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Día mundial del sexo oral: Hablemos de reciprocidad

El 6 de septiembre se celebra el Día Mundial del Sexo Oral. Su origen no se relaciona con ningún evento en particular por la fecha. La elección se realizó por los números que componen a la celebración en si: 69. Por Lic. Noelia BenedettoA raíz de un tweet viral que decía “a los hombres les gusta que les hagan oral pero no […]

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El 6 de septiembre se celebra el Día Mundial del Sexo Oral. Su origen no se relaciona con ningún evento en particular por la fecha. La elección se realizó por los números que componen a la celebración en si: 69.

Por Lic. Noelia Benedetto

A raíz de un tweet viral que decía “a los hombres les gusta que les hagan oral pero no lo hacen” “es para los dos papi”, “sin sexo oral mutuo no hay paraíso”, “nosotras siempre bajamos pero a ellos les da asquito” se nos ocurrió pensar en la reciprocidad al momento del delicioso oral. 

En un hilo de Twitter se planteaban muchos argumentos al respecto del sexo oral: riesgo de infecciones de transmisión genital, no es algo para hacer con personas desconocidas, cuestionamiento a las masculinidades "Hombre que no chupa concha no será llamado hombre", no saber manejarse en ese momento, no les agrada el sabor, no les gusta. 

En esta nota vamos a hablar de esta disyuntiva entre socializados varones y socializadas mujeres pero podemos hacerla extensiva a situaciones entre personas con vulva, pene o genitalidades intersex más allá de sus identidades de género. 

Razones, que no son de peso

Vayamos por partes, cualquier práctica con gente conocida y desconocida debería realizarse preservativo o campo profiláctico mediante, el cunnilingus no es una práctica más riesgosa que otras, todas se vuelven potencialmente riesgosas si no hay un método de barrera presente. Esto también resuelve aspectos relacionados al sabor/olor, además hay en el mercado una variedad de lubricantes saborizados deliciosos.

Por otro lado, la activación o evitación ante ciertas actividades sexuales no tiene nada que ver con la orientación sexual de la persona, nuestras preferencias no dicen nada de nuestra identidad u orientación. 

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En el terreno afectivo puede llegar a ser una queja corriente la unilateralidad y pretender cierta reciprocidad (sabiendo que la misma nunca es literal ni lineal), pero en términos de guiones sexuales no podemos solamente apelar al argumento de que "es por machismo" o que "no lo hacen porque solamente piensan en placer para ellos". Lo que es displacentero para alguna de las partes deja de ser una opción viable.

No baja porque no le gusta

Si la persona no lo hace porque no es de su agrado, en ningún momento deberíamos pretender un acuerdo tácito o explícito de que si le realizamos un felatio tiene que haber un ida y vuelta. Al respecto un tweet planteaba:

“No se obliga ni se le pone presión a nadie creo no? Quien no quiere conxa se respetará su decisión y quien no quiera chupar p* también. Nadie puede ser obligado a algo sin haber tenido consentimiento”.

Es muy frecuente que en una relación, las personas tengan gustos o preferencias diferentes en cuanto a sus prácticas sexuales, en sexología hablamos de planos eróticos. La forma que ejercemos nuestra sexualidad es muy singular y al compartirla con otras personas puede dar como resultado un estilo sexual vincular; éste está compuesto por lo que pone una y suma otra persona, que no necesariamente daría por resultado el mismo estilo si cada una de las partes por separado se relacionarán con otras parejas. 

Los gustos no necesariamente van a matchear a modo de espejo, es decir, generalmente no vamos a coincidir al 100% en términos de compatibilidad de planos eróticos.

Si las personas están dispuestas a explorar, pueden intentar experimentar con ciertas prácticas sexuales, siempre y cuando se sientan cómodas y les resulten satisfactorias a todas las partes, sino no. 

Reciprocidad o temuer

El conflicto se genera cuando se vinculan con alguna persona que tiene por preferencia recibir pero no dar oral. Sucede a veces que quien no baja es juzgada, avergonzada, o bien cancelada. “Si conociera un tipo así quedaría solo de *conocido* o *amigo*, sin sex0 oral MUTUO no hay paraiso, fin de la discusión”. “Yo a esos los pongo en una lista negra de la que nunca saldrán”.

Considero que se ha desvirtuado el concepto de reciprocidad, si a alguien no le gusta realizar o recibir determinada práctica no tiene por qué ir en contra de eso. Es por ello que insistimos tanto en los acuerdos, consenso y consentimiento entusiasta. 

Podemos hablarlo previamente, plantear con qué prácticas no estoy a gusto y en función de esa información la otra parte decidirá, con esto estaremos al tanto en qué lugar las personas sitúan la concreción o no de ciertas prácticas o modalidades sexuales, si es una condición excluyente, o si contempla algún tipo de flexibilidad. 

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Es totalmente válido que alguien diga que no va a dar oral si no lo recibe, porque quizás eso esté relacionado con su satisfacción, pero no debería plantearlo como una imposición. Tenemos a alguien que está evitando realizar algo, o que preferiría no hacerlo, y esto hay que respetarlo. En el plano sexual, y probablemente en cualquier plano de la trayectoria vital, no es un argumento válido el famoso “cómo vas a saber que no te gusta tal cosa si nunca la probaste”. Un tweet versaba "Al que no le guste bajar a chuparla está perfecto, pero mirá si le vas a recriminar a alguien lo que le gusta o no". 

Si disfrutás de dar... ¿Por qué te privarías de hacerlo si la otra persona no está dispuesta a dar también?

"Fácil solución: devolverles con la misma moneda, cuesta, hay que resistir la tentación, pero es lo mejor que encontré". 

"Yo eduqué a un par con: “si no recibo no doy, y después desaparezco".

El oral es una especie de acuerdo recíproco, pero en otros términos. Es una negociación entre dos (o más) personas que es ventajosa para todas las involucradas. A algunas personas les gusta una lengua/boca (posiblemente entre otras cosas) en su entrepierna; y a otras les gusta poner su lengua/boca (probablemente entre otras cosas) en la entrepierna de otra persona. Tanto la que recibe como la que da pueden experimentar el disfrute, la sensación y la plenitud de la experiencia. La figura de la persona dadora es importante acá. La idea de que el oral es puramente para la receptora es un sesgo a revisar.  

¿Qué hacer?

Es importante hacerle un lugar a las preferencias sexuales e intercambiar y no llamarse a silencio, pero siempre teniendo en cuenta que ya sea que se esté proponiendo o recibiendo una propuesta, estar en un vínculo no es sinónimo de estar bajo un régimen obligatorio de probarlo todo. 

Las claves para gestionar las diferencias en los planos eróticos en una relación pasan por la comunicación:

  • Honestidad y asertividad: Es importante que todas las partes se sientan cómodas hablando de sus gustos y preferencias sexuales sin temor a ser juzgadas. Puede ser conveniente tener una conversación “incómoda” sobre lo que cada persona disfruta y lo que no, y tratar de encontrar a través de cierta negociación un punto intermedio en el que ambas se encuentren a gusto.
  • Confianza: Sentirse en confianza de expresar su intimidad y fantasías, ya que esto posibilitará recibir la respuesta de la otra persona sin tomarlo como un ataque o rechazo personal. Decir "no me gusta" a una práctica no es sinónimo de "no me gustas vos" o "no me gusta estar con vos". 
  • Respeto y aceptación: Respetar los límites de cada persona y no presionarla para hacer algo que no quiere o no disfruta hacer. Si hay una actividad o práctica sexual que una de las partes no está dispuesta a realizar, es importante respetar su decisión y no forzar la situación. 
  • No juzgar a la otra persona.

Para ir acabando

La reciprocidad no es un trueque, pensar en términos lineales es parte del conflicto. Es un sesgo esto de pensar que si das tenés que recibir de la misma manera... Como en todas las áreas de la vida, no funciona así. El punto es que a vos sí te guste y no lo hagas sólo para recibir… Tener equilibrio en dar y recibir no implica que la otra persona te tenga que hacer/dar lo mismo o algo equivalente a lo que le otorgaste. Como siempre digo, consenso y consentimiento entusiasta ante todo. Hagamos las cosas por PLACER y no por COMPLACER.

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