El crematorio de la discordia

Hoy martes 5/10 se tratará nuevamente en el Honorable Concejo Deliberante de Villa del Dique el proyecto del horno crematorio.

Por Gabriel Marco (Salvemos al Cerro de Villa del Dique)

El actual episodio del proyecto de crematorio en Villa del Dique sirvió para despertar a un gigante dormido, no al “pueblo” como anuncian con bombos y platillos desde la oposición, sino al mismo electorado de los derrotados de la última elección municipal.

Todo ello en un contexto nacional muy específico: la contundente derrota del Frente de Todos en las internas de las P.A.S.O de septiembre con un voto bronca y un voto en blanco que expresa al menos la decepción en lo que concierne a los resultados de la economía y que contrasta duramente con lo que se había prometido durante la campaña. Lo cual corrobora el reciente informe oficial del INDEC que da cuenta de los avatares de la pobreza, antes y después de la macrisis, pandemia mediante.

Tanto los referentes locales del macrismo y del schiarettismo están dispuestos a replicar la actitud de la oposición a nivel nacional: una actitud que no concede nada y que está dispuesta a no dejar terminar el mandato si ello fuera posible.

El gravísimo “error” del municipio es injustificable. El proyecto del crematorio está plagado de irregularidades de fondo y forma, además adoleció de lo mismo que el gobierno a nivel nacional: falta de sensibilidad, un termómetro del ánimo de la gente. No solo parece que no han cumplido con las expectativas, sino que fue un verdadero “tiro en la planta del pie”. Lo que sigue es la sangría, una fractura entre los propios y una fuga de los ajenos que había que cautivar (o “persuadir”, como dijo el intendente local en una entrevista reciente refiriéndose al proyecto del susodicho crematorio).

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Más allá de los incidentes ocurridos en las últimas dos sesiones del HCD, -que se caracterizaron por un debate bastante superficial y una tensión llevada al extremo por el oficialismo que optó por levantar la sesión entre insultos y gritos cruzados de concejales y vecinos- en el medio quedan pendientes los debates de fondo, sobre todo los referidos a los grandes golpeados de siempre, tanto en lo económico como en lo sanitario: la clase trabajadora, la juventud y las mujeres, por no hablar de un largo etcétera que constituye los límites de lo pensable. 

Condenados a conchabarse en la industria de la construcción, de meseros o empleados de comercio durante la temporada alta, sin una política de vivienda local, o irse a estudiar o a trabajar a otras localidades o a la ciudad, a la postergación histórica, en fin, los debates en Villa del Dique, Villa Rumipal y en tantas otras localidades de Calamuchita y las sierras cordobesas parecen pasar por otro lado, al menos eso reflejan las cuestiones tratadas tanto en el HCD como en las declaraciones de los políticos de todo el espectro local sin excepción.

Y de repente, el medio ambiente se puso de moda…

Todos los bloques del HCD de Villa del Dique ahora han incorporado el tema medioambiental como un tópico recurrente en su discurso, sin embargo los hechos -más allá de la retórica política -apuntan en otra dirección, y en este punto el episodio del crematorio ha confirmado lo que todos sospechábamos: se promete en campaña, pero cuando se llega al poder se hace invariablemente lo mismo o algo muy parecido al gobierno anterior. Ya se trate de un mega emprendimiento desarrollista como GNI, un housing de montaña en el Cerro de la Cruz o de un crematorio en plena zona urbana, lo cierto es que los partidos se la mandan a menos que una auténtica pueblada se lo impida.

¿Y ahora qué pasa?

Con el electorado de la oposición movilizado en las calles al menos hasta que termine el episodio del crematorio, más el apoyo de los medios locales y de los medios hegemónicos (los diarios La Voz del interior y Puntal, por ejemplo, ya le vienen dedicando varias notas al tema de la marcha contra el crematorio en Villa del Dique y al misterioso “incendio” de las máquinas retroexcavadoras al pie del Cerro de la Cruz de Villa del Dique, pero ninguna nota a la cobertura del conflicto del municipio con la mega desarrollista GNI), más el apoyo de algunos sectores conservadores del electorado (como la comunidad parroquial o la iglesia evangélica) la oposición del HCD forma un frente de coalición para desterrar al intendente electo, referente local del peronismo kirchnerista, lo antes posible. Lo cual, en términos locales significaría no tanto un “volver al futuro”, sino literalmente volver al pasado, al maldito eterno retorno del bipartidismo duro cordobés.

Es imperativa la necesidad de ampliar la oferta electoral en la localidad, una que supere el tradicional bipartidismo de elite que caracteriza a todas las provincias argentinas y del cual Córdoba es un lamentable ejemplo vivo (o zombie, más bien), para incluir en el debate público las expectativas urgentes de movimientos emergentes a nivel global y federal (relacionados al medio ambiente, a las juventudes, a las mujeres y a una clase trabajadora que ya no se siente representada por los partidos de masas tradicionales.) Dependerá de las luchas populares, por supuesto, torcer el rumbo de ese aciago destino.