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Mujeres e indigenismo, dos causas hermanadas

Lorena Monroy es integrante de Católicas por el Derecho a Decidir, y sus raíces son calchaquíes diaguitas. Actualmente pertenece al territorio de Santa María Catamarca y por herencia ancestral a la comunidad indígena de Amaicha del Valle en Tucumán. Su trabajo se centra en comunidades de Catamarca. Hoy es el último día de libertad para […]

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Lorena Monroy es integrante de Católicas por el Derecho a Decidir, y sus raíces son calchaquíes diaguitas. Actualmente pertenece al territorio de Santa María Catamarca y por herencia ancestral a la comunidad indígena de Amaicha del Valle en Tucumán. Su trabajo se centra en comunidades de Catamarca.

Hoy es el último día de libertad para los pueblos originarios, y decidimos hablar sobre mujeres e indigenismo. Son dos causas paralelas que tienen un cauce común: la opresión del sistema tradicional, hegemónico y anglosajón.

Lorena Monroy es integrante de Católicas por el Derecho a Decidir, colectivo que está celebrando sus 30 años de existencia. Pertenece a la región del Valle Calchaquí, y una comunidad diaguita calchaquí de Amaicha del Valle. En ella, confluyen la lucha y la resistencia de los pueblos originarios y la identificación con la causa de las mujeres.

Su comunidad es histórica desde lo ancestral e incluso cuenta con una constitución propia que les guía para defender su identidad y mantener mediante el reconocimiento las raíces asentadas en el territorio que habitan.

Actualmente, trabaja dentro de diversas comunidades en la Provincia de Catamarca, específicamente en Santa María. "Es un territorio caracterizado por los valles y por las zonas de sierra de sierras altas o zonas de montañas. Mi trabajo fundamentalmente se desarrolla a través de redes de mujeres indígenas que hemos generado. Pero también hemos generado un grupo más chico que acompaña a las hermanas y a nuestras niñeces dentro del territorio y que se llama 'Líderesas del Valle'".

Este grupo plantea su trabajo desde el Derecho como herramienta pero también realiza acciones sociales y de abordaje en cuanto a las violencias. "El trabajo de territorio es muy duro, porque acá se han naturalizado mucho de los patrones tradicionales de violencia y la verdad que es luchar contra eso, pero también es luchar contra que en el territorio no seamos mal vistas y perseguidas", indicó Lorena.

Finalmente, también está cumpliendo con una tarea política muy importante como la primera concejala indígena dentro del territorio. "Nunca había tenido tanta incidencia como cuando se enteraron que podía defender a mis raíces indígenas. Fue como una cuestión más allá de fortalecerme desde mi identidad, ha sido una función de ataque desde la política".

La causa de las mujeres e indigenismo

Lorena aclara sobre las problemáticas que la movilizan: "no nos nombramos feministas. Nos nombramos mujeres con la causa indígena y por la causa de las mujeres, si bien veo el feminismo dentro de mí".

Pero entiende que la causa de las mujeres está muy relacionada con una cuestión ancestral, histórica y que refiere a la memoria. "La verdad que mis abuelas, mis bisabuelas mi madre han sido profundamente feministas nada más que los contextos territoriales que hemos crecido, territorios muy duros muy difíciles y muy hostiles a las mujeres, aún así hemos crecido con muchísimo liderazgo porque en territorios hostiles las mujeres indígenas nos tenemos que imponer".

En este sentido y a modo de ejemplo, se refirió a los tiempos de las zafras, momento en que los varones de las comunidades iban a trabajar en la cosecha de la caña y la fabricación de azúcar en la zona de Tucumán.

"Las mujeres, quedábamos como guardianas del territorio y había algún otro varón que quería venir a asaltar nuestras corporalidades, nuestros territorios o nuestros animales. Allí, identificamos cómo podíamos imponernos en el territorio y que nos respeten. Yo veía claramente como mi abuela se podía imponer en los territorios. Entonces creo que desde ahí lo tomo que éramos profundamente feministas que conocíamos y que sabíamos que podíamos ser capaces con un territorio profundamente hostil y difícil".

Imponerse en ese contexto totalmente adverso, era muy difícil ya que no sólo se resistía por la situación particular de los tiempos de las zafras "sino también por la discriminación a nuestras identidades, nuestras personas, nuestros colores, nuestras formas de ser nuestros cabellos y nuestras prácticas".

En este sentido señaló que "quizás la negamos nuestra identidad muchísimo tiempo, pero yo creo que una mujer indígena que crece en territorios profundamente hostiles y lograba imponerse, es feminista nada más que en ese momento no podíamos entenderlo".

Lorena señala que quizás el concepto de feminismo no les identifica ya que puede ser "centralista" pero "entendíamos perfectamente la causa de las mujeres y entendíamos cuáles eran nuestros derechos y cuáles eran los límites y cómo nos teníamos que imponer".

En su experiencia personal, la integrante de Católicas por el Derecho a Decidir señala que entendió que esas dos partes, indigenismo y la causa de las mujeres, se resginificaron luego de mucho tiempo.

"Creo que la primera vez que resignifique mi feminismo fue alguna vez cuando escribí un libro cuando estudiaba la carrera de Historia y pude contar nada más y nada menos las historias de mis territorios, y comencé a interpelarme porque había negado toda esta situación. Y la segunda muy fuerte, fue encontrarme en 'Católicas' con otras hermanas que estaban o que habían vivido lo mismo que yo o que los territorios le habían sido profundamente hostiles y aún así llevaban su identidad adelante con muchísima fortaleza. Entonces me vi reflejada".

Las mujeres en las comunidades

"Las mujeres hemos entrado en el desafío de este último tiempo, el de ocupar los cacicazgos o comenzar a ser ceremoniantes. Porque en estos territorios esas funciones siempre eran varones quienes las cumplían".

Se trata de una transformación muy significativa debido a la importancia que cobran esos roles. Además, se han generado áreas de mujeres en las comunidades: "seguramente con muchísimo tiempo más adelante, podremos hablar de áreas de mujeres y diversidades, pero se ha generado el principio de poder hablar de mujeres, de la lucha, de cuáles son las las causas de las violencias y cómo podemos intervenir" nos explica Monroy.

Las violencias contra las mujeres es una de las principales problemáticas que presentan en el territorio y al respecto añadió: "acá nos vamos a parar y vamos a hablar y vamos a hacer atención. En muchos territorios sobre todo en las cuestiones de abuso, el impulso ha sido encontrar ese espíritu que permita que que podíamos ser un motor juntas que nos sacó el miedo, que empezamos a vernos como potencia y fuerza, y que solas por ahí nos costaba un montón. Encontramos que podíamos sortear esos desafíos tan terribles a través de nuestras luchas y empezar a manejar un mismo lenguaje".

Sobre Católicas

Católicas por el Derecho a Decidir lanzó una campaña a 30 años de sus existencia y a través de un manifiesto, expresaron: "Desde nuestra fe y nuestras creencias, apostamos a iglesias democráticas que promuevan el Estado laico y la vigencia y ampliación de los derechos humanos".

En ese párrafo puede borrarse la distancia que muchas veces existe entre la iglesia y las comunidades originarias. Pero además, en la lucha conjunta que mencionaba Lorena previamente.

"Católicas es el espíritu profundo que impulsó nuestras luchas en el territorio, que entendió primero nuestros miedos y nuestros desafíos, que los transformó en esa energía de lucha que volvíamos y sentíamos que podíamos con todo, que sentimos que podemos con todo".

"La verdad que cuando empezamos con Católicas teníamos dudas: indígenas, católicas, colonización. Pasaba en nosotras, ese ruido. Así que las primeras veces fue mirar, sentarme. Pero vimos que católicas nos podía generar esa fuerza de volver al territorio, de ponerle nuestros cuerpos sin los miedos porque ya no nos sentimos solas. Pero además habían respetado profundamente nuestra cosmovisión y nuestra espiritualidad, entonces era un feminismo distinto que nos permitía ser feministas indígenas con una mirada de cosmovisión con una espiritualidad muy profunda arraigada en nuestra ancestralidad".

Católicas les brindó el apoyo a las mujeres indígenas en medio de los desafíos que atravesaban en sus territorios. "Nos enseñó la causa de las mujeres, la causa del feminismo indígena, desde esta historia de comunidad, de amor. Nos hizo volver en la memoria olvidada y largamente colonizada, con el orgullo profundo de ser indígenas y guardianas del territorio" indicó Lorena.

"Creo igual que estamos en un proceso de resistencia de memoria ancestral largamente colonizada en el fin de afirmar nuestra identidad profundamente feminista , pero que aún falta la memoria no recuperada o la colonización o la religión nos ha impuesto este proceso largo de sumisión" concluyó Lorena.

Hoy nuestra lucha está en recuperar la memoria plenamente, nuestra lengua materna y exponer con más frecuencia nuestras prácticas espirituales porque son las que nos han mantenido vivo éstos años. Quizás aún falta pero algún día nuestros símbolos de luchas flamearan junto a otros símbolos del feminismo.

Ramiro Quintanilla

Dedicado a la redacción por la tarde en la cooperativa. Comunicador. Me interesa lo político, el ambiente, los pueblos originarios, la salud mental, la cultura y creo que antes de decir hay que aprender a preguntar, o no?
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