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El silencio del caracol zapatista

Hace dos años, cárteles narcos le declararon la guerra al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y sus comunidades indígenas. Desde entonces, las comunidades que nos enseñaron que “otro mundo donde quepan todos los mundos” es posible, guardan un silencio mediático que debería llamarnos mínimamente la atención. ¿Qué está pasando en sus territorios? A partir del […]

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Hace dos años, cárteles narcos le declararon la guerra al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y sus comunidades indígenas. Desde entonces, las comunidades que nos enseñaron que “otro mundo donde quepan todos los mundos” es posible, guardan un silencio mediático que debería llamarnos mínimamente la atención. ¿Qué está pasando en sus territorios?

Integrantes del EZLN/Foto: Isabel Mateos (AP)

A partir del 2021, la violencia armada en Chiapas se recrudeció por los conflictos de poder entre los cárteles más poderosos de México, que avanzan hacia el sur del país donde hace 29 años atrás se levantaron las comunidades zapatistas contra la desigualdad estructural que pesaba cinco siglos.

El crimen organizado, la presencia de militares del ejército nacional mexicano, de paramilitares y autodefensas, junto a la creciente ola de inmigrantes que intentan -muchas veces sin éxito- cruzar desde los países vecinos hacia Estados Unidos, ha puesto en alerta máxima a las y los zapatistas, quienes sostienen un silencio mediático hace más de un año, lo que evidencia un abroquelamiento sobre sus bases y una estrategia de defensa ante lo que parece ser una declaración de guerra sobre sus históricos territorios.

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Desapariciones, violencia sexual, desplazamientos, reclutamiento forzoso de personas, son algunas de las violencias que los carteles como el Cartel de Sinaloa (conducido en su momento por el Chapo Guzmán) o el Cartel Jalisco Nueva Generación, están imprimiendo en territorios zapatistas, generando movimientos indeseados para las comunidades que siempre supieron resistir con entereza y dignidad los avances sobre sus hogares comunitarios.

Las ciudades gritaron por el campo

A fines de mayo, el grupo paramilitar “La Orcao” incursionó sobre el municipio autónomo Lucio Cabañas y atacó a la comunidad Moisés Gandhi, dejando herido a Jorge Sántiiz, miembro de las bases del EZLN. Esta acción fue repudiada por más de 800 organizaciones internacionales y 1000 personalidades de todo el mundo, quienes a través de un documento firmado en común, llamaron a movilizar el pasado 9 de junio ante lo que advierten que puede convertirse en una “guerra civil”.

En 22 ciudades mexicanas y en otras 13 ciudades del mundo, miles de personas se movilizaron exigiendo el fin de la guerra sobre los territorios zapatistas. El documento que instó a las marchas, expresó: “A pesar de que en lugar de invertir su trabajo en la guerra, lo han hecho en levantar hospitales, escuelas y gobiernos autónomos que han beneficiado a zapatistas y no zapatistas, los gobiernos desde Carlos Salinas hasta López Obrador han tratado de aislarlos, deslegitimarlos y exterminarlos”.

Obrando mal

El diálogo con el Gobierno de López Obrador no es el mejor. Desde el zapatismo acusan que la militarización de sus territorios no va a llevar a la solución del problema, sino más bien a empeorarlo.

A pesar de las críticas fundadas por los zapatistas al igual que por otras comunidades y pueblos originarios, el Gobierno Federal aumentó en un 21% el presupuesto militar y abocó a los soldados a la construcción del Tren Maya, mega obra señalada como perjudicial para las comunidades que sufren su inminente instalación en sus históricos hogares.

En este sentido, en octubre del año pasado, el grupo de hackers Guacamaya difundió una serie de informes obtenidos desde la inteligencia estatal mexicana donde se evidencia el espionaje ilegal llevado a cabo por la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) sobre las comunidades originarias en sus acciones contra la instalación del polémico Tren Maya.

“Por ello, el modo del EZLN de operar en contra del Tren Maya sería a través de la reinserción en el contexto nacional e internacional, a través de ataques mediáticos en contra del gobierno. “Al no tener poder de convocatoria para contrarrestar los proyectos, únicamente se limitará el discurso y a atacar de manera mediática al Gobierno federal por la implementación de mencionados proyectos, asesorados por organismos de derechos humanos y observadores internacionales”, expresaba el informe difundido por los hackers.

Marcha a favor del zapatismo en el DF/Foto: Iñaki Malvido (El País México)

Entre las balas y el reclutamiento

Hasta el año 2021, el grupo armado “Los Herrera”, ligado al Cártel de Sinaloa, dominaba el territorio de Los Altos en Chiapas. Sin embargo, después del asesinato de uno de sus líderes fueron despojados del control en la localidad de Pantelhó por otro grupo armado denominado “El Machete”, presentado como autofedensa. 

El enfrentamiento entre estos grupos armados se agudizó en la zona al convertirse en corredor de miles de migrantes que escapan justamente de las violencias sufridas en sus países de origen tales como Guatemala, El Salvador, Honduras. 

La Fiscalía General del Estado, registró 201 carpetas de investigación por desaparición de personas entre el 2018 y 2023 en la zona. Sin embargo, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, en el mismo periodo da cuenta de 810 casos en cinco municipios: 144 en Tuxtla Gutiérrez, 41 en San Cristóbal de las Casas, 108 en Tapachula, 104 en Comitán y 55 en Frontera Comalapa.

Según detalla Radio Zapatista, las desapariciones comenzaron a denunciarse con más fuerza después de los enfrentamientos en mayo del corriente año. Para es entonces, según el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, se vieron obligadas a desplazamientos forzados más de 3500 habitantes de Frontera Comalapa.

Las organizaciones criminales son acusadas de reclutar migrantes al igual que comuneros. El problema mayor reside en que esta violencia se da mayormente en niñeces y adolescencias. Así lo afirma el informe “Niñeces frente a las violencias criminales”, elaborado por la asociación civil Melel Xojobal, quien hace hincapié en el reclutamiento de jóvenes entre 12 y 14 años a los cuáles se les asignan riesgosas tareas que pueden terminar con su vida, con detenciones por las fuerzas de seguridad o con violencias sexuales sobre sus cuerpos e integridades.

Las niñeces cercanas a las zonas de conflicto son reclutadas con distintos objetivos. A los varones se les encarga tarea de reclutamiento de otros pares, como de vigilancia, coyotaje, y hasta sicariato. A las mujeres se les obliga a realizar actividades de limpieza o prostitución.

Manifestante jóven  a favor del zapatismo en el DF/Foto: Iñaki Malvido (El País México)

La guerra donde se sembró la paz

El espiral de violencia sobre los territorios en rebeldía hace ya casi tres décadas, preocupa a muchas organizaciones sociales y políticas, pueblos originarios y comunidades ambientalistas de todo el mundo, quienes ven en el EZLN y su autogobierno un faro del mundo que deseamos.

A lo largo de estas tres décadas, el zapatismo demostró una solidaridad internacionalista que tiño el mundo de saberes y afectos amorosos para con la tierra y con las otredades. Nos enseñó a que los imposibles son funcionales para quienes nos mantienen con la cabeza gacha, a puro consumo y contaminación. Fue el zapatismo quien agarró cinco siglos de dominación y los transmutó en hogares combativos y mundos justos. Entonces, ahora que queman las papas, desde cualquier lugar del mundo, tenemos la responsabilidad histórica de devolverles un poco el aprendizaje contraído al albor de sus luchas. Nos necesitan, los necesitamos. 

A continuación, comparto algunos extractos de la última y Sexta Declaración de la Selva Lacandoña, que pueden leer libremente aquí... no se arrepentirán un solo segundo.

“Y también vemos que crece mucho el narcotráfico y los crímenes. Y a veces pensamos que los criminales son como los presentan en los corridos o las películas, y tal vez algunos son así, pero no son los meros jefes. Los meros jefes andan bien vestidos, tienen estudios en el extranjero, son elegantes, no se andan escondiendo sino que comen en buenos restaurantes y salen en los periódicos muy bonitos y bien vestidos en sus fiestas, o sea que, como luego se dice, son “gente bien”, y algunos hasta son gobernantes, diputados, senadores, secretarios de estado, empresarios prósperos, jefes de policía, generales”.

¿Estamos diciendo que la política no sirve? No, lo que queremos decir es que ESA política no sirve. Y no sirve porque no toma en cuenta al pueblo, no lo escucha, no le hace caso, nomás se le acerca cuando hay elecciones, y ya ni siquiera quieren votos, ya basta con las encuestas para decir quien gana. Y entonces pues puras promesas de que van a hacer esto y van a hacer lo otro, y ya luego, pues anda-vete y no los vuelves a ver, mas que cuando sale en las noticias que ya se robaron mucho dinero y no les van a hacer nada porque la ley, que esos mismos políticos hicieron, los protege”.

“Y les decimos a los hombres y mujeres que tengan bueno su pensamiento en su corazón, que estén de acuerdo con esta palabra que sacamos y que no tengan miedo, o que tengan miedo pero que lo controlen, pues que digan públicamente si están de acuerdo con esta idea que estamos declarando y pues así vamos viendo de una vez quién y cómo y en dónde y cuándo es que se hace este nuevo paso en la lucha”.

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