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De peón rural a Jefe Comunal: una historia de lucha por los derechos

Te invitamos a recorrer la historia de como un peón rural se convirtió en Jefe Comunal. Ahora abrió la primera escuela para adultos de su pueblo y es su primer inscripto. Por José Feliciano Fisichella Traslasierra no tan solamente tiene paisajes hermosos y gente muy agradable, también presenta una situación socio – económica compleja, la […]

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Te invitamos a recorrer la historia de como un peón rural se convirtió en Jefe Comunal. Ahora abrió la primera escuela para adultos de su pueblo y es su primer inscripto.

Por José Feliciano Fisichella

Traslasierra no tan solamente tiene paisajes hermosos y gente muy agradable, también presenta una situación socio – económica compleja, la cual siempre es tema para tratar en estas columnas.

Si bien, a primer lectura podría pensar que muchos aspectos se centran en lo negativo, también lo hacemos desde lo positivo, ya que donde hay una necesidad aparece la movilización social en pos de conquistar derechos. Todas estas palabras son para introducirnos en la problemática educativa que atraviesa Tralasierra, que no es ajena al resto del país. Ocurre que desigualdades sociales se terminan trasladando siempre a los colegios.

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Por supuesto, podemos ahondar en situaciones de hambre, o en tener que dejar el colegio para trabajar. Aunque es preferible hacerlo desde la mirada de la superación, no hablo aquí de la mirada individualista, que hace una romantización de la pobreza, sino desde la colectiva que dignifica a la comunidad. En otras palabras, políticas que mejoran la situación general, y no que generan titulares para una prensa que piensa en una sociedad del mérito y no considera las desigualdades.

Dejar el secundario para trabajar

Sabemos que terminar el secundario para muchísimas familias es algo difícil, ya que desde muy jóvenes tienen que comenzar a trabajar para poder mantener el hogar.

Si bien actualmente hay más acompañamiento estatal, todavía la situación se repite. Pensemos que hace 20 años la situación era muchísimo más compleja, ya que las políticas educativas solamente se centraban en el colegio, sin tomar en cuenta todas las dimensiones sociales.

San Vicente.

En Traslasierra las zonas rurales no contaban con transporte público y las secundarias solamente se encontraban en las áreas urbanas más importantes. Por eso es común escuchar gente que todavía dice: “llegué hasta cuarto grado porque es lo único que había”.

Con el tiempo comenzaron a aparecer las secundarias para adultos y la situación se fue modificando un poco; aunque por supuesto, primero se dieron en los principales centros urbanos. La cascada es desigual, primero los grandes centros urbanos, luego los medianos y lo que sobra para los más pequeños.

Por supuesto, la desigualdad es extensible al acceso a la salud, empleo y todo lo que podamos imaginar. En Villa Dolores, quizás, se pueda conseguir un trabajo un poco mejor que en una área rural. Todavía parece imposible de creer, pero hay campos en donde el derecho laboral no existe y los grandes terratenientes se aprovechan del trabajo infantil.

Volamos hasta San Vicente

San Vicente es una localidad ubicada a 20 km de Villa Dolores y 10 km del limite con la provincia de San Luis. Es una comuna que cuenta con aproximadamente 2000 habitantes. Sus principales actividades son el cultivo de papa, alfalfa y alguna pequeña producción de leche de cabra.

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La situación económica se torna algo compleja, debido a que el “campo argentino” no es un sector que le guste mucho distribuir la riqueza. Los dueños de los campos de papa no suelen ser muy amigos del derecho laboral

En la localidad existe, gracias al Gobierno de Córdoba, una empresa saudí dedicada a la producción de alfalfa para la importación. No trabaja casi nadie del pueblo, explota grandes extensiones de terreno y se llevan todo unas pocas manos asociadas a una monarquía totalitaria.

El caso de Elías

En este contexto, o quizás hasta más difícil, nació hace 39 años Elías Oviedo, quién por tener que trabajar en la cosecha de la papa tuvo que dejar el colegio en séptimo grado. Tuvo que comenzar a cosechar con su papá y su hermana. Fue esa situación la que le hizo darse cuenta del esfuerzo que muchos padres tienen que hacer para poder criar a sus hijos.

En un momento de su vida se preguntó: ¿por qué no puedo gobernar mi pueblo y cambiar los destinos? Quizás muchos pensar que alguien que salió de un campo de papa, no podría ser un conductor político.

De boca de Elías se escuchó, que a veces te tratan mal por no tener el secundario terminado. Sin embargo, decidió postularse como Jefe Comunal y terminó ganando las elecciones. Es probable que su triunfo se diera porque la gente notó que era momento de votar a alguien que supiera lo que vive el pueblo.

Muchas veces las filas de los partidos políticos se nutren de gente de clase alta, que según ellos llegaron por mérito propio. Elías se dio cuenta que es muy difícil hablar del “mérito propio”, por eso decidió impulsar una serie de políticas educativas en su pueblo, entre ellas la creación de un CENMA (colegio de adultos).

El primer inscripto en el colegio fue Elías. Llegó al poder, gestionó un colegio para adultos y ahora es estudiante allí.
Aquí radica romper con el discurso del mérito individual, para pasar a la acción colectiva que reivindique derechos. El mensaje: la transformación social es posible. Si nos tocó vivir algo difícil, nuestra tarea es buscar que los que vendrán no tengan que pasar lo mismo.

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