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Cuasimonedas: reflejos de la crisis y de un sistema tributario regresivo

Publicado por:Ramiro Quintanilla

A partir de la emisión de un Bono Cancelación de Deuda (Bocade) que aprobó la Legislatura de La Rioja, a pedido del gobernador Ricardo Quintela, la pregunta sobre estos títulos de deuda, se acrecentan. El último que realizó declaraciones al respecto, fue el gobernador cordobés, Martín Llaryora quien señaló: «yo descarto la cuasimoneda para nuestra provincia, vamos a hacer todo el esfuerzo para no llegar a eso». Conversamos con el economista José María Rinaldi.

Algunas de las cuasimonedas que circularon durante la década del 2000.

Luego de la decisión del gobierno riojano de emitir los denominados Bonos Cancelación de Deuda (Bocade), las cuasimonedas forman parte de la agenda mediática nacional.

Es que el panorama de crisis económica y social generalizada, sumada a la dependencia de las provincias del tesoro nacional y la repetida frase del presidente Javier Milei, «no hay plata», generan una incertidumbre y recesión que golpea duramente a las arcas de los gobiernos de las Provincias.

Las preguntas sobre las cuasimonedas a los gobernadores a partir de la decisión del mandatario riojano, Ricardo Quintela, se repiten en todos los programas televisivos. Ayer, fue Alejandro Fantino quien en conversación con el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora realizó la consulta.

«Yo descarto la cuasimoneda para nuestra provincia, vamos a hacer todo el esfuerzo para no llegar a eso. Pero creo que si Quintela lo hizo es porque debe estar en una situación muy complicada que la tiene que explicar él. Yo no creo que ningún gobernante quiera llegar a esa situación porque sabemos que es una situación desfavorable, traumática y difícil», dijo el gobernador de Córdoba.

Conversamos con el economista José María Rinaldi quien nos indicó que básicamente, las cuasimonedas son títulos de deuda que toman este los gobiernos provinciales para suplir sus déficits.

Por ejemplo, el gobierno riojano decidió emitir Bocade por $15.000 millones. «Empiezan a circular dentro de las provincias a través de los pagos que hace el Estado provincial a los proveedores, a los empleos públicos, a distintos tipos de de contratistas, etc. Porque el resto de la moneda se lo reserva para pagar las deudas en monedas extranjeras» explica Rinaldi.

A modo de ejemplo, el economista recordó que Córdoba tiene una gran deuda en moneda extranjeras y se encuentra renegociando con los organismos prestamistas.

Entonces, los estados provinciales guardan sus pesos o dólares para liquidarlos en esos compromisos, mientras tanto utilizan estos títulos de deuda para hacer frente a las obligaciones locales. Por ejemplo, Quintela confirmó que la cuasimoneda será utilizada para pagar salarios.

El economista señala que se genera un problema de confianza que termina impactando en el valor de los títulos de deuda: «estas cuasimonedas, obviamente pierden valor porque tanto los supermercados como con los consumos masivos como el combustible, en las estaciones de servicio te dicen: no, yo no recibo o si los recibo, los recibo a menos de lo que valen».

En tanto que quien sigue recibiendo y tomando el valor de estas cuasimonedas es obviamente el gobierno provincial, ya que fue quién emitió los títulos de deuda. Los ciudadanos pueden utilizarlos para pagar impuestos como ingresos brutos o el impuesto inmobiliario.

«Pero genera un deterioro y una falta de confianza porque se sabe que la provincia está desfinanciada. Entonces se desconfía en el titular de esa deuda. Imaginate si en un contexto de inflación hay un rechazo al peso, el rechazo es mucho mayor a un título de deuda» explica Rinaldi.

Razones tributarias y de crisis

El economista explica que una de las razones de la utilización de las cuasimonedas es el déficit de las provincias que está dado en gran parte por la composición de los ingresos de las distintas jurisdicciones y la dependencia del estado nacional.

«Argentina tiene un federalismo fiscal. Las provincias dependen de la recaudación que está centralizada legislada, administrada y centralizada en la jurisdicción federal (gobierno nacional). Luego se hace una distribución secundaria entre todas las provincias» explica sobre los mecanismos de coparticipación o transferencias a las jurisdicciones provinciales.

Una de las características del régimen tributario argentino es que es regresivo. ¿Qué quiere decir? «Que se recauda con impuestos cobrados a los sectores menores de ingresos o que son iguales para toda la población. Entonces, la mayor parte de la recaudación en impuestos viene de los consumos, como el IVA (Impuesto al Valor Agregado)».

Por esta regresividad, otra característica del régimen tributario argentino es la vulnerabilidad: «cuando se enfría el consumo ya sea por una crisis internacional, por una crisis regional o por una crisis nacional como el caso que estamos viviendo ahora, con grandes devaluaciones y procesos inflacionarios muy agudos, la recaudación cae porque la gente deja de consumir a partir de la pérdida de poder adquisitivo del salario» nos comenta Rinaldi. Por lo tanto, el estado no recauda.

La otra característica del régimen tributario argentino es la inflexibilidad, es decir, que no puede cambiarse en el corto plazo ni siquiera a través de decretos. Recordemos por ejemplo, que los decretos de necesidad y urgencia (DNU)  no pueden tratar temas de materia tributaria, penal, electoral o sobre partidos políticos.

Es por esto que legislar, regular o reformar el régimen tributario lleva tiempo. «Lo que hay que hacer es una reforma tributaria integral dándole más progresividad y que los impuestos lo paguen los sectores de mayores ingresos» señala Rinaldi.

La caída en la recaudación constante afecta principalmente a las provincias que cuentan con baja potencialidad de recaudación propia. Por ejemplo, hay provincias en donde sus ingresos dependen en más de un 90% de la coparticipación, es decir, de la recaudación del gobierno nacional, como son las provincias del Noroeste y del Noreste argentino.

A diferencia por ejemplo de las provincias de la franja central del país, en donde la composición de ingresos es más pareja. Por ejemplo, los ingresos de la Provincia de Córdoba en un 40% dependen de la recaudación propia y aún así se ven afectadas por la caída en la recaudación del estado nacional.

«Veo al futuro, repetir el pasado»

«Lamentablemente, se está configurando un escenario muy similar al de la mitad del 2001. Hay un deterioro, una ruptura del tejido social, una caída brutal del consumo, una gran pérdida de poder adquisitivo, del salario y del ingreso de los autónomos» explica el economista.

«De estas crisis, se sale recuperando el rol del Estado. Esta fantasía que está planteando el gobierno actual, no tiene evidencia empírica en ningún lugar del mundo» afirma Rinaldi.

Las cuasimonedas en sí entonces representan un reflejo de las crisis que ya conocemos. Y, para sacarlas de circulación se hace uso de una herramienta bien conocida pero que según el gobierno nacional es mala palabra: la emisión.

«En los 2000´, para sacar los patacones y lecop de circulación, se rompió con la Ley de Convertibilidad que ataba el peso al dólar. Y se emitieron los pesos necesarios para suplantarlos. De aquí se sale igual. Esto que hablan del superávit fiscal de dos puntos que son para pagar los intereses la deuda, con equilibrio financiero, no existe en ningún lugar del mundo. Los países desarrollados tienen más de cuatro puntos del PBI de déficit. Mientras el FMI, les advierte: ojo que tienen una deuda. Y los países desarrollados no responden porque entienden que supone un problema para Argentina, pero no para ellos» concluye el economista.

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