Serena, contra toda autoridad

El pasado fin de semana la tenista Serena Williams, le dijo adiós a la práctica profesional. Así culminó una carrera multipremiada y queda su legado. En esta columna analizaré su utilización de la moda, como discurso político.

Por Sol Cortez

El público ovaciona a Serena que  ingresa a la cancha para su partido de despedida. Para la ocasión eligió vestir un look completo de Nike, marca que la acompañó en toda su historia deportiva. El conjunto constaba de un vestido similar al que utilizan las patinadoras artísticas, la falda formada con seis capas que simbolizaban los seis torneos de US Open que la tenista ganó. Además llevaba diamantes bordados que emulaban el cielo de Nueva York. Es está la ciudad que la vió ganar su primer torneo y fue esta ciudad la que la vió retirarse. Toda una obra de arte para despedir a una grande. 

Serena Williams nació en Michigan, Estados Unidos y de manera excepcional llegó a ocupar un espacio privilegiado dentro del deporte más elitista del mundo: el tenis. 

Es notable su talento y los múltiples títulos que la acompañan, 23. Por cada partido un atuendo distinto, por cada salida hacia los flashes una oportunidad para sentar sus posiciones. 

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Serena utilizó la vestimenta como una herramienta de comunicación. Utilizó a su favor el foco que la iluminaba por ser una de las poquísimas mujeres negras dentro del tenis. Cada salida a la cancha se volvió poética. 

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Realidades expuestas

En Estados Unidos una persona de la comunidad negra tiene el doble de probabilidades de ser pobre, de ser asesinado o de no acceder al trabajo, la vivienda y la salud. Estos datos son arrojados por un estudio realizado por la BBC, posteriores a la pandemia por COVID 19. No es de extrañar, entonces, que Serena mantenga una posición contestataria frente a las desigualdades que viven día a día la población negra en su país y que se replica en el resto de América Latina también. 

La más pequeña de las hermanas Williams es consciente de esta realidad. Y en la moda encontró un espacio para exponer denuncias y reivindicaciones de género y raza. Llevó la cultura afro al centro de la tradición y clasismo anglosajón. 

Con icónicos atuendos desafió a la autoridad blanca. Mostró con orgullo su poderosa herencia negra, uso peinados propios de la comunidad y accesorios tales como argollas, relojes, vinchas y hasta botas. Que bien podrían lucir en el Bronx, mujeres adolescentes o trabajadoras. La colorimetría utilizada acompañó esa ruptura estridente y fuera de lo común para los impolutos blancos y sobrios terracotas que estamos acostumbrados a ver en el resto de los y las tenistas. 

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Siempre polémica

Cada vez que Serena salía a la cancha presenciamos un show de superioridad atlética y estética. Sus looks controvertidos porque casi siempre rompieron el estricto reglamento del tenis. Escandalizaban a autoridades y explotaban en los titulares y redes sociales. 

Se destacan tributos a otros atletas negros como el equipo de fútbol de Camerún 2002; o a la atleta Florence Griffith Joyner. Dentro de su estilo rupturista también se encuentran los grandes colaboraciones con Off White y Nike. De la mano de estas marcas Serena portó desde faldas de jean, tutus, vestidos con inscripciones y hasta mallas enteras, todas prendas prohibidas para un deporte que destila conservadurismo.

No sólo sus partidos fueron escenario de posicionamiento. Ha expresado en numerosas oportunidades su acompañamiento a la lucha por el derecho al aborto, los derechos por las minorías y el Black Lives Matters. De esta forma Serena finaliza la carta que escribió en ocasión de la lucha por el Black Live Matters.

Como dijo el Dr. Martin Luther King: "Llega un momento en que el silencio es traición".

No me voy a quedar callada.

Serena

Y si bien es cierto que fue una de miles en poder dedicarse de manera profesional al deporte; realidad a la que no acceden las grandes mayorías. La célebre tenista ha utilizado ese espacio de poder. Visibilizar cuestiones tan importantes por los derechos de las mujeres y contra el racismo;  la convierten en un ícono para la historia del deporte.