Actualidad

Perú: regresa el terrorismo a días de las elecciones

Un ataque producido en la región de Vraem acabó con la vida de 16 personas y se lo atribuyó el grupo “Militarizado Partido Comunista de Perú (MPCP)”, que opera de manera marginal en esa zona selvática. Por Matías Mowszet El próximo domingo, Perú debe ir a las urnas al ballotage para elegir al próximo presidente […]

🕒  4 minutos de lectura

 | 

Un ataque producido en la región de Vraem acabó con la vida de 16 personas y se lo atribuyó el grupo “Militarizado Partido Comunista de Perú (MPCP)”, que opera de manera marginal en esa zona selvática.

Créditos: RTVE

Por Matías Mowszet

El próximo domingo, Perú debe ir a las urnas al ballotage para elegir al próximo presidente entre dos opciones radicalizadas. En este contexto, un atentado mató a 16 personas y enturbió el panorama político.

El ataque se produjo en la región de Vraem y se lo atribuyó el grupo “Militarizado Partido Comunista de Perú (MPCP)”, que opera de manera marginal en esa zona selvática.

El MPCP es una ramificación de Sendero Luminoso, una formación terrorista con ideología maoísta que funcionó de manera activa hasta su caída en 1992, cuando el régimen del dictador Alberto Fujimori detuvo a su líder, Abimael Guzmán.

Estando preso, Guzmán firmó la paz con el fujimorismo y puso fin a los ataques. Allí, varios sectores radicalizados se abrieron y fundaron otras formaciones que sostuvieron la lucha armada.

Te puede interesar: "Siguen las jornadas de protestas en Colombia".

Los hermanos Quispe-Palomino fundaron este nuevo grupo, el MPCP, que revive las consignas y los objetivos de Sendero Luminoso. Uno de los dos hermanos falleció hace 6 meses por heridas derivadas de un ataque del ejército.

El asesinato de Jorge Quispe Palomino, apodado “camarada Raúl”, los enfureció y los volvió más violentos.

El atentado que se produjo el miércoles consistió en los tiroteos de dos cantinas de Vraem y tuvo 16 víctimas fatales, entre los cuales, había 4 niños. El MPCP admitió su responsabilidad y comunicó, en panfletos esparcidos en la escena del crimen, que lo hacían para boicotear el proceso electoral. El llamado es a abstenerse de votar o hacerlo en blanco.

"Pueblo peruano: Boicot a las elecciones burguesas, porque no es tu camino: No ir a votar. Votar en blanco. Votar en nulo o viciado. Quien vota a favor de Keiko Fujimori es traidor, es asesino del VRAEM, es asesino del Perú. Nunca más Fujimorato. Nunca más Fujimori. Nunca más Keiko Fujimori" decían los volantes.

Si bien no había palabras contra Pedro Castillo, el candidato de la ultraizquierda, no había un llamado a votarlo sino al abstencionismo.

Entre las consignas y objetivos planteados para realizar el ataque, la proclama de los folletos ampliaba:

"Tenemos que limpiar el Vraem y el Perú de cuchipampas o prostíbulos, de orates, de degenerados homosexuales, de degeneradas lesbianas, de drogadictos, de individuos indisciplinados que no respetan a nadie, de rateros, de secuestradores, de corruptos, de soplones, de espías, de infiltrados".

Registro del atentado. Créditos: gentileza.

Repercusiones políticas

Ambos candidatos repudiaron el atentado y se solidarizaron con las víctimas, aunque el hecho entró inevitablemente en la lógica de una campaña álgida a días de un ballotage.

Esto tiene que ver con la dinámica profundamente radicalizada que tiene la campaña en el Perú, que viene de cinco años de severa crisis institucional, con destituciones de presidentes y estallidos sociales, y hace desembocar esa crisis en un fortalecimiento de los discursos extremos.

La candidata del ultraderechista Fuerza Popular, Keiko Fujimori, por un lado, la hija del ex dictador, hoy preso por delitos de lesa humanidad, reivindica el accionar de su padre que, para un sector de la población, estuvo legitimado por el propio accionar violento de Sendero Luminoso durante la década del 90. Las atrocidades de este grupo terrorista permitieron la emergencia de la “teoría de los dos demonios” y, en casos más radicales, la justificación del terrorismo de estado.

En este caso, el extremismo maoísta vuelve al rescate de la familia Fujimori ya que deja en situación muy incómoda a Pedro Castillo, el candidato de la formación ultraizquierdista Perú Libre.

Pedro Castillo y Keiko Fujimori disputan la segunda vuelta electoral. (Foto: Renzo Salazar /@photo.gec)

Castillo había planteado, días atrás, que era necesaria una amnistía para “perdonar” a los militantes de Sendero Luminoso que se encontraban presos desde hace aproximadamente 20 años. Keiko lo acusó, por esa propuesta, de ser “simpatizante del terrorismo”.

Además, la condición ideológica del candidato se asemeja a muchos de los postulados históricos de Sendero Luminoso (y actuales del MPCP). Aunque no haya ningún indicio de vinculación real, es un paralelismo que la derecha utiliza para atacar a Castillo, en este discurso apocalíptico de “se viene el comunismo”.

Desde el equipo de campaña de Perú Libre respondieron a las acusaciones con un interrogante: ¿a quién le conviene este atentado, a Keiko o a Pedro?

Las elecciones son el próximo domingo y el resurgimiento de la acción directa de las nuevas versiones de Sendero Luminoso son un componente más de la alocada campaña peruana, que muestra a las claras las consecuencias imposibles de parar de una crisis institucional, cuando las reglas de la democracia se violentan.

Juan Martín Maldonado

Soy el community manager de la Coope. Me recibí de Lic. en Comunicación Social pero mi escuela fue ER. La montaña es mi hogar, el trail running mi mayor compañero.
Ver más notas
Enterate acá
Enterate acá
Enterate acá

Más de lo último