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Se acabó, Rubiales: otro capítulo de la lucha del fútbol femenino español contra los abusos de poder

Tras el beso sin consentimiento a Jennifer Hermoso, entre otros excesos del, por ahora, presidente de la RFEF Luis Rubiales, la selección femenina española padece otro capítulo del machismo estructural en los poderes del fútbol. De Quereda a Vilda, 30 años de lucha silenciada por el poder. El presidente de la federación española es la […]

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Tras el beso sin consentimiento a Jennifer Hermoso, entre otros excesos del, por ahora, presidente de la RFEF Luis Rubiales, la selección femenina española padece otro capítulo del machismo estructural en los poderes del fútbol. De Quereda a Vilda, 30 años de lucha silenciada por el poder.

Jorge Vilda y Luis Rubiales en el festejo de la Copa del Mundo junto a su cuerpo técnico. Foto: Reuters

El presidente de la federación española es la punta del iceberg, porque en los vericuetos del fútbol femenino mundial hay muchos Luis Rubiales destruyendo lo construido en tantos años de invisibilización. No importa si es una selección, un club de primera división o uno de barrio, el abuso de poder es un rasgo más de las estructuras deportivas.

La Selección Femenina de España vuelve a ser víctima de una oxidada cofradía de machistas. De un caldo de cultivo que funciona como la cantera de quienes luego dirigen y deciden el día a día de muchas mujeres deportistas. En este caso, Luis Rubiales junto a Jorge Vilda, actual entrenador de las campeonas del mundo.

Antes de Vilda y Rubiales, existieron Ángel María Villar e Ignacio Quereda. Villar, entre otros cargos en UEFA, fue presidente de la federación española desde 1988 hasta diciembre de 2017, y Quereda, entrenador de la selección femenina española desde 1988 a 2015.

¿Cómo un entrenador puede permanecer casi 30 años en un equipo sin tener ningún logro deportivo? Y si le sumamos la violencia psicológica y maltratos de forma pública hacia las jugadoras que él mismo ejerció, más inexplicable fue su estancia de casi tres décadas como director técnico. Porque el mejor trofeo de Quereda fue la humillación y el abuso.

Lo inexplicable se vuelve entendible cuando el respaldo del entrenador era nada más ni nada menos que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Las jugadoras de aquellas camadas, sobre todo en la década de los 90, mediante tres cartas en distintos momentos, junto a la presidenta del fútbol femenino de aquella época, María Teresa Andreu, le habían suplicado a Angel María Villar el reemplazo de Ignacio Quereda por lo tortuoso que significaba estar bajo sus órdenes. 

La personalidad cordial y de buen trato que tenía Quereda para quienes integraban los cargos de poder en la RFEF, era todo lo opuesto al trato que tenía para con sus jugadoras en el vestuario y en los mismos partidos. Era incompatible pensar que aquel entrenador de buen trato y formal, le diría cosas como “lo que tu necesitas es un macho”, entre otras cuestiones, a las jugadoras de la selección.
El presidente Villar rompió las cartas, ignoró los reclamos y siguió respaldando a su entrenador. Esos 27 años de respaldo a Quereda, que para él fueron 27 años de poder consolidado e intimidando a sus dirigidas, significaron 27 años de tortura, humillación, silencio y miedo de las jugadoras que vestían la camiseta de España. Un momento que debería ser un sueño, para muchas fue una pesadilla. Algunas soportaron, otras quedaron en el camino, cómo en tantos casos de otras selecciones femeninas.

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La poca cobertura que tenía el fútbol femenino le fue funcional a Quereda en su vitalicia estadía en el seleccionado ibérico. Pero esa suerte dejó de correr luego que España quedó eliminada en el Mundial de Canadá 2015, su primera participación mundialista. 

En su regreso al país, las jugadoras de aquella selección, algunas que continúan vigentes hoy como Alexia, la misma Jennifer Hermoso e Irene Paredes, junto a otras históricas y líderes en esa levantada de voz como Vicky Losada o Vero Boquete, acapararon la atención mediática y descargaron su hartazgo, miedo y preocupación a los medios del país.


No sólo se expuso la falta de resultados deportivos, sino también la invasión del entrenador en los espacios personales de las jugadoras (como en los vestuarios), el maltrato recurrente, la violencia psicológica y hasta algunos contactos físicos inaceptables como tirones de oreja o de pelo a las deportistas.

Un hartazgo que se acarreaba desde décadas, en las cuales pasaron decenas de jugadoras cuyas carreras deportivas se vieron frustradas por Ignacio Quereda. Fueron muy pocas las que soportaron y decidieron seguir jugando al fútbol, muchas de ellas colgaron los botines antes de llegar a los 30 años.

Ignacio Quereda como entrenador. Captura del documental "Informe +: Romper el silencio"


Luego de la exposición mediática de la selección española del 2015 en el aeropuerto, ya con las redes sociales en pleno auge, horas después, luego de 27 años ininterrumpidos, Ignacio Quereda presentó su renuncia.

Su reemplazante fue Jorge Vilda, actual entrenador y protegido de Luis Rubiales. Vilda, pese a la renuncia de 15 jugadoras de la selección durante el 2022 por estar en desacuerdo con sus modalidades como entrenador, fue y es respaldado por Rubiales. Desestimando cualquier reclamo de las jugadoras, e inclusive tratándolas de caprichosas. Y justamente, Rubiales, fue el reemplazo de Villar, quién acompañó y respaldó a Quereda durante décadas. Un día más en la Real Federación del Poder de Caballeros Españoles.

¿Cuando podremos hablar sólo de fútbol?: Los abusos de poder cómo eclipse de los logros deportivos

Sin la exposición mediática que está teniendo el caso Rubiales, no es el único caso de abuso que se conoce en la última Copa del Mundo Femenina. Bruce Mwape, entrenador de Zambia, manoseó a sus jugadoras durante el torneo y actualmente está siendo investigado por la FIFA. Entonces, ¿Cómo se puede desarrollar un deporte libremente si ocurren estas situaciones? ¿Cuál es el comportamiento de estas personas en su vida privada si cometen estos delitos en un evento mundial y masivo como lo es una Copa del Mundo? ¿Quienes respaldan a estas personas convirtiéndolas en inimputables? 
Si bien no es la primera vez que Rubiales está en boca de todo el mundo por abusos de poder, ya que se lo conoce por otras polémicas y maniobras ilegales en el fútbol español, y que haya acontecido lo que sucedió en una final del mundo, con la atención de todo un planeta en ello, era cuestión de segundos el repudio.

El abuso del mandatario no sólo atentó contra la integridad física de una deportista o sobrepasó los límites del contacto físico con otra, sino que también desvió la atención mediática y relegó al éxito deportivo que viene teniendo el fútbol femenino español desde hace ya tiempo. No sólo acaparó los medios del mundo, sino que tampoco dejó festejar como merecen a las campeonas. Lejos de tener una celebración como corresponde, no hacen otra cosa que dar diversos comunicados desmintiendo todo lo que el presidente de la federación sigue afirmando. Y, para no perder la costumbre del consenso machista, también son agredidas.

Rubiales, lejos de esbozar algo parecido a unas disculpas, no sólo mantiene su posición de “no dimitir” sino que le ofreció un mejor contrato a Jorge Vilda, haciendo públicas las cifras que el entrenador español ¿va a cobrar? Entre signos de interrogación, porque el 100% de las actuales campeonas del mundo renunció a la selección hasta que Rubiales, ya sancionado por FIFA, en la mira del mismo presidente de España y con la Corona al tanto, deje el cargo.

A las 23 deportistas se les sumó el apoyo y acompañamiento de centenares de jugadoras españolas y de todo el mundo, más jugadores de la selección de España y de otros países, junto a entrenadores técnicos de renombre.

Por otro lado, Vilda, se queda cada vez más sólo, ya que 11 personas de su cuerpo técnico renunciaron a sus puestos de trabajo en solidaridad con Jenni Hermoso y en repudio a Rubiales.

Cuando Estefanía Banini dijo hace unos días que dejaba la selección Argentina porque “se cansó de luchar”, hablaba justamente de la lucha diaria de tantas futbolistas en todo el mundo. Luchar contra las injusticias, abusos, atropellos y corrupciones del poder. El cansancio de intentar practicar profesionalmente un deporte y representar en el mundo a tu país, mientras tantos Rubiales atentan contra ellas, las obliga a colgar los botines de forma anticipada.

Hoy, en un legítimo y admirable acto de resistencia, hartazgo y rebeldía, las jugadoras españolas marcan un antes y un después a todos estos abusos. El ultimátum que refiere el slogan #SeAcabó aplica en todos los rincones en dónde una mujer pise una cancha y patee una pelota de fútbol. Y más específicamente a quienes padecen estos abusos y son silenciadas por el poder del miedo, y por miedo al poder. 

Macarena Jorge Caamaño

Periodista especializada en deportes. Diplomada en la UBA en deporte y género. Me gusta mucho el fulbo. Y sí, Jorge es mi apellido.
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