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Papa, perros, gatos e hijos: ¿Por qué le damos relevancia a los dichos de un representante religioso?

La Iglesia Católica volvió a ser tema de agenda, está vez, por unos comentarios de su máximo representante y tener perros vs tener hijos. La verdad, mucha tinta corrió sobre un tema que quizá no debería haber trascendido tanto. Esta semana, el Papa Francisco, máximo referente de la Iglesia Católica, expuso en la primera audiencia […]

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La Iglesia Católica volvió a ser tema de agenda, está vez, por unos comentarios de su máximo representante y tener perros vs tener hijos. La verdad, mucha tinta corrió sobre un tema que quizá no debería haber trascendido tanto.

Esta semana, el Papa Francisco, máximo referente de la Iglesia Católica, expuso en la primera audiencia general del año que "hay parejas que no quieren tener hijos, pero tienen dos perros y dos gatos". Sus dichos se enmarcaron dentro de la problemática del "invierno demográfico" que, según él, acecha en varias partes del mundo, debido a que las parejas deciden no tener hijos.

El Papa advirtió “yo le pido a san José la gracia de despertar las conciencias y pensar en esto: en tener hijos. La paternidad y la maternidad son la plenitud de la vida de una persona”, destacó. “Piensen en esto”, exhortó, ante una multitud de fieles de todo el mundo que lo escuchaba en el Aula Pablo VI.

Si bien estas expresiones se dieron en un ámbito puramente religioso, trascendieron en las redes sociales y muchas personas se indignaron frente a esto. Es curioso, porque no deja de ser un referente, el máximo exponente vivo del cristianismo; entonces, ¿qué pretendemos que opine el Papa? ¿Qué trascendencia elegimos darle a sus dichos?.

No podemos negar la propia responsabilidad al elegir deliberadamente darle entidad y trascendencia a las opiniones de una persona que fundamentalmente se dirigen a sus fieles y devotos.

Si realmente queremos que la esfera religiosa deje de ponderar y escabullirse en la vida social, lo principal es no permitir que estás opiniones (porque, no dejan de serlo) dominen la agenda mediática.

Darle visibilidad y difusión a los dichos de una figura pública que no nos representa - quizá a algunxs sí, pero también se armó debate por fuera de los ámbitos religiosos- pueden no ser la mejor manera para que la Iglesia se mantenga alejada de otros ámbitos sociales.

La clave, más allá del debate que generaron estas declaraciones, debería apuntar a cuestionar la política y los tratos que se hacen con la institución religiosa, esos guiños que mantienen a la Iglesia a la par del Estado en determinados temas, esta relación no está establecida…pero la presión de los grupos religiosos en temáticas públicas como la ESI o la economía, debería ser lo que genere más reflexión.

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