que pase la ley porque muestra un soporte político que, tanto el empresariado como afuera, a efectos de invertir, lo miran. Claro que es importante, pero es para que tengamos un mejor país a mediano plazo y mejorar la calidad del ajuste fiscal. No es una condición para tener equilibrio fiscal. Ese compromiso es lo mejor que podemos hacer por los empresarios y por los argentinos», concluyó.