Conversamos con Claudio Sarmiento, compilador del libro «Agroecología a la carta», que reúne experiencias, investigaciones y miradas políticas hacia esta forma de producir más amigable con la tierra. ¿Porqué los productores transicionan hacia este método de producción?
La agroecología avanza como modelo de producción en todo el mundo. Se trata de una forma de producir que impacta de forma positiva en la tierra y en el mismo ambiente, brindando resultados positivos y generando alimentos libre de agroquímicos.
En Córdoba, también se está generando una transición entre los productores, ya que optan cada vez más por esta forma de trabajar la tierra.
En el libro «Agroecología a la carta«, 26 autores se reúnen en 14 artículos con información, experiencias, investigaciones y reflexiones acerca de esta forma de producción. Conversamos con Claudio Sarmiento, compilador del escrito.
«La agroecología es una forma de pararse ante el mundo». Con esa frase concluyó la charla de 30 minutos que mantuvimos en la cual se explayó acerca de la realización del libro, experiencias personales y motivos por los que cada vez más productores indagan sobre la agroecología.
El libro presenta 3 capítulos: en el primero, se explica de forma educativa la práctica de la agroecología; en el segundo, hay experiencias de vida productores que han hecho el cambio hacia este modelo productivo; y en el tercero, hay un artículo que revisa los motivos de la transición de los productores (a cargo de Claudio Sarmiento) y otro, a cargo de Leonardo Rossi, donde se hace una análisis más amplio y político sobre la necesidad de cambiar hacia la agroecología.
Claudio Sarmiento vive hace 24 años en Las Higueras, una ciudad del departamento Río Cuarto en el sur provincial donde el agronegocio predomina. Es docente de la Universidad de Río Cuarto y de la Universidad de Villa María.
¿Porqué transicionan los productores?
La agroecología es una forma de pararse frente al mundo. Claudio indagó a través de las experiencias de los productores acerca de los motivos que los llevaron a cambiar de modelo de producción. Sin intenciones de generalizar, encontró múltiples coincidencias entre quienes se alejaron de los agroquímicos para trabajar la tierra o se alejaron de modelos industriales de ganadería.
El desencanto con el modelo agropecuario es una de esas coincidencias junto a la formación de grupos de productores.
«Creo que primero se está dando una sensibilidad social creciente con las cuestiones ambientales, muy fuerte, que lleva a transicionar» explica Claudio. Es que la sociedad está más atenta a los desastres ambientales, al cambio climáticos y a las crisis del planeta.
Esa sensibilidad llega a quienes trabajan en la producción agropecuaria, aunque los «bichos de ciudad» pensemos que no es así. Son muchos los grupos de productores que se reúnen para intercambiar saberes acerca de la agroecología.
«Hay un montón de miedos al medio o de dificultades. El rol de la familia es algo clave, mucha gente se siente muy sola y ahí está el rol de los grupos. Por eso, siempre armamos grupo de productores. Porque es bravo hacer un cambio solo o sin sentir consciencia por nada».
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El conocimiento, otro factor clave
«Hay mucho mito alrededor de la agroecología. Como que no produce o como que es para superficies chicas o para hippies, que te van a comer las malezas y todo por desconocimiento», explica el entrevistado.
Nos cuenta que cuando él estudiaba, allá por los 90´, nadie hablaba de agroecología, de orgánico, de permacultura o biodinámica. Las cosas han cambiado, e incluso se puede dialogar con los sectores académicos más conservadores.
«En principio, lo que me parece que acerca los productores a ser agroecológicos, es conocer».
El conocimiento está al alcance de la mano (o de una compu). Existen documentales acerca de agroecología que muestran las prácticas y formas de transicionar; se realizan congresos de agroecología donde los productores comparten experiencias y métodos; existen investigaciones que refutan los mitos de la reducción de la producción, e incluso, dan cuentas de mejores resultados obtenidos a través de la agroecología.
«No solo es el conocimiento científico sino también el conocimiento empírico» señala Sarmiento. En este sentido, indica que también hay mucha añoranza de lo que era el campo antes de los agroquímicos.
«Los que conocimos el campo de mi abuelo, de cualquier persona grande, que conoció la diversidad, el trabajo de los animales, con la ganadería conviviendo con la agricultura, el reciclaje de los nutrientes, sabe de lo que hablo».
A ese conocimiento empírico hay que sumarle 40 años de investigación, de experiencia y de intercambio de saberes con otros lugares del mundo. «Te encontrás con técnicas peruanas o centroamericanas, con el bocashi, que es un abono japonés. El mundo interactúa y es una versión mejorada del campo de mi abuelo», explica el entrevistado.
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Producir mejor y respetar
La agroecología en el mundo es un modelo que puede «competir» directamente con otras formas de producción.
Claudio comentó que en el año 91, se usaban 30 millones de litros de agroquímicos en Argentina y existía la promesa de reducir esa cantidad. Pero, al contrario, se pasó de 30 a más de 500 litros en todo el país.
«Hice un doctorado en ciencias económicas. Me gusta medir, sacar números. En buena parte de mi carrera me dije me dedique a medir la economía de la agroecología. Y comparé los resultados con otros autores que investigaron lo mismo. A todos los que investigaron la rentabilidad de la agroecología les dio mejor la agroecología por una cuestión sencilla. Son campo muy baratos, no gastan nada, muy poco a comparación de la fortuna que pone hoy un productor para producir».
Es que la inversión en productos agroquímicos, o en la industrialización de granjas es muy grande. Mientras que en la agroecología, la fuerza de trabajo es lo primordial.
La ganadería agroecológica también resulta rentable, y Sarmiento explicó acerca de un ejemplo particular de un tambo que pasó a producir agroecológicamente en Ucacha.
«Pasó de un sistema de tres ordeñes por día, donde la vaca tiene una vida útil de un año y medio, donde camina poco, donde hay que invertir en alimento y donde la mortandad de terneros es muy alta; a una producción donde la vaca come pasto, se produce menos litros de leche pero entran más animales por hectáreas. La vaca tiene un promedio de vida de 6 años y se ordeña sola, prácticamente».
En materia de ganadería, también hay una mayor conciencia sobre la vida de los animales que contagia a realizar la transición.
«Es especie de reconciliación con lo que nos trajo a nosotros a estudiar agronomía. El campo desde la vida, desde la naturaleza, desde que el animal que tiene que caminar, camine. La crueldad que es tener un animal encerrado como hoy se cría los cerdos y los pollos, por ejemplo. Hay cerdos los que no pisan la tierra, nunca en su vida», comenta Claudio.
Por último, me quedó con una reflexión del entrevistado para cerrar esta extensa nota acerca de la agro ecología en Córdoba y el mundo.
«La agroecología, si bien genera un ingreso económico, no es un negocio. La agroecología es una forma de pararse ante el mundo y encontrarse por ahí, con mil personas, que estás compartiendo una mirada. Y ver que eso crece es hermoso. Esa alegría que hay en la agroecología, no lo he visto en otros modos de producir. Es algo que una vez que el productor, se acercó, no hay vuelta atrás«.