«En estos 40 años de democracia hemos podido consolidar un abanico de organizaciones sociales que velan por la integración de los derechos humanos, que no están aislados, sino que van formando capas de protección social a medida que estos se van funcionando o articulando», indicaron desde la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP).
El domingo se celebró el Día de los Derechos Humanos en Argentina, y sumado a lo acontecido durante la campaña presidencial, la salud emergió como uno de los derechos fundamentales.
En este sentido, existen poblaciones vulneradas, comunidades que no cuentan con acceso a una salud integral, pero sobre todo organizaciones sociales que trabajan día a día para garantizar el derecho a ella.
Un ejemplo de ellas es la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) que trabaja desde hace 15 años en lograr una mejor calidad de vida y hacer cumplir los derechos de la población seropositiva.
En este sentido, y ante el nuevo gobierno nacional, conversamos con Timi López, integrante de la organización, quien celebró que en estos 40 años de democracia, «hemos podido consolidar un abanico de organizaciones sociales que velan por la integración de los derechos humanos«.
Además, destacó que hay que entender a los derechos humanos, no como cuestiones o problemáticas aisladas, sino como algo integrado, «que van formando capas de protección social a medida que estos se van funcionando o articulando, como el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) como el derecho al diagnóstico temprano, como el derecho a la salud integral y como el acceso a la medicación, por ejemplo».
Respecto a RAJAP, explicó que es una organización hecha por personas jóvenes para personas jóvenes y que ha sido cuna de grandes activistas, incluso a nivel mundial, sobre el derecho de personas seropositivas.
«Es un trabajo colectivo que se ejecuta desde hace 15 años y que tiene en su base los derechos humanos. Nosotros entendemos a la salud como un proceso comunitario, acompañado y lleno de amor, en disputa con el sistema hegemónico de salud punitivista, prevencionista e higienista. Ahí, entran los derechos humanos, el trato digno, la no violencia, la accesibilidad para todas las partes de la sociedad, por igualdad y más».
La organización trabaja en todo el territorio nacional y significa una importante red de acompañamiento para jóvenes de todo el país que pueden estar en La Quiaca, Jujuy, en Chilecito, La Rioja o en Pinané, Formosa.
«Las organizaciones sociales muchas veces hacemos lo que el Estado no hace, pero también somos quienes le disputamos al Estado el cómo hacer las cosas y qué debe hacer. Muchas veces tenemos la suerte de llegar y muchas veces no, pero creo que es la manera de demostrar el aporte que tienen la RAJAP, mostrar que hay jóvenes que están peleando al día a día por sus derechos y por una accesibilidad a la salud«, indicó Timi.
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Los desafíos que vienen
Con la asunción de Javier Milei y a partir de sus declaraciones en contra de los Derechos Humanos, desde RAJAP consideran que entienden que hay muchas cosas en riesgo. «Están en riesgo las pensiones, está en riesgo la jubilación temprana para las personas que tienen muchos años de toma de medicación, está en peligro la medicación, está en peligro nuestro análisis CD4, está en peligro que la gente pueda ir al médico o pueda testearse» apuntó.
A su vez, señaló que hay una sensación de miedo por miedo a volver a un contexto regresivo como el que se vivió en el macrismo pero también de mucho orgullo.
«Pienso mucho en que los derechos que defendimos y que construimos, porque además RAJAP fue clave en aprobar la ley 27.675 de respuesta integral al VIH, Tuberculosis, Hepatitis Virales y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). Por primera vez una ley disputa el modelo hegemónico de salud en un tan amplio espectro donde las ITS dejan de ser lo anómalo, lo privado, si no que pasan a la calle, a lo público y se pone en tensión. Eso genera conciencia y eso hizo que, por ejemplo, el estado se encargó de hacer más testeos, entonces la gente a través del acceso a esas políticas públicas llegaba más a conocer su estado serológico».
El entrevistado señaló que hay un contexto político complejo y de incertidumbre donde los derechos humanos tienen que defenderse con uñas y dientes, sobre todo los relacionados con el acceso básico y universal a la salud.
«Con el derecho humano básico se puede conocer en qué estado está mi cuerpo y en función de eso, cómo está mi cuerpo, nadie me puede discriminar, ni tratar mal, ni expulsar de ninguna institución. Hablo de las personas seropositivas, pero hablo también de todas las otras segregaciones que quedamos siempre por fuera del espectro social» indicó López.
En este sentido, algunos de los principales desafíos son generar respuestas, por ejemplo, para las personas con diagnósticos recientes, acompañar y sostenerlos generando redes ante el panorama que se viene. En este sentido, Timi destacó dos estrategias como la generación de bancos de medicación, proceso que realizaron durante el macrismo, y los reclamos y sentadas para que las necesidades de las personas seropositivas sean atendidas.
«Creo que el VIH está mucho más visibilizado después de la pandemia. Hay un mejor reconocimiento de las enfermedades virales como algo social y no como algo solo patológico», explicitó.
En este sentido, expresó confianza en que la sociedad y los movimientos que históricamente han acompañado a RAJAP y su trabajo, lo sigan haciendo y que se sumen aquellas organizaciones que les han mantenido al margen.
«Esperamos que el feminismo y la comunidad LGTB también puedan hacerse eco de nuestra lucha. Porque no dejamos de ser parte también de sus alianzas estratégicas y además porque somos parte de esas comunidades», indicó.
Respecto al panorama que vislumbra sobre el nuevo gobierno nacional, indicó que prevé una regresión en materia de salud y derechos humanos. Como ejemplos, señaló lo que son las expresiones contra las personas desaparecidas en la última dictadura militar y el cuestionamiento a organizaciones como las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo.
«Vamos a volver un par de pasos para atrás, pero tampoco vamos a permitir que se dé tanto para atrás porque si bien hoy reconocemos que el poder estatal y el monopolio de violencia del Estado, tenemos la
sabiduría y la capacidad de ser resistencia. De ser fortaleza, de ser apañe, de ser abrigo, de ser comida y vamos a tener esa solvencia».
«Se vienen tiempos difíciles y hay que ser estratégicos, hay que ser menos hostiles entre nosotres, hay que dejar diferencias de lado y hay que ser trincheras porque lo que está lamentablemente del lado del Estado hoy, es oscuro, nefasto y peligroso. No advierto ningún tipo de hermosura en estos tiempos que se vienen, pero si hay algo que me da mucha esperanza, es que sabemos cómo cuidarnos. Abran los bracitos porque los abrazos van a ser indispensables para lo que se viene» concluyó el integrante de RAJAP.