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Jean Buteau: "La ONU va a hacer un nuevo desastre"

¿Por qué la ONU decide invadir militarmente Haití una vez más? ¿Qué esconde la renovada misión de “estabilización”? ¿Por qué es Kenia quien liderará la operación? ¿Qué intereses tienen EE.UU, Canadá y Francia?. El Resaltador dialogó con Jean Hénold Buteau, dirigente del Partido Alternativa Socialista de Haití, quien nos ayuda a responder estos crudos interrogantes […]

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¿Por qué la ONU decide invadir militarmente Haití una vez más? ¿Qué esconde la renovada misión de “estabilización”? ¿Por qué es Kenia quien liderará la operación? ¿Qué intereses tienen EE.UU, Canadá y Francia?. El Resaltador dialogó con Jean Hénold Buteau, dirigente del Partido Alternativa Socialista de Haití, quien nos ayuda a responder estos crudos interrogantes al son de un nuevo capítulo lamentable en la historia de la humanidad.

El pasado lunes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votó a favor (con las abstenciones de Rusia y China) de una resolución redactada por EE.UU donde se ordena el “inmediato despliegue” de una fuerza militar internacional liderada por Kenia sobre Haití.

El país caribeño vive hace décadas una crisis permanente sobre la cuál es muy difícil establecer una fecha de origen. Con el 70% de su población en situación de desempleo, un 90% de pobreza, y más de la mitad de sus habitantes bajo inseguridad alimentaria, Haití padece una de las realidades más complejas y alarmantes de todo el continente americano.

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Desde el 2021, su gobierno está encabezado por Ariel Henry, político que fue “instalado” en el poder central por el denominado “Core Group” (grupo de embajadores de EE.UU, Francia, España, Brasil, Alemania, Canadá, UE, ONU y OEA), quienes ejercen el poder de manera indirecta sobre más de 11 millones de haitianas y haitianos que ven sus derechos y libertades constitucionales vulnerabilizados bajo las órdenes extranjeras que violan sistemáticamente su soberanía al tiempo que impiden su autodeterminación.

Henry asumió su rol como máxima autoridad en el país luego de que un grupo de criminales colombianos y estadounidenses decidiera realizar un magnicidio contra Jovenel Moise, quien se desempeñaba como Primer Ministro luego de resultar el más votado en las elecciones del 2016, las últimas en llevarse a cabo hasta el momento. El crimen que acabó con su vida sigue sin ser realmente investigado.

Desde entonces, el poder estatal no pudo o no quiso frenar el creciente poder de las pandillas del crimen organizado. Con armamento pesado y de última generación, proveniente de los Estados Unidos, los criminales siembran el terror en una población que padece múltiples crisis, entre las que se destacan la pobreza extrema y el cólera.

En el año 2022, millones de haitianos salieron a las calles exigiendo medidas concretas para paliar la enorme desigualdad entre una clase dominante (política, empresaria, policial, militar, diplomática) y una clase dominada que en lo que va del año sufrió más de 2439 asesinatos. Sin embargo, el Gobierno sigue sin dar pasos concretos a favor de una transición democrática que contemple el llamado a nuevas elecciones. ¿La democracia? una palabra de origen griego.

Ariel Henry en la reciente Asamblea General de la ONU/Foto: Leonardo Munoz

¿Intervención disfrazada de invasión?

El Resaltador entrevistó a Jean Hénold Buteau, dirigente y portavoz del Partido Alternativa Socialista de Haití, médico nefrólogo y miembro del frente de organizaciones de izquierdas KONBI, quien adelantó que la nueva “misión” de la ONU tiene las posibles y siguientes razones:

  • “Preservar la posibilidad de mantener una forma de status quo (aún así sea sin los habituales actores de la oligarquía haitiana)”
  • “Volver a tener cierto control sobre la terrible realidad que la misma comunidad internacional construyó en el país”
  • “Hacerse de los bienes naturales como el oro y el petróleo, ubicados en el subsuelo haitiano y en zona de frontera con República Dominicana”.

El status quo haitiano impera como una alianza que oscila entre la formalidad y la informalidad:

La clase dominante tiene acuerdos y desacuerdos con el crimen organizado, por ende,  la violencia extrema que se vive en las principales ciudades inexorablemente lleva la marca de una responsabilidad política compartida entre los empresarios magnates locales, el Core Group, el Gobierno, las castas militar, policial y judicial, y pandillas como “G9” y “G-PEP”.

La situación de urgencia también es responsabilidad de la “comunidad internacional”, que durante el año 2004 hasta el 2017, mantuvo una “Misión de Estabilización” en el país, cuyos efectos están a la vista. 

Por otro lado, si bien el país se caracteriza por exportar vestimenta, naranjas, mangos, cacao, café, bananas y aceites esenciales, el sector minero está al acecho por la posibilidad de extraer petróleo tras el hallazgo -publicado por World Atlas en 2019, que reveló que el país podría tener algunas de las mayores reservas de crudo del mundo, las cuáles podrían superar ampliamente a las ubicadas en Venezuela. He aquí el gran interés material de la comunidad internacional (encabezada por Occidente) en un contexto donde la guerra Ucrania-Rusia dió vuelta el tablero con respecto a las energías y su comercialización. Además, ya hay una minera canadiense explotando el oro en la parte dominicana, usando el agua proveniente del Río Libón, que atraviesa Haití.

Joe Biden en la ONU exigiendo la intervención militar “cuanto antes sea posible” sobre Haití. Foto: Susana Walsh.

Lo que no dice la letra chica

Si bien el “principal objetivo” de la nueva “intervención” militar en el país es el “aniquilamiento” de las pandillas criminales, Buteau advierte que “la ONU va a hacer un nuevo desastre”. Y lo fundamenta de la siguiente manera:

“Aunque haya un ‘aniquilamiento’ de estas bandas, inevitablemente se van a cometer excesos y mucha gente inocente que comparte territorio con estas pandillas va a sufrir la represión porque el deseo de la oligarquía radica no solo en la aniquilación de las pandillas sino también en una ‘limpieza total’ de los lugares donde estás habitan, es decir, en los barrios populares, la lógica que imperará es la de ‘caiga quien caiga’”.

El político también cree que las pandillas van a negociar una suerte de amnistía, y también sostiene que hay una subestimación en el deseo de la sociedad haitiana con respecto a la represión sobre el crimen organizado:

“Ellos (ONU) creen que por la eliminación de las pandillas, la gente va a aceptar cualquier cosa, inclusive elecciones fraudulentas, y no es así. Inclusive el tiro les puede salir por la culata, ya que si efectivamente se sacan de encima a las pandillas que son quienes ejercen una represión indirecta sobre las masas, entonces estas van a implosionar, no hoy, pero sí cuando se entienda que el verdadero cambio debe ser el cambio político”.

Con la “ayuda” de la ONU, el Gobierno de Henry busca hacerse de la legitimidad social de la que escasea, al mismo tiempo que intentará garantizar el regreso del poder pleno sobre la sociedad haitiana, en beneficio de sus socios extranjeros que no pueden explotar al máximo los bienes comunes naturales del país debido a la inestabilidad in crescendo.

El Ejército keniata cuenta con varias denuncias por violaciones a los DDHH. Foto: Ben Curtis

¿Por qué Kenia?

Kenia, aceptó la propuesta de EE.UU de ser la fuerza que lidere la nueva “aventura” de la ONU en Haití. El país africano brindará un contingente de mil militares, a lo que se le sumarán 150 agentes de Islas Bahamas y otros países caribeños como Antigua y Barbuda y Jamaica, quienes todavía no especificaron cuántos hombres abocarán a la tarea ni cuándo.

A su vez, EE.UU aportará unos jugosos 200 millones de dólares para “asistencia logística y financiera”. 

Para el dirigente político, “Kenia aceptó la propuesta para fortalecer sus lazos históricos con Occidente, construir una imagen internacional de ‘cierto prestigio’ y beneficiarse de las migajas de los imperios occidentales”. 

En este sentido, cabe preguntarse: ¿Podrá un Ejército extranjero combatir a pandillas con estrechos lazos con el poder político y empresarial? ¿Podrá estabilizar a un país históricamente saqueado y empobrecido por las mismas potencias occidentales que una vez más propician una nueva invasión deslegitimada por su propio pueblo?

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