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"Estamos asistiendo a la descomposición del sistema neocolonial en Haití"

Para entender las posibles salidas al estallido en Haití, el Resaltador dialogó con Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina, Brasil y Uruguay y profesor del Instituto de Cultura Aborigen de Córdoba. Por Rodrigo Savoretti Haití vive la crisis social, económica y política más graves de las últimas décadas. Un Primer Ministro inconstitucional […]

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Para entender las posibles salidas al estallido en Haití, el Resaltador dialogó con Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina, Brasil y Uruguay y profesor del Instituto de Cultura Aborigen de Córdoba.

Por Rodrigo Savoretti

Haití vive la crisis social, económica y política más graves de las últimas décadas. Un Primer Ministro inconstitucional e ilegítimo, amenazas de una nueva invasión liderada por EEUU y un movimiento anticolonial ocupando masivamente las calles con la esperanza de transformar su realidad.

Para entender las posibles salidas al estallido, el Resaltador dialogó con Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina, Brasil y Uruguay y profesor del Instituto de Cultura Aborigen de Córdoba.

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Para comprender la actual crisis humanitaria y social del país caribeño, Henry afirma que primero hay que entender qué es Haití, y luego “intentar salirse de los paradigmas eurocentristas”. Para esto último, pone de ejemplo una frase del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos: la explicación del mundo es más amplia que la explicación occidental del mundo”.

A continuación Henry nos propone un resúmen cronológico de los hechos más relevantes de la historia haitiana para lograr entender su conflictivo presente.

“Haití es un país creado a partir de la única revolución antiesclavista victoriosa en la historia”, define Henry.

La lucha por la libertad tiene su hito con el Congreso de Bois Caiman en agosto de 1791 con la primera gran reunión de africanos esclavizados. El proceso revolucionario que allí comienza de manera masiva y organizada culmina victoriosamente el 1 de enero de 1804 con la proclamación de la primera República Negra del mundo. Entre estos años se suceden grandes batallas militares a lo largo y ancho de la isla, hasta entonces dividida en dos territorialidades: parte francesa-parte española. 

Esclavizados africanos, cimarrones, libertos republicanistas, franceses, españoles e ingleses combatieron por el poder de distintas franjas territoriales a través de alianzas, acuerdos y traiciones. Los africanos encabezados en un primer momento por el sacerdote vudú Dutty Boukman y luego por los militares y políticos Francois Toussaint Louverture y Jean Jacques Dessalines fueron quienes lograron la victoria final a través de la metodología de guerra de guerrillas.

“Fue una revolución dirigida por los pueblos esclavizados. Una revolución anticolonial, antiesclavista, antirracista, antipatriarcal y de alguna forma anticapitalista” define Boisrolin.

En ese momento la revolución haitiana representó -según Henry- un desafío como ningún otro al orden y la hegemonía mundial basada sobre el esclavismo y el racismo. Haití representó para el imperio francés y el imperio español una de las colonias donde mayor rédito económico obtuvieron fundamentado en la producción de azúcar, café y algodón.

Para el profesor, hay dos elementos vitales a tener en cuenta: la revolución haitiana fue una revolución de “tierra arrasada”, es decir, toda la estructura colonial material fue destruida. Por este motivo el país comenzó a construirse desde los escombros del sistema de castas impuesto por Francia.

“El otro elemento particular es que la revuelta haitiana fue dirigida por esclavizados y esclavizadas, a diferencia de las distintas revoluciones latinoamericanas donde las mismas fueron encabezadas por la elite criolla de cierta manera”, expresa el profesor.

François Toussaint Louverture

La fundación de la primera República negra poscolonial tuvo su declaración y consolidación constitucional, territorial y económica durante pocos años. El nuevo Estado-Nación fue dirigido por Jean-Jacques Dessalines, un antiguo esclavizado que se convirtió en líder revolucionario tras sus hazañas militares en el campo de batalla. Reforma agraria, abolición completa de la esclavitud, exterminio de la minoría blanca en la isla, fueron sus políticas fundamentales. En 1806 los dos principales colaboradores del líder comenzaron un proceso contrarrevolucionario que culminó con su asesinato el 17 de octubre de ese año. Ellos gobernarían el país hasta 1843.

Jean-Jacques Dessalines 

“A partir de ahí, el pueblo haitiano no pudo, no supo retomar el camino. Hay fuerzas muy poderosas que desde allí hasta ahora se han dedicado exlcusivamente a romper la espina dorsal de ese gran movimiento revolucionario que fue un ejemplo para el mundo negro.” advierte Boisrolin.

En ese sentido pone como ejemplo la influencia que los franceses ejercieron en 1825 aprovechando que en la presidencia de Haití había un “reaccionario tremendo” como fue Jean-Pierre Boyer. Le exigieron el pago de 150 millones de francos oros por haberse liberado de su imperio. Hoy equivaldría a casi 30 mil millones de dólares.

Según el profesor del ICA, esto representó “la primera deuda externa de un país del tercer mundo”. Ello provocó efectos “nefastos y dramáticos” en la vida económica de la nación. 

Los franceses condenaron al país a estar endeudado durante un siglo.

“Haití de América”

Durante el año 1915 hasta 1934 los Estados Unidos ocuparon Haití. “Lo transforman en una auténtica y perfecta neocolonia yanqui” señala Henry. Un año antes de la ocupación militar, una incursión robó las reservas de oro del banco haitiano.

A su entender, esta ocupación definió el rol del país en la división mundial del trabajo como productor de mano de obra barata. 

“Esto es la base explicativa del enorme empobrecimiento de nuestro pueblo. No somos un país o un pueblo pobre, somos un país o pueblo empobrecido intencionalmente” expresa.

Boisrolin destaca y explica que un sistema neocolonial para existir necesita producir las condiciones de su existencia y frente a cualquier embate popular y ante un pueblo que “tiene la rebeldía en su ADN” que nunca aceptó tales condiciones de sometimiento, necesitan recurrir constantemente a dictaduras, fraudes, ocupaciones.

Revolución haitiana

La ONU: el gran fraude

“En toda su historia Haití solo tuvo un acto electoral limpio y democratico, fue el 16 de diciembre de 1990, cuando gana la presidencia el padre Jean Aristide. Siete meses después le dieron un golpe de Estado. Luego siempre imperó el fraude” alerta el dirigente.

Desde el año 1993 hasta la actualidad el país se vió sumido en más de 10 “misiones humanitarias” de la Organización de las Naciones Unidas.

El coordinador del Comité Democrático Haitiano reconoce que la “más nefasta” fue la que tuvo lugar entre el 2004 y 2017(Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití), ya que introdujeron la cólera infectando a más de un millón de personas, violaron niñeces, masacraron comunidades de barrios populares y asesinaron bebés. Solo Venezuela y Cuba no enviaron tropas al país, los demás Estado-Nación latinoamericanos sí lo hicieron, principalmente Brasil y Uruguay.

Un informe realizado por la Revista International Peacekeeping estableció que al menos 2.000 mujeres adultas y niñas fueron víctimas de violaciones sexuales por parte de los “cascos azules” de la ONU.

Pasado, eterno presente

En la actualidad residen en Haití alrededor de 11 millones de habitantes. El 70% de la población activa no tiene trabajo. Casi 5 millones padecen hambruna severa. Los sistemas judicial, penitenciario, educativo casi no funcionan. Un tercio de su población es analfabeta. 

Henry sostiene que el país siempre ha estado al servicio de las potencias y de una pequeña élite haitiana. “Hay una inmensa masa que han puesto al margen de la economía” denuncia.

El año pasado un grupo comando de colombianos y estadounidenses asesinó al Presidente Jovenel Moise. Antes de ello, el mandatario había designado como sucesor al actual Presidente de facto, Ariel Henry, quien no asumió como la Constitución del país lo indica, es decir, realizando su proclamación bajo juramento. Lo que lo ubica en la ilegalidad, ilegitimidad e inconstitucionalidad.

Pese a esto último, “un tweet de la Jefa de la Misión del Estado Mayor lo designó como Presidente y ahí está hace ya un año”.

El permanente descontento popular fue creciendo debido al desmanejo de la situación de grave crisis humanitaria que el país vive en términos de salud, educación, seguridad social y ambiente.

Henry denuncia que las pandillas criminales tienen gran parte del control social pero que ello no ha impedido el levantamiento de millones de haitianos que permanecen en las calles hace más de cuatro meses cuando Ariel Henry aumentó el precio del combustible a pedido del Fondo Monetario Internacional, quien a pesar de haber condonado gran parte de la deuda del país caribeño sigue teniendo gran influencia en su organización económica.

“El secuestro es la industria más próspera en el país” lamenta Henry. También cuestiona el asesinato de periodistas y comunicadores populares a manos de la Policía y de las organizaciones delincuenciales.

¿Nueva ocupación?

Tras las diarias y masivas movilizaciones con una clara visión anticolonial y anti injerencista que exigen la renuncia de Henry y la no intervención extranjera, la preocupación de las potencias estadounidenses y europeas aumentó. Tal es así que hace un mes, el Presidente de Facto envió a la ONU una carta pidiendo la intervención extranjera del país. Estados Unidos y México apoyan una “intervención militar” pero otros países que componen el Consejo de Seguridad de la ONU no se deciden aún o están en contra como lo ha declarado Rusia.

Estados Unidos ya cuenta con militares en el país y hace un mes tiene un barco de guerra en el mar haitiano.

“Los principales enemigos del país son las embajadas de Francia, Canadá, Alemania y la OEA, ONU, EU. Ariel Henry es un traidor que nadie ha elegido y encima ha cometido un crimen de lesa patria al pedir semejante acción” acusa Boslorin.

Bajo el pretexto de pacificar al país y acabar con las pandillas criminales, los Estados Unidos se preparan para una nueva ocupación. Si todavía no ha tenido lugar es -según lel profesor- porque son conscientes de que hay una clara demostración de la voluntad del pueblo en contra de tal acción, lo que deja entrever que si invaden tendrían que cometer masacres masivas. Otro factor importante son los hatianos en EEUU, actualmente en más de 600.000 (gran parte de ellos estaría en contra) y un tercer elemento es el derecho a veto a tal acción por parte de China y/o Rusia en el CS-ONU.

El interés geopolítico del país también radica en su ubicación. En un lugar clave de El Caribe, a pocos kilómetros de un enemigo fundamental de EEUU como Cuba y también relativamente cerca del mar de Venezuela, constituye coordenadas fundamentales donde los intereses no son menores en un contexto internacional en creciente conflicto por la hegemonía del comercio y sus rutas de navegación.

Haití para los hatianos

“La amenaza de ocupación es real. Tienen la fuerza para hacerlo, está claro. Nosotros tenemos la fuerza para resistir, no para frenarlo. Si se da -ojalá que no- será una humillación más. De ahora en adelante haremos todo lo posible para que no suceda. Queremos una solución haitiana para la crisis haitiana, Si nos equivocamos, nos equivocamos nosotros, no queremos intervención” anuncia el profesor.

Henry sostiene que no le perdonan al país haber derrotado al ejército de Napoleón en 1804. “No toleran todavía que sus esclavizados le ganamos a uno de los mejores ejércitos de la historia y que no puedan ganar una elección de forma limpia” acusa.

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Para el activista “estamos asistiendo a la descomposición del sistema neocolonial sobre Haití”. Sostiene que las grandes masas levantan la figura del libertador Dessalines y se percibe el sentimiento anticolonial. 

“Las movilizaciones han puesto en jaque al sistema y exponen todas las contradicciones de una sociedad dirigida por extranjeros y una elite que nunca desarrolló la industria, paga salarios de hambre, extinguió a la clase media y marginó a una gran mayoría que ahora no puede captar a través del liberalismo porque nunca generaron una base material real para poder desarrollar tal teoría económica  social”.

¿EEUU invadirá Haití una vez más? ¿Podrá el pueblo hatiano resistir y al mismo tiempo generar una solución haitiana a su conflictiva realidad?

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