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Privatización de YPF: «Todo indica que va a terminar siendo una empresa más del mercado»

Publicado por:Agustina Bortolon

Javier Milei (La Libertad Avanza) fue elegido como el futuro presidente de la Nación. Un día después del balotaje, adelantó que avanzará en la privatización de YPF. Dialogamos con Juan José Carbajales, abogado y politólogo, acerca del tema.

Este domingo 19 de noviembre, Javier Milei (La Libertad Avanza) resultó electo presidente de la Nación. Un día después de la victoria, anunció, entre otras medidas, que privatizará Yacimientos Petrolíferos Fiscales S.A. (YPF).

«Todo lo que pueda estar en manos del sector privado, va a estar en manos del sector privado» afirmó el libertario en una entrevista con radio Mitre.

«Lo primero que hay que hacer es recomponerla», dijo Milei sobre YPF, refiriendo al supuesto «deterioro» de la empresa. Según afirma, hizo que valiera «muchísimo menos» que cuando fue expropiada.

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YPF fue creada en 1922 en Argentina. Se trató de la primera petrolera estatal integrada verticalmente en todo el mundo. En 1999 fue privatizada y vendida a Repsol, que luego cedió un 25% a Petersen Energía en 2007. En 2012, el Estado -en ese entonces, gestionado por Cristina Fernández de Kirchner- expropió el 51% de las acciones bajo el poder de Repsol.

El presidente electo afirmó que «en la transición que estamos pensando en la cuestión energética, tanto Enarsa como YPF tienen un rol mientras se racionalicen las estructuras, se las pone a crear valor para que se las pueda vender de una manera muy beneficiosa para los argentinos».

YPF en Argentina

Los antecedentes más antiguos de YPF se remontan a 1902, con el descubrimiento de petróleo en la zona aledaña a Comodoro Rivadavia. Años más tarde se creó la Dirección General de Explotación del Petróleo, con el objetivo de regular la actividad de las compañías extranjeras que, lentamente, se establecían en el país.

En 1922, hacia fines del gobierno de Hipólito Yrigoyen, se crea la empresa. En sus primeros años fue dirigida por el general Enrique Mosconi.

Desde su fundación, la empresa ejecutó todas las actividades necesarias para la explotación de petróleo. Esto incluyó la fundación y el abastecimiento de pueblos cercanos a zonas con reservas de petróleo; lo que propició el surgimiento de localidades como la mencionada Comodoro Rivadavia en Chubut, Las Heras, Cañadón Seco y Caleta Olivia en Santa Cruz y Plaza Huincul en Neuquén.

YPF tuvo el monopolio legal del petróleo durante toda su existencia como Sociedad del Estado, pese a que también existía una considerable participación de la industria de las multinacionales Shell y Esso. De igual modo, su producción siempre superó con creces la del sector privado.

Durante la dictadura cívico-eclesiástica-militar de 1976 se designó como Interventor a Juan Carlos Reyes, General de Brigada R. por Decreto 125. Hasta el momento se tiene conocimiento de que 30 trabajadores de la empresa fueron detenidos-desaparecidos.

Entre 1991 y 1992, Carlos Saúl Menem llevó a cabo las primeras reformas. El primer paso fue el cambio de tipo societario de YPF, que pasó de ser una Sociedad del Estado a una Sociedad Anónima. En 1999 finalmente fue privatizada y vendida a Repsol.

13 años más tarde, el 16 de abril de 2012, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la decisión de expropiar el 51% de las acciones de la empresa, para retomar el control por parte del Estado. De este modo, se recuperó la soberanía petrolera y se frenó la caída de la producción.

¿Puede Milei privatizar YPF?

En diálogo con El Resaltador, Juan José Carbajales -abogado y politólogo; exsubsecretario de Hidrocarburos de Argentina entre 2019 y 2020; director de la consultora Paspartú- explicó que «como poder, puede privatizarla».

Sin embargo, hay ciertos obstáculos de orden legislativo y político. «En primer lugar, el paso legislativo que debería ejecutarse es tramitar una ley en el Congreso de la Nación con mayorías agravadas. Es una ley de orden público y se asimilan las acciones que tiene el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) en empresas privadas, entre ellas YPF, y que tienen un resguardo de modificación de dos tercios por dos miembros presentes en la Cámara».

Lo anterior implica que «La Libertad Avanza deba conseguir votos que hoy no tiene, ni siquiera sumando diputados y senadores del PRO».

El segundo obstáculo es político. Se vincula a la «relación con las provincias, con los gobernadores que tienen representantes en el Congreso, y con la participación que tienen estas provincias en el órgano de dirección de YPF; donde participan por ser dueños del 49% del paquete accionario dentro del 51% expropiado», explicó Carbajales.

El primer caso podría «salvarse» con un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), pero éste también debería cumplir con muchos requisitos.

«Luego, la negociación política sería con gobernadores afines al espacio de Juntos por el Cambio, que son 10, y con otros gobernadores que pasarán a ser oposición peronista. Es todo un camino que, si bien no es imposible, va a ser dificultoso».

¿Qué implicaría la privatización de YPF en términos económicos y soberanos?

Carbajales manifestó que, en términos económicos, la privatización de YPF podría «implicar un ingreso de dólares para el Ejecutivo, si logra colocar esas acciones en el mercado a través de una oferta pública. Hoy no parece ser el momento indicado, porque YPF cotiza bajo y Milei es consciente de ello«.

Actualmente, la empresa vale unos 15 o 16 mil millones de dólares. No obstante, «está lejos de su potencial, por la cartera de activos, por la potencialidad de Vaca Muerta, por la infraestructura que existe en el país y por los proyectos que tiene de exportación».

Para el abogado, la cuestión de fondo radica en la soberanía. «Uno podría advertir que la principal finalidad de esta decisión es que no se trata de una cuestión económica, sino filosófico-ideológica, que tiene que ver con el ideario del presidente electo (liberal-libertario)».

La privatización de YPF se traduciría, en términos concretos, en un «retiro del Estado nacional de la actuación directa en la economía». Carbajales dijo que esto se denomina «principio de subsidiariedad», una herencia de los 90.

Este principio «le da preeminencia a la libre iniciativa privada para diseñar, ejecutar y financiar las obras y proyectos; en este caso, energéticos. Esa parece ser la razón de ser de esta medida, que no reviste urgencia como tal, sino que es parte de un sentido que trae esta nueva fuerza política y que quiere plasmar en acciones concretas«.

Además, aludió al carácter simbólico de la potencial privatización, «por tratarse de una empresa centenaria, arraigada a las provincias argentinas».

Consultado sobre posibles similitudes entre la idea de Milei y lo que ocurrió en 1999 con el gobierno de Menem, Carbajales aseguró que, a fines de los 90, termina un «largo proceso para YPF que había comenzado nueve años antes. La finalización fue la venta total del paquete accionario a Repsol, que no tenía experiencia en exploración y producción petrolera, sino en refinación».

«Las similitudes podrían darse en caso de que efectivamente una venta prospere con algún jugador internacional. Hoy esto puede no ser algo inmediato, tampoco hay muchos oferentes para YPF, que estén detrás de hacerse de ese capital», agregó.

En la actualidad, hay mayores intereses en asociarse o ingresar a Vaca Muerta. Sin embargo, «para lograr una similitud con el 99, tendría que prosperar una venta total del paquete accionario», reiteró.

Para finalizar, Carbajales expuso que se conoció el nombre de la persona que asumiría al frente de YPF como presidente y CEO. Se trata de Horacio Marín, un ingeniero de la industria, con una vasta trayectoria en el sector. Viene de Tecpetrol, del grupo Techint.

«Lo primero que uno tiene para decir es que se respetaría la gestión profesionalizada, con lo cual, en principio, es una decisión razonable. De todos modos, habrá que ver cómo la conducción de YPF amalgama con un Estado nacional y eventualmente una Secretaría de Energía, cuya prédica no va a ser trabajar codo a codo, sino dejar YPF librada a un plan de negocios que no va a estar vinculado a políticas públicas sectoriales, con una dirección que puede ser sumamente profesional, pero, en principio, no consustanciada con lo que implica la actuación de una empresa estatal».

«Todo indica que YPF va a tomar caminos paralelos frente al Estado nacional, que el Estado se va a ir retirando y que YPF va a terminar siendo una empresa más del mercado», concluyó.

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