Deportes

De la renuncia masiva a la final del mundo: la Selección de España y la travesía de reinventarse para hacer historia

Este domingo, España jugará la final del mundo contra Inglaterra. Con renuncias, historia y reclamos de por medio, ¿Qué tan lejos puede llegar una selección alternativa tras la renuncia de 15 jugadoras, en su mayoría titulares, por disconformidad con el entrenador? Horas antes del debut de España en una Eurocopa que las tenía como candidatas […]

🕒  6 minutos de lectura

 | 

Este domingo, España jugará la final del mundo contra Inglaterra. Con renuncias, historia y reclamos de por medio, ¿Qué tan lejos puede llegar una selección alternativa tras la renuncia de 15 jugadoras, en su mayoría titulares, por disconformidad con el entrenador?

Foto: EFE Miguel Toña

Horas antes del debut de España en una Eurocopa que las tenía como candidatas al título, Alexia Putellas, mejor jugadora del mundo y capitana de La Roja, sufrió una lesión ligamentaria en el último entrenamiento antes del debut. Así, la selección ibérica comenzaba su gran objetivo: ser campeonas de Europa.

España culminó en la sexta posición de la Eurocopa 2022 tras que Inglaterra les arrebatara en cuartos de final su objetivo de campeonar. Más allá de que su clasificación a la Copa del Mundo no les generó ninguna complicación, sintieron que aún no tocaron techo y que tenían todo el talento y la destreza para ser una de las mejores del mundo. Y qué mejor que una Copa del Mundo para tomar revancha y demostrarlo haciendo historia.

Pero para las jugadoras, ese estancamiento tuvo nombre y apellido: Jorge Vilda. Se trata del entrenador que lleva más de 7 años dirigiendo la selección española, y tras la competencia continental, en la antesala de Australia y Nueva Zelanda, las diferencias excedieron el vestuario.

Te puede interesar: "Luchar sirve: el presente histórico de Colombia como producto de una lucha de años"

En septiembre de 2022, semanas después de la Euro, quince jugadoras, en su mayoría titulares en España, enviaron un correo electrónico a la Real Federación Española de Fútbol en el que anunciaron su decisión de no participar en la Selección. Alegaron que su salud mental no estaba en óptimas condiciones debido a la negativa de Luis Rubiales, presidente de la RFEF, de realizar cambios en el cuerpo técnico encabezado por Vilda. Diferencias que no solamente afectan a su psiquis, sino que también las estaban exteriorizando con lesiones y problemas físicos. Con el mundial a la vuelta de la esquina, la federación apoyó al entrenador e hizo público el correo electrónico.

Las jugadoras expresaron su pesar por la decisión de la RFEF de hacer pública una comunicación privada, la cual involucraba asuntos relacionados con su salud y privacidad. Afirmaron que no habían renunciado a la Selección Española ni pedían la destitución de Jorge Vilda, sino que necesitaban un cambio en cuanto a la estructura de entrenamientos, el liderazgo del entrenador y un cambio en la forma de dirigir.

Vilda, con el respaldo de toda la Real Federación Española de Fútbol, mantuvo su posición de seguir dirigiendo el equipo, y, a meses de la Copa del Mundo, convocó a jugadoras que no habían sido tenidas en cuenta o que eran suplentes, y comenzó el rodaje de una selección alternativa. Hecho que polarizó y posicionó a la opinión pública española y afición del fútbol femenino. Inclusive se instauró una suerte de grieta debido a la inclusión de jugadoras del Real Madrid sustituyendo a las del Barcelona, dos veces campeonas de Champions League. Sea por rendimiento deportivo o bajada de línea, la polémica se mediatizó aún más, al punto que sectores del periodismo del fútbol femenino español tildaron de “chantaje” y “caprichosas” a las propias jugadoras.

Foto: EFE Miguel Toña

Sorpresivamente, en lo que parecía una huelga sólida y convincente, a medida que los días pasaban y se acercaba el Mundial en Oceanía, algunos de los 15 nombres de la protesta cambiaron de parecer y volvieron a la selección. El caso de Ona Batlle, Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey y la misma Alexia Putellas, quien estuvo lesionada durante la huelga, pero fue una de las referentes que publicó en sus redes el mensaje de protesta. En contraparte, Mapi León, Patri Guijarro, Lola Gallardo o Sandra Paños, fijas y titulares en las convocatorias de Vilda desde hace años, mantuvieron su postura ante el reclamo establecido de manera colectiva, y no regresaron a disputar la Copa del Mundo.

Con Alexia en el banco ya recuperada de su lesión y sin la cinta de capitana, la conducción de Bonmatí y un fuerte protagonismo de jugadoras “alternativas” que han acaparado la atención mundial, como Salma Paralluelo, Olga Carmona o Teresa Abelleira, a Jorge Vilda se le dieron muchos más resultados que los que especularon algunos sectores de la opinión pública española, incluyendo hinchas. El sobresaliente camino de España por el mundial eclipsó por completo el reclamo, y hasta se banalizó el sostén del mismo. Y este domingo, después de todo, la Selección de España jugará su primera final del mundo contra Inglaterra.

Entonces, ¿Cuál es el sustento de una huelga en pos de mejorías desde la dirección técnica, si pese a la ausencia de tantas titulares, España llegó a una final de mundial? Es decir, ¿Qué se le puede reclamar a Vilda si su selección es una de las dos mejores del mundo? ¿Puede el éxito deportivo de un entrenador eclipsar un reclamo genuino de las protagonistas? ¿El presente deportivo sin precedentes de la selección femenina de España refleja la totalidad del desarrollo y consolidación de sus jugadoras?

Mirá también: "Mundial Femenino: ¿Cuál fue el camino de Inglaterra y España hasta la gran final del mundo?"

Debido al crecimiento inminente del fútbol femenino a nivel mundial, todas las selecciones que participaron en esta Copa del Mundo han demostrado una notable mejoría y profesionalización. Por ello, las exigencias de sus jugadoras cada vez son más elevadas ya que saben que no han tocado techo. El caso puntual de España, con su liga profesional ya constituida en la primera división, el nivel futbolístico desarrollado en los últimos tiempos es de élite y sumamente atractivo. Y con la particularidad que el 99% de sus convocadas militan en España. Motivo por el cual hasta una selección alternativa no sólo es competitiva y le juega a las potencias, sino que también puede ser campeona del mundo.

Foto: EFE Miguel Toña

No obstante, que sus jugadoras sean cada vez más competitivas y exijan mejores condiciones que se adecúen a su crecimiento, no justifica los destratos y los oídos sordos desde las federaciones para con sus deportistas. Es decir, ¿De qué sirve hablar de cuánto se ha crecido si las asociaciones siguen mirando para otro lado como lo han hecho históricamente con las mujeres en el deporte mundial?

El fútbol femenino es una disciplina que no siempre se refleja en resultados deportivos. Muchas veces el marcador numérico da cuenta de una realidad distinta al proceso establecido, ya que tiene que entenderse en contexto, como el caso de Argentina y su desarrollo. En este caso, las jugadoras de España, más allá de sus resultados positivos en los marcadores, se sienten insatisfechas con lo logrado porque saben que pueden ir por más. ¿Por qué la autoexigencia de las jugadoras no condice con la de los cuerpos técnicos? ¿Por qué apelar al conformismo de buenos resultados deportivos en vez de ir en busca de más?

La historia del fútbol femenino la escriben dentro y fuera de la cancha, con gritos de reclamos y de goles. Las jugadoras padecieron largos años sin ser escuchadas, y a la vez han escuchado mucho ruido de portazos que se les cerraron en la cara. Las huelgas de las selecciones femeninas no hacen otra cosa que estallar en mil pedazos de un pelotazo el techo de cristal impuesto por quienes temen y dudan de su crecimiento.

Macarena Jorge Caamaño

Periodista especializada en deportes. Diplomada en la UBA en deporte y género. Me gusta mucho el fulbo. Y sí, Jorge es mi apellido.
Ver más notas
Enterate acá
Enterate acá
Enterate acá

Más de lo último