La joven sueca tiene tan solo 16 años y desde agosto de 2018 es un icono de la lucha por el Cambio Climático. La adolescente, que disertó en la Cumbre del Clima y en el Foro Económico de Davos, está nominada al Premio Nobel por su activismo ambiental.
Desde hace meses, Greta Thunberg es tendencia en las redes sociales y protagonista en las producciones de los medios de comunicación. Pero, ¿quién es Greta? ¿Cuál es el motivo de su popularidad?¿Es un invento mediático o un ejemplo de la fuerza de las nuevas generaciones?.
Greta Tintin Eleonora Ernman Thunberg tiene 16 años y vive en Suecia. Fue diagnosticada con síndrome de Asperger, Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) y mutismo selectivo hace años y, según ella cuenta, la degradación del medioambiente tuvo mucho que ver en su salud mental. A pesar de haber admitido tener grandes dificultades a la hora de hablar en público, se enfrentó al mundo entero en distintas cumbres y eventos internacionales.
El 20 de agosto de 2018, la adolescente sueca decidió comenzar con huelgas escolares para poder ser escuchada, actividad que reiteraría todos los viernes y que le posibilitaría cruzar fronteras. En poco tiempo, miles de jóvenes de todo el continente europeo acompañaron en sus ciudades a la activista en su lucha.
Los medios de comunicación hicieron lo suyo y dieron voz a Greta que rápidamente fue convocada a realizar una charla TedX, brindar un discurso en la Cumbre del Clima de Katowice y en el Foro Económico de Davos. No le tembló la voz al momento de hablarle a los CEO’s de las multinacionales, líderes políticos y ambientalistas.
La adolescente no cree en la hipocresía de quienes asienten con la cabeza y la aplauden pero que luego vuelven a sus casas y «no hacen nada» para contrarrestar el cambio climático. «No quiero su esperanza. No los quiero esperanzados. Quiero que se aterroricen», sostiene, porque considera que el camino a reducir nuestra huella en el planeta está demorada y ya no hay tiempo que perder.
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Distintas organizaciones no gubernamentales en conjunto con la ONG Climate Reality reunieron a jóvenes activistas en una teleconferencia a través de Skype para proponer la idea de una gran marcha estudiantes. «Durante esas reuniones online presenté la idea de una huelga escolar. Había elecciones programadas para septiembre, tres semanas después del inicio del curso. Imagínate lo que ocurriría si llegaran los niños el primer día y dijeran ‘no volveremos hasta las elecciones’», indicó Greta en una entrevista.
Janine O’Keeffe, ingeniera australiana arraigada en Suecia, reconoció que sus campañas no lograban llamar la atención de los representantes políticos. Fue entonces que su encuentro con Thunberg fue más que significativo. En conjunto, las mujeres consiguieron dar forma y fuerza internacional al «Fridays For Future» (Viernes Por el Futuro), movimiento creado por la adolescente. La joven tenía razón: la huelga era el camino.
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Greta ha sido presentada como candidata al Premio Nobel 2019 por su constante lucha. «El cambio climático, si no lo frenamos, será la principal causa de las guerras, los conflictos y el flujo de refugiados que vendrán», explicó a la agencia de noticias francesa AFP el diputado Freddy André Ovstegård. «Greta Thunberg lanzó un movimiento de masas en el que veo, quizás, la principal contribución a la paz», finalizó.
Es desde aquel 20 de agosto que los encuentros semanales no cesan, que los llamados a Greta no se detienen y que la bola de nieve no para de crecer. La sueca logró desafiar a los líderes del mundo y aún así parece convencida a no ceder ante respuestas mentirosas e hipócritas. Es un llamado de las nuevas generaciones a las viejas para que nos demos cuenta que el cambio climático es una realidad que no tiene vuelta atrás, pero que se puede demorar aún más.