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G20: herida occidental abierta ante un Sur global despierto

La semana pasada se desarrolló la cumbre anual del G20, con marcadas ausencias y mensajes claves hacia un mundo que gira drásticamente hacia una nueva y multipolar era. Ucrania, la gran derrotada. La Unión Africana y un paso clave en un año histórico para el continente. EE.UU y EU fracasaron en sus planes, síntoma de […]

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La semana pasada se desarrolló la cumbre anual del G20, con marcadas ausencias y mensajes claves hacia un mundo que gira drásticamente hacia una nueva y multipolar era. Ucrania, la gran derrotada. La Unión Africana y un paso clave en un año histórico para el continente. EE.UU y EU fracasaron en sus planes, síntoma de época ¿Qué mensaje nos dejó esta nueva cumbre? 

En Baharat (nuevo nombre de “India”), se desarrolló a fines de la semana pasada la Cumbre anual del G20, organismo creado a fines del siglo pasado con el objetivo de formar un bloque entre las potencias occidentales y países con economías “emergentes”. 

La previa al evento estuvo signada por las anticipadas y llamativas ausencias de dos de los más importantes líderes del mundo, Putín y Xi Ping, en lo que se lee como una acción de importante simbolismo: Rusia y China concentran sus esfuerzos en los BRICS y nuevos bloques donde Occidente no tenga la hegemonía. 

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En este sentido, el nuevo encuentro se caracterizó por el marcado protagonismo de su anfitrión, Narenda Modi, quien en el último tiempo viene equilibrando los roces y discrepancias entre las grandes potencias occidentales y las orientales.

Al mismo tiempo, el Jefe de Estado bharati alza su voz y la de su colosal nación con fuertes críticas a la ONU, aboga por la creciente multipolaridad comercial en el mundo y toma decisiones históricas como la de dejar atrás a la “India” como nombre oficial, en una clara muestra de descolonización, ya que este era el término acuñado por el mundo anglosajón.

Ucrania resentida con sus armadores

Las potencias occidentales, agrupadas en el G7, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania y Japón, fracasaron en su plan de obtener una declaración en contra de Rusia y a favor de Ucrania, lo que evidencia que el G20 “ya no es lo que era”. 

La imperante falta de capacidad para imponer declaraciones y debates (como antes era común) exhibe un mundo occidental que pierde pisada frente a un oriente en emergencia y pleno expansionismo. 

“El principio ‘nada sobre Ucrania sin Ucrania’ sigue siendo tan clave como siempre”, escribió Oleg Nikolenko, portavoz de Exteriores del país en guerra, luego de criticar a sus aliados por no lograr lo requerido. 

Ni nuevas sanciones contra Rusia, ni “ayudas” conjuntas para Ucrania. Solo una declaración neutra que en definitiva favorece más al país euroasiático.

El año de África 

Luego de tener un rotundo éxito en la cumbre de la Unión Africana con Rusia hace dos meses atrás, consagrar la postulación de Etiopía (donde la UA tiene su actual sede) a los BRICS, ahora el gran bloque africano obtuvo un asiento permanente en el G20, un hecho histórico para un continente históricamente relegado y empobrecido por los grandes capitales occidentales.

Narenda Modi oficializó la entrada del continente africano al bloque comercial, que ahora pasará a llamarse G21. Con un emotivo abrazo entre Modi y Azali Assoumani (representante de la UA), África cierra un año clave en materia geopolítica. Ya sea por su aceptación como sujeto político importante en distintos bloques económicos como por la unión de distintas naciones del Sahel africano en contra del neocolonialismo francés, el continente parece encontrar un destino común que con el tiempo veremos brotar.

Latinoamérica también hizo lo suyo

Con gran protagonismo de Brasil y Argentina, para quienes Modi eligió un lugar simbólico y material de expuesta simpatía, el Sur latino también alzó su voz ante los poderosos del mundo, capitalizando el encuentro a su favor y demostrando el vital rol de Lula da Silva, no solo para con la región latinoamericana sino para con todo el espectro geopolítico.

Lula es respetado por todos los líderes mundiales y en el último tiempo se posicionó como la voz del continente americano en las distintas reuniones y cumbres mundiales, especialmente en el creciente BRICS+. 

Lula recibió el mazo presidencial del bloque, pues Brasil organizará la Cumbre del ahora G21 en su país, otra muestra de la creciente hegemonía brasileña en la nueva era.

Sudáfrica y Baharat felicitaron en persona a Alberto Fernández por su reciente ingreso en el bloque tras el faltazo obediente al FMI cuando se oficializó la entrada de Argentina hace menos de un mes atrás.

Europa exagera pero respira 

Los líderes europeos como Olaf Scholz (Alemania) y Ursula Von der Leyen (UE) celebraron la neutral declaración por Ucrania, omitiendo las críticas ucranianas y sobrevalorando un magro acuerdo al que intentan vender como el mejor. Mucho maquillaje para tan poca fiesta.

Sin embargo, junto a Estados Unidos, Baharat y Arabia Saudita, la Unión Europea consiguió la aprobación de un megaproyecto de ferrocarriles, puertos y conexiones energéticas que intentarán disminuir el colosal avance de la Ruta de la Seda de China. ¿Lo lograrán?. El faltazo de Xi Ping aquí hace eco.

¿Fantasía o realidad?

La moderada declaración, una síntesis entre los intereses occidentales y orientales, se puede resumir en los siguientes puntos:

  • Compromiso para aplicar “plena y eficazmente" la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
  • Seguir vías de desarrollo ambientalmente sostenibles y con bajas emisiones de efecto invernadero y de carbono. Conservar la biodiversidad, los bosques y océanos.
  • Mejorar el acceso a contramedidas médicas y la preparación para emergencias sanitarias.
  • Abordar de manera urgente y eficaz las vulnerabilidades de la deuda en los países en desarrollo.
  • Cumplir con el Acuerdo de París.
  • Reformas en los Bancos Multilaterales de Desarrollo.
  • Compromiso para cerrar las brechas de género y promover la participación plena y equitativa de las mujeres en la economía.

El documento final fue firmado por Brasil, Sudáfrica, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Argentina 

Nigeria, México, Indonesia, Turquía, China, Egipto y los países del G7, quienes lo apoyaron a pesar de sus resistencias.

Se verá de acá a la próxima Cumbre si de verdad esta reunión dió sus frutos o queda en un intento infructuoso más de hacer de este mundo un lugar más justo. Hasta el momento, las principales potencias occidentales son incapaces de reconocer las tremendas atrocidades que generan todos los días en términos humanos, medioambientales, culturales y políticos.

Cinco siglos de hegemonía que nos trajeron a un presente signado por la multiplicidad de crisis de las cuáles, una vez más, intentan salir victoriosos. Les será difícil, y esta cumbre lo exhibe ante los ojos de todo el mundo. Mientras tanto, el Sur global despierta de sueños que pesaron décadas. Tiempo al tiempo, es nuestra época.

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