Hallaron el fósil de un ictiosaurio, un dragón marino que data de hace 180 millones de años
Este dragón marino gigante fue encontrado en el interior de un embalse de Inglaterra. El ictiosaurio medía diez metros de largo y su cráneo pesaba una tonelada. Investigadores británicos encontraron el fósil de un dragón marino gigante, de hace más de 180 millones de años, en un embalse de Rutland, Inglaterra. En la época de la […]
Por Carmela Laucirica | 01/12/2022
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Este dragón marino gigante fue encontrado en el interior de un embalse de Inglaterra. El ictiosaurio medía diez metros de largo y su cráneo pesaba una tonelada.
Investigadores británicos encontraron el fósil de un dragón marino gigante, de hace más de 180 millones de años, en un embalse de Rutland, Inglaterra. En la época de la que data este fósil, las profundidades del océano eran habitadas por diversos monstruos marinos.
En esta oportunidad, los restos fueron hallados de casualidad por un trabajador, mientras realizaba sus tareas rutinarias de jardinería en el embalse. Tras dar aviso, los paleontólogos examinaron los restos y confirmaron que se trata de un ictiosaurio, un dragón marino gigante. La morfología de esta especie "es parecida a la de los delfines actuales", según apunta el Doctor en paleontología, José Miguel Gasuilla. Aunque hay una gran diferencia entre ambas especies: "los delfines son mamíferos y este se trata de un reptil", señala Gasuilla.
Los ictiosaurios dominaban los océanos
Este reptil medía diez metros de largo y tenía un cráneo de una tonelada. Incluso, como especie podían ser considerados los reyes del mar hace 180 millones de años. "Los ictiosaurios dominaban los océanos", apunta la investigadora y geóloga, Laura Piñuela. Y es que los ictiosaurios "podían llegar a alcanzar veinte metros o más", afirma.
También se lo consideraba un mega depredador, ya que al ictiosaurio le encantaban las presas grandes. Era conocido por sus ojos, enormes. Ningún vertebrado los ha tenido tan grandes. Además, otra de sus características era la velocidad. Nadaba muy rápido, casi 40 kilómetros por hora. El hallazgo es histórico. El esqueleto está muy bien conservado.
