Internacionales

En Chile, izquierda y derecha derrotadas en proyectar una nueva constitución: ¿Por qué?

La propuesta de Constitución elaborada por la derecha y la ultraderecha fue derrotada tras prevalecer la opción “En contra”, lo mismo que le sucedió a la izquierda el año pasado, donde prevaleció el “desapruebo”. ¿Qué sucede en Chile que desde izquierda a derecha la clase política está deslegitimada ante un pueblo crítico pero sin la […]

🕒  5 minutos de lectura

 | 

La propuesta de Constitución elaborada por la derecha y la ultraderecha fue derrotada tras prevalecer la opción “En contra”, lo mismo que le sucedió a la izquierda el año pasado, donde prevaleció el “desapruebo”. ¿Qué sucede en Chile que desde izquierda a derecha la clase política está deslegitimada ante un pueblo crítico pero sin la chispa combativa del 2019?

El pasado domingo 15 millones de chilenos y chilenas estuvieron habilitados para ejercer nuevamente su derecho a voto sobre una nueva constitución. Finalmente, acudieron a los centros de sufragio un total de 13 millones. La opción en contra ganó con un 55,76% de votos (6.810.716 votos) sobre la opción “a favor” que recogió un 44,24% (5.405.055 votos)

Es la segunda vez en 15 meses que las y los chilenos rechazan un texto de nueva constitución que tiene como objetivo reemplazar a la vigente constitución pinochetista. 

La primera vez fue a través de la Asamblea Constituyente, que se logró post estallido social y estuvo integrada en su mayoría por los espacios políticos que lograron institucionalizar la bronca pero sin representar a grandes mayorías, caracterizados por sus posicionamientos de corte progresistas, izquierdistas e “independientes”. Su propuesta, innovadora y vanguardia en lo que hacía a los derechos humanos, derechos laborales, derechos ambientales y derechos de los pueblos originarios, también fue rechazada, en lo que se leyó como un “cachetazo” para la izquierda y los “independentistas” de Chile, tras haber obtenido la victoria electoral de Boric sobre Kast.

Te puede interesar: "Chile: Carabineros con licencia legal para matar"

Con la derrota de la propuesta “izquierdista” a finales del 2022, la derecha y la ultraderecha chilena se envalentonaron, haciendo suyo tal rechazo y capitalizándolo al máximo, logrando ser elegidos a posteriori para escribir la nueva constitución. Sin embargo, ahora padecen ellos, Partido Republicano (ultraderecha) y Chile Vamos (derecha), una importante derrota a sus aspiraciones políticas. Al final, las y los chilenos no se volvieron de izquierda a derecha en el lapso de tres años, pues la política es mucho más compleja y el esquema europeo de los extremos va quedando un tanto ambiguo.

A su vez, los medios de comunicación masivos y hegemónicos de Chile se ocuparon día y noche de llamar a la gente a votar en contra de la primera propuesta de constitución. En esta oportunidad, sin escrúpulo alguno, convocaron a la ciudadanía a votar “a favor”, puesto que ello representaba un “voto a favor de Chile”. Los efectos logrados en la primera vuelta no fueron los mismos que en esta oportunidad.

Pero entonces: ¿Qué está pasando en Chile? ¿Por qué la misma población que eligió en 2021 mayormente a representantes de izquierda e independientes para que escriban la constitución rechazaron su propuesta final? Y ¿Por qué la población que luego eligió a representantes de la derecha y ultraderecha para escribir un nuevo proyecto de carta magna ahora son rechazados en su propuesta? ¿Qué es lo que no cierra del todo?

Si de algo no se puede caracterizar a la heterogénea población chilena es de mayormente izquierdista o derechista. De izquierda a derecha algo está roto en Chile. Es un problema de matriz sistemática en lo que hace a lo económico, pero con foco en lo político y en la política. 

Si tomamos en cuenta los resultados de los dos últimos referéndums sobre las propuestas de nueva constitución, podemos afirmar que predomina la crítica y el hastío a una clase política dirigente que de ambos lados de la grieta no sabe, no quiere, o simplemente no intenta comprenderse y hacer representar.

En este sentido, es válido preguntar:

¿La gente fue a votar “a favor” o “en contra” al proyecto de nueva constitución progresista en 2022 o fue a darle un mensaje de enojo y desilusión al gobierno de Boric que ya mostraba en pocos meses su incapacidad para institucionalizar y dirigir a Chile en el sentido exigido por el estallido social que le dio la posibilidad a la izquierda de volver al poder luego de 30 años?

¿La gente fue a votar a favor o en contra de la nueva constitución chilena escrita por la ultraderecha en este 2023 o utilizó el referéndum para enviar -de nuevo- un mensaje de enojo a toda la clase dirigente y de desacuerdo con las ideas neo pinochetistas representadas por Kast?

El resultado de la votación muestra a una clase política que vive a un siglo de distancia de la ciudadanía que dice representar y gobernar. En el último tiempo, la propia ultraderecha se partió a la mitad, con sus principales figuras tratándose de traidores. Y en la vereda de enfrente, se encuentra un gobierno débil por decisión y sin apoyo real de sus propios votantes.

Ahora, con una gestión que fracasó hasta en liberar a la totalidad de los presxs políticxs del estallido, al tiempo que fortaleció a Carabineros y promovió el libre mercado con el TP11 y ahora con la UE, y una oposición derrotada en su más ambicioso proyecto, el sistema político de Chile exhibe un fracaso total para su ciudadanía, no para su clase dirigente que aún usufructúa no sin palos en la rueda, sus privilegios de casta.

En palabras del periodista chileno Alejandro Baeza, “En el escenario actual, la crisis de deslegitimación de la institucionalidad que desembocó -entre otras causas- en el estallido social, se mantiene intacta, sin ninguna modificación. No solo conservando la ilegítima Constitución de Pinochet, sino que con una clase política que echó por tierra dos intentos democráticos por superar al menos este aspecto de la crisis y prefirió aferrarse al statu quo en lugar de permitir una salida institucional a la crisis política”.

Los desafíos en el país vecino son complejos y urgentes. Mientras izquierda y derecha no logran capitalizar el hastío popular, sino más bien profundizarlo en su contra, Chile sigue viviendo bajo una constitución dictatorial que hace latir a un sistema neoliberal que parecía tener su muerte política en el 2019, pero que sigue más vivo que siempre, siendo el único ganador ante un pueblo harto que desesperanzado de hacer otro estallido y cansado de no sentirse representado en la política tradicional, busca mejorar su calidad de vida, con entera dignidad, aun sin hallar un “método” confiable.

Sea cual sea el devenir, el pueblo chileno tiene en su ADN un fuerte arraigo democrático y es capaz de todo: de hacer un estallido lo más parecido a una revolución del siglo XXI hasta votar en 15 meses en dos procesos constitucionales. Ese ejemplo de dignidad, participación y constancia, será el que guíe a Chile -más temprano que tarde- hacia un presente mejor.

Enterate acá
Enterate acá

Relacionado

Enterate acá

Más de lo último