Ecuador: ¿Qué resultados arrojó la Consulta Popular?

En el día de ayer millones de ecuatorianos y ecuatorianas concurrieron a las urnas para votar la consulta popular y referendo constitucional convocado por el Ejecutivo Nacional. Los resultados dan cuenta de un apoyo y legitimidad al Presidente en su ofensiva contra el "narcoterrismo", pero al mismo tiempo le pusieron un freno a su reforma laboral, clave para su proyecto económico.

El 72% de las y los electores ecuatorianos decidieron ejercer su derecho al sufragio en la Consulta Popular y Referendo Constitucional convocado por el Presidente de la Nación, Daniel Noboa. El ausentismo estuvo alrededor del 28%, marcando una suba con respecto a anteriores procesos electorales donde participaron un 80% (presidencial primera vuelta 2023), y un 82% (segunda vuelta 2023).

En este sentido, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint, expresó: "El ausentismo fue muy alto en comparación a las últimas elecciones".

La votación se centraba en once preguntas a ser respondidas con un "SI" o un "NO". En la mayoría de las preguntas se impuso el "SI", menos en la que el Presidente Noboa pretendía flexibilizar la normativa legal laboral de Ecuador, a travès de la contratación por horas, y también en la pregunta sobre el arbitraje internacional como método para solucionar controversias en materia de inversión, contractuales o comercales.

"Este resultado no solo representa una significativa derrota para el Gobierno de Noboa, que pretendía aprovecharse del contexto de inseguridad para camuflarse y pasar estas preguntas, sino que también envía un mensaje contundente de rechazo a los intentos del Gobierno de precarizar las condiciones laborales y someter los recursos nacionales a intereses transnacionales, esto por órdenes directas de los grupos de poder económico y del FMI", expresaron desde la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador.

Vía libre a la militarización de la seguridad interna

El "Sì" se impuso en las otras 9 preguntas con un promedio de 65% de apoyo, según expresó el mismo gobierno. Las mismas hacían foco en la cuestión de la seguridad, problemática que tiene al país sumido en una crisis histórica, la cuál fue aprovechada por el Ejecutivo decretar el estado de excepción y "conflicto interno", consiguiendo hegemonizar el control territorio público y evitando movilizaciones en contra de sus medidas económicas, tales como la suba del IVA, la privatización de la energía, la firma de un acuerdo de libre comercio con China, etc.

La consulta estuvo dividida en 5 preguntas para “referendo”, los cuales implicaban modificaciones en la Constitución y otras 6 preguntas sonre la Consulta Popular que prevé reformas y temas de interés nacional.

El "si" estuvo a favor de:

• Permitir el apoyo complementario de las Fuerzas Armadas en las funciones de la Policía Nacional para combatir el crimen organizado, reformando parcialmente la Constitución.
• Extradición de ecuatorianos
• Establecer judicaturas especializadas en materia constitucional, tanto en primera como en segunda instancia
• Permitir que las Fuerzas Armadas realicen control de armas, municiones, explosivos y accesorios, permanentemente, en las rutas, caminos, vías y corredores autorizados para el ingreso a los centros de rehabilitación social (contextos de encierro).
• Incrementar las penas de los delitos de terrorismo y su financiación, producción y tráfico ilícito de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización, delincuencia organizada, asesinato, sicariato, trata de personas, secuestro extorsivo, tráfico de armas, lavado de activos y actividad ilícita de recursos mineros
• Cumplimiento total de las penas dentro de las cárceles de las personas privadas de su libertad que hayan sido acusadas por los delitos anteriormente nombrados
• Tipificar el delito de tenencia o porte de armas, municiones o componentes que son de uso privativo de las Fuerzas Armadas o la Policía Nacional
• Permitir que las armas confiscadas por las fuerzas represivas pasen a ser bienes de las mismas fuerzas
• Permitir que los bienes confiscados por el Estado pasen a ser bienes del Estado.

El "shock" y el show: armas de la derecha

El resultado general demuestra un apoyo a las políticas de seguridad esbozadas por el Ejecutivo Nacional, las cuáles se apoyan en una militarización plena de la seguridad nacional a través de un Estado que es catalogado, por las comunidades originarias que habitan Ecuador, como "narcoterrorista".

Sin embargo, es loable destacar que la elección también arroja un mensaje que deberá ser leído por el Gobierno: el pueblo -en su mayoría- no está de acuerdo con una reforma en el código del trabajo, ya sea por la contratación por unas horas como por "plazo fijo".

En este sentido, Noboa vino a impulsar, lo que Naomi Klein denomina la "política del shock", en su libro "El auge del capitalismo del desastre".

El autor identifica y sitúa a esta política en una intervención oportunista de los gobiernos que aprovechan grandes momentos de crisis, generadas -por lo general- por los mismos gobiernos neoliberales, para acentuar sus reformas económicas a favor del gran capital.

"Así, el trauma nacional y el duelo popular en contextos de crisis, sumados a la suspensión de las reglas del juego democrático y a la neutralización de cualquier forma de resistencia, hacen políticamente posibles procesos acelerados de ajuste y recalibración de los mecanismos de gestión, control y protección de los Estados contemporáneos", expresa el periodista Roberto Chuit Roganovich en una reciente nota publicada en Enfant Terrible sobre esta problemática.

Noboa llegó en un momento donde la deliberada crisis del ex Presidente Lassso puso contra las rejas a la población civil de Ecuador que, entre la espada (narcoEstado) y la pared (violencia urbana extrema), fue tentada a votar una vez más a una opción que propuso la mano dura como solución a una crisis multidimensional, que tiene en la inseguridad solo la punta de un iceberg cimentado por una profunda desigualdad económica estructural.

De esta manera, la política del "shock", impulsada mediante estado de expecicón, masivas detenciones arbitrarias y la militarización del espacio público, va acompañada no solo de políticas económicas y de clara vulneración a la soberanía nacional ya aquí escritas, sino que también tiene su sustento en el "show" mediático que impone la narrativa de la crueldad, aplicada por Noboa, y representada en su máximo esplendor por el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, también hace lo suyo.

Esta propaganda vendida como una dosis de seguridad no tiene su correlato en políticas públicas que aseguren mejores y mayores oportunidades educativas, sanitarias y políticas a una sociedad empobrecida en uno de los países más ricos en bienes comunes naturales.

¿Podrá Noboa discplinar a un movimiento indígena como la CONAIE que ya ha forzado la retirada de más de tres presidentes? ¿Podrá el "niño rico" seguir gobernando con legitimidad solo apoyándose en políticas de "seguridad"?

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