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A orgasmear mi amor

A falta de uno, existen dos días mundiales del orgasmo. Desde el 31 de julio de 2001 y el 8 de agosto de 2006, se celebran el día mundial del orgasmo y el día internacional del orgasmo femenino, respectivamente. Por Lic. Noelia Benedetto MP 8136. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género. El disparador de […]

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A falta de uno, existen dos días mundiales del orgasmo. Desde el 31 de julio de 2001 y el 8 de agosto de 2006, se celebran el día mundial del orgasmo y el día internacional del orgasmo femenino, respectivamente.

Por Lic. Noelia Benedetto MP 8136. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género.

El disparador de estos días fue la campaña de marketing de una empresa de juguetería erótica británica, Ann Summer. Según esta marca un elevado porcentaje de socializadas mujeres británicas fingían orgasmos, y se propuso visibilizar el padecimiento de la preorgasmia usando el lema Make it, don’t fake it: “Alcánzalo, no lo finjas”.

¿Qué es?

Tiene muchas formas de nombrarse: “Petite mort” (francés), un fuego, “marea alta”, orgasmus (alemán), orgazm (turco) y oogasma (japonés), pracanda uttējanā (bengalí), que significa “excitación radical”; ezra shodan (persa –farsi–), que quiere decir “la satisfacción está ocurriendo”; y cực khoái (vietnamita), que traducido es “placer extremo”. 

El orgasmo es una fase de las respuestas sexuales humanas, se lo define como una vivencia de placer subjetiva, posterior a un incremento de tensión acumulada.  Desde lo fisiológico: es un reflejo que usualmente se dispara de forma súbita para liberar tensión sexual acumulada en un proceso de excitación. Cuando el cuerpo activa ese reflejo (sí, un reflejo como el estornudo), repentinas e intensas contracciones musculares en la zona pélvica provocarán, durante unos pocos segundos, una sensación fuerte de placer sobre esa zona (a veces puede expandirse al resto del cuerpo), finalizando con una relajación corporal intensa (etapa de “resolución”) y un breve periodo de dificultad o imposibilidad de excitación cercana en el tiempo (el “periodo refractario”).

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De orgasmos a vivencias orgásmicas

Particularmente prefiero hablar de vivencias orgásmicas (VO) en plural y no de orgasmo en singular porque puede tener diferentes expresiones e intensidades inclusive en una misma persona en un corto período de tiempo. Existen tantas formas de excitarse como personas en el mundo, por lo tanto un orgasmo es un lugar al que se puede llegar por muchos caminos.

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No hay orgasmos femeninos y masculinos

Otro aspecto en el que reparo es que se hace muy frecuentemente una distinción entre masculino y femenino, y existe una proliferación de artículos, libros, notas sobre este último. La diferenciación entre orgasmo masculino y femenino es poco operativa ya que sólo existe un tipo de orgasmo que se vive en la cabeza, pudiendo variar el  lugar de estimulación.

Las vivencias orgásmicas pueden ser diversas, múltiples, más o menos intensas pero siempre se viven en la cabeza, no hay diferentes tipos.

Sería importante abandonar las diferenciaciones binarias de género en este punto, ya que dejan fuera las realidades de los orgasmos de las personas trans y no binarias. Como dice Vance (1984) el órgano sexual más importante de los seres humanos se encuentra entre las orejas, es decir, el cerebro. El reflejo de la VO se dispara o se gesta  a nivel genital pero la vivencia es mental.

Lo que más influye es lo sociocultural

Las vivencias orgásmicas son un conglomerado fisiológico, biológico, psicológico y cultural pero las dificultades son frecuentemente más socio culturales que orgánicas. 

Todas las creencias aprendidas culturalmente influyen directa o indirectamente en nuestra vivencia de la sexualidad, inclusive en las VO. Pensemos en las dificultades sexuales: las llamadas “disfunciones orgásmicas femeninas” se enfocan en las causas para plantear el origen de la ausencia de orgasmos, por otro lado las “disfunciones orgásmicas masculinas” hacen foco en la duración, en el factor temporal: “cuánto dura, cuánto tarda”. No está planteado como una patología que una persona con vulva orgasmee rápidamente, y no se habla directamente de preorgasmia en los socializados varones. 

Las asimetrías y dificultades para vivenciar orgasmos entre las personas con vulva y pene tienen mucho que ver con represión en relación al acceso al goce (sobre todo en las identidades feminizadas) y una educación sexual inexistente o centrada sólo en los aspectos reproductivo y preventivo, nunca orientada al placer. 

¿Demodé? Orgasmo vaginal vs clitorídeo

Freud teorizaba que había dos tipos de orgasmos femeninos: el orgasmo vaginal maduro era el que se obtenía a través de la estimulación de la vagina, mientras que el clitorial era infantil e inmaduro. También planteaba la envidia del pene en las socializadas mujeres, ya que el clítoris era considerado un pene pequeño. Entonces, si el clítoris es un pene pequeño, o bien un pene es un clítoris aumentado, de acuerdo a cómo lo pensemos… ¿Por qué se le impone a las personas con vulva que tengan sus VO sin la participación de esta parte que es semejante al pene en los marcados como varones? Si el estudio de la sexualidad no tuviese un sesgo androcentrista de partida ¿hablaríamos de distintos tipos de orgasmos en las personas con pene?. Orgasmo peneano, testicular, prostático, etc. así como se diferencia y patologiza en las socializadas mujeres. 

El problema de que la idea del orgasmo vaginal siga vigente es que implica un reduccionismo en los guiones sexuales, puesto que restringe el placer de las personas con vulva, prioriza prácticas coitocentristas pene-vagina y suma una carga extra de exigencia a las personas encargadas de sostener la erección. 

¿Alguien puede pensar en la clitorización?

Por muchas décadas nos hicieron creer que las respuestas sexuales de las personas con vulva y con pene eran equivalentes en relación a su fisiología, lo cual hoy sabemos que no es así pero se sostiene un desconocimiento del sistema clitorial tanto en las identidades portadoras como en las que no. Los estudios han encontrado que solamente alrededor de un 25-30% de las vulvoportantes son capaces de llegar al orgasmo mediante la penetración vaginal exclusivamente, por lo que carece de sentido considerar a una persona como disfuncional por el hecho de no alcanzar el orgasmo a través de la estimulación coital.

La gran mayoría de las personas con vulva obtienen los orgasmos a través de la “Clitorización” (Tati Español), es decir, la estimulación directa o indirecta del clítoris a través de la vagina y/o de los labios internos y externos.

El orgasmo es una parte más y no el final

En muchos manuales diagnósticos aparece esta definición de orgasmo: “Esta fase consiste en el punto culminante del placer sexual, con la eliminación de la tensión sexual y la contracción rítmica de los músculos del perineo y de los órganos reproductores”. Este concepto tiene sus sesgos, en principio, prefiero hablar de genitales y no de “órganos reproductores”, ya que generalmente usamos más veces los mismos al servicio de lo recreativo que de lo reproductivo. Otro error muy frecuente es la parte de “punto culminante”, pensar que todo se acaba ante la aparición de un orgasmo. El orgasmo no es el fin de la respuesta sexual, ni mucho menos del encuentro, es solo una fase de ella. 

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En algunos casos se termina “buscando” el orgasmo hasta tal punto que nos aleja más aún de la posibilidad, por lo tanto, la búsqueda exigente del orgasmo interrumpe el fluir del encuentro sexual a través de pensamientos negativos que terminan impidiendo que ocurra. Quesada Juan dice “nunca vayas en busca del orgasmo. El orgasmo nunca acude cuando se le llama, sino donde escucha la fiesta”.

Orgasmo y placer no son sinónimos

El objetivo del sexo no tiene que ser alcanzar la VO: debería ser el placer propio en todas sus formas. Elevar las vivencias orgásmicas al status de meta de los encuentros sexuales, individuales o compartidos, corre el foco y distrae de ver a la relación sexual como un proceso. Esto se ve reflejado por ejemplo, en situaciones donde se cuenta la cantidad de veces en función del número de eyaculaciones de las personas peneportantes y se evalúa la calidad del hecho en relación a la presencia o ausencia de orgasmos. 

Es un error plantear placer y VO como sinónimos, el orgasmo es una parte del placer, pero no todo. El placer y la satisfacción hacen referencia a una valoración global de todo el proceso. 

Para ir acabando... Cortemos con el "no me hizo acabar"

Muchas veces se responsabiliza a los socializados varones de garantizar las VO de las personas vulvoportantes. Quesada Juan plantea que “nunca nadie ha provocado el orgasmo de otra persona. Como mucho, ha contribuido y participado, pero nunca ha tenido su autoría más allá del propio”. La idea es poder responsabilizarse de las propias vivencias orgásmicas y no tercerizarlas. Podemos vincularnos con la persona más experta en las artes amatorias, pero si no nos autoexploramos, autoestimulamos y conocemos qué nos gusta y cómo, es muy complejo que alguien nos de lo que no nos podemos gestionar nosotras/os misma/os.

¿Qué ver?

Series actuales que tratan la temática del orgasmo en personas socializadas como mujeres son Sexify (completa) y The Bold Type en el capítulo 2 de la primera temporada (Diablos, ¡no!); a Jane se le asigna escribir un artículo sobre el "mejor orgasmo" para la columna de sexo de Scarlet, pero no sabe por dónde empezar, ya que nunca antes había tenido uno.

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