No hay motivo suficiente para atender la urgencia de las comunidades wichis

La pandemia del coronavirus se impuso como primera necesidad y urgencia, y así, una vez más, las comunidades originarias quedaron postergadas.

Por Cristian Dominguez

Cuando comenzó el año, la situación de las comunidades wichis en Salta tomó lugar en la agenda nacional por el fallecimiento de más de una decena de niños y niñas con graves síntomas de desnutrición y deshidratración.

De algun forma u otra, entre denuncias y reclamos, parecía que por fin había un plan nacional y provincial para atender esta situación en marzo. Sin embargo, la pandemia del coronavirus se impuso como primera necesidad y urgencia, y así, una vez más, las comunidades originarias quedaron postergadas.

"Me imagino que cuando termine la cuarentena todo vuelve para atrás, vuelve al olvido", se lamenta Gilberto Esteban Vicente, presidente de la comunidad wichi "El Trafico" de la localidad de Embarcación, norte de Salta.

Vicente cuenta que en su comunidad hay al menos 150 familias, de las cuales solo algunas cuentan con agua potable y, en cuanto a la comida, "a veces comemos y a veces no". A su vez, las redes del Estado son escasas para sostener la crisis: "Esto de la pandemia nos afecta por el tema económico y falta de trabajo. Tenemos ayuda del Gobierno pero es solo el IFE que no es suficiente".

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La desnutrición y la deshidratación fueron las principales causas asociadas al fallecimiento de más de 30 niños y niñas en el norte salteño. Y esto no es una simple observación, ya hay personas imputadas dentro del arco provincial por el deceso de dos hermanitos de 1 y 5 años, a causa de una "gastroenteritis con deshidratación severa”. El pasado 22 de mayo la Fiscalía Penal de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal imputó provisionalmente a seis funcionarios por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público en el marco de la investigación de la muerte de ambos menores en marzo. Con éstos, ya son siete las personas imputadas, todas parte del sistema de salud.

A pesar de las "buenas intenciones" de la Justicia, aún falta atención del Estado, faltan alumbrados públicos, faltan redes de energía eléctrica, redes de conexión de agua potable y provisión de alimentos. Eso, como base fundamental para encarar un proceso de dignificación de la vida de miles de familias que históricamente han sido vulneradas, violentadas y despojadas de sus tierras.

Pero en el norte salteño no viven los poderosos, no viven los grandes productores -a pesar de que cada día avanzan más sobre el bosque nativo-, no están los bancos más importantes del país ni la casta política de mayor peso. Ahí están en el abandono las comunidades, las familias de los pueblos originarios: no hay motivos suficientes para atender sus urgencias.

"El Estado nos presta atención cuando hay algo de emergencia, pero sino no tenemos ayuda. Luego todo queda en el olvido", repite el líder de la comunidad wichi "El Tráfico", y concluye: "Nosotros vivimos como podemos y siempre esperamos la ayuda del Gobierno".