El monto del préstamo alcanza los 4.700 millones de dólares. El entendimiento deberá aprobarse en las próximas semanas por el Directorio Ejecutivo del organismo, y el desembolso será destinado «para pagar los vencimientos de capital correspondientes a diciembre, enero y abril».
Este miércoles 10 de enero, el Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que llegó a un nuevo acuerdo con el Gobierno nacional sobre la séptima revisión, en el marco del acuerdo del Programa de Facilidades Extendidas (SAF). El monto del préstamo es de 4.700 millones de dólares.
De este modo, la gestión libertaria pretende lograr un superávit primario del 2% del PBI en 2024. El FMI sostiene que «se espera que los ingresos se vean respaldados temporalmente por mayores impuestos relacionados con el comercio, así como por ganancias derivadas de la normalización de la producción agrícola. Mientras tanto, la racionalización del gasto se sustentará en reducciones de los costos administrativos, los subsidios a la energía y el transporte, transferencias discrecionales a provincias y empresas estatales y gastos en infraestructura de menor prioridad».
En síntesis; como una historia que parece no tener fin, el ministro de Economía, «Toto» Caputo, negocia con el FMI para pagar una deuda que él mismo contrajo con el organismo en 2018 -y que fue la más grande de toda la historia argentina-. Obviamente, perjudicando al pueblo trabajador y a los jubilados.
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El entendimiento (staff level agreement) deberá ser aprobado en las próximas semanas por el Directorio Ejecutivo del organismo, y el desembolso será destinado «para pagar los vencimientos de capital correspondientes a diciembre, enero y abril», explicó Caputo, en una conferencia de prensa brindada en el Palacio de Hacienda, junto con el titular del Banco Central, Santiago Bausili.
El Ministerio de Economía señaló, además, que el equipo del FMI que viajó al país (encabezado por Luis Cubeddu y Ashvin Ahuja), observó que el programa original «se desvió gravemente de su rumbo».
«Se incumplieron las metas de déficit fiscal primario y de deudas internas para finales de septiembre, y datos preliminares sugieren que las metas de fin de año se incumplieron incluso por un margen mayor».
El documento del Fondo proyectó que «a medida que se implementen las políticas y se reconstruya la credibilidad, debería iniciarse un proceso gradual de desinflación, acompañado de un fortalecimiento adicional en las reservas y una eventual recuperación en la producción, la demanda y los salarios reales».
El ministro Caputo resaltó que no se trata de un «acuerdo nuevo», sino que «se ha reflotado el anterior». Según sus declaraciones, el desembolso que recibirá la Argentina será «para pagar los vencimientos de capital de diciembre», y que para hacerlo tuvieron que «pedirle prestado a la CAF, los de enero y los de abril».
También restan pagar otros US$ 600 millones en febrero, «pero esos son intereses y no entran en este acuerdo», completó.
El titular del Palacio de Hacienda explicó que se desistió de encarar la discusión de un nuevo acuerdo con el FMI porque «llevaría más tiempo» y que lo urgente era “pagar lo que se debía, por lo que optamos por reflotar el anterior acuerdo”.
De todos modos, Caputo dejó en claro que el Fondo Monetario «está abierto a esa posibilidad» (en referencia a la discusión de un nuevo acuerdo), pero dijo creer que «es hora de que el país resuelva sus problemas, que es la adicción al déficit fiscal».
Bausili, por su parte, expuso que las nuevas metas acordadas con el FMI tienen en vistas acumular reservas por 10.000 millones de dólares para este año. También se mostró a favor de la «Ley Ómnibus» y dijo que, si no se aprueba, «extremarían los recursos» para cumplir con el Fondo. «Si la ley no pasa, las medidas van a ser más duras», lanzó -casi- como una amenaza.