A 22 años de la muerte de Favaloro, un prócer de la medicina

René Favaloro firmó su carta de despedida el 29 de Julio de 2000, a las 14:30. El médico luchaba para que la salud llegara a todos y todas, combatía desde sus diferentes espacios las desigualdades en el acceso al sistema sanitario.

Hoy se cumplen 22 años del disparo al corazón de René Favaloro. En varios escritos, explicó los motivos de su accionar...pero primero te vamos a contar algunas cosas de él.

Fue docente y cardiocirujano argentino, reconocido a nivel mundial por haber desarrollado el bypass coronario con empleo de vena safena. Estudió medicina en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y, una vez recibido, se desempeñó en el Hospital Policlínico.

Te puede interesar: "¿Qué sabemos sobre la donación de órganos?"

Luego, se mudó a Jacinto Aráuz, una localidad rural ubicada en La Pampa. Allí reemplazó al médico local, puesto que este tenía problemas de salud. Siempre recordó su paso por la ruralidad, y las enseñanzas que le dejó esa experiencia.

En la década de 1960, empezó a estudiar una técnica para utilizar la vena safena en la cirugía coronaria, en la clínica de Cleveland de Ohio (EE.UU).

El regreso a la Argentina

Luego de su formación en Ohio, en 1971 regresó a la Argentina a operar al sanatorio privado Güemes. A inicios de la década de 1970 también fundó su fundación homónima, a partir del pedido y apoyo de su amigo, el cardiólogo intervencionista Luis de la Fuente.

No solo participó del círculo médico, sino que además fue miembro de la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (Conadep), el organismo encargado de recopilar los testimonios de las víctimas del último golpe de Estado, para que se hiciera justicia.

Un médico al servicio del pueblo

Favaloro siempre estuvo del lado de las y los más vulnerados. A pesar de su trayectoria, su vida y trabajo estaba enmarcado en una Argentina en crisis, con corrupción, con la desigualdad en la atención de los pacientes y coimas.

Durante la crisis económica y social de comienzos del 2000, el PAMI (Programa de Atención Médica Integral), una obra social de jubilados y pensionados, tenía una deuda económica millonaria con su fundación. Esto lo afectó fuertemente.

El 29 de julio de 2000, después de escribir una carta donde narraba los hechos de desigualdad, de crisis, de falta de interés del Estado por la vida de las personas, una crítica a la administración del sistema de salud y a la corrupción, se quitó la vida de un disparo al corazón.

Las cartas de Favaloro

Antes de morir, también dejó cartas para su novia de ese entonces, Diana Truden. Además, sobre la mesa había mensajes para su empleada doméstica, Ramona Jiménez –para quien agregó en el sobre un fajo de dólares–; para sus sobrinos, "hijos de Juan José"; y para Roberto Favaloro –su otro sobrino, casi un hijo, hoy presidente honorario de la Fundación–.

La única difundida originalmente al ser liberada por el juez de la causa, decía en el encabezado: "A mis amigos y familiares". Tenía fecha de ese mismo día a las 14.30. En ella expuso: "Me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla (...) Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata".

"No puedo cambiar. No ha sido una decisión fácil pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano". En la carta también pidió que lo cremen y tiren sus cenizas en el pueblo pampeano donde había trabajado como médico rural.

Además, expresaba con pesar que la Fundación había sido intervenida por un comité de crisis con asesoramiento externo. "Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara".

En la caja fuerte se encontró una copia de una misiva que el médico había enviado momentos antes al presidente de ese entonces, Fernando de la Rúa: "Estimado Fernando: te escribo estas líneas porque nuestra fundación está al borde de la quiebra. Te imaginarás cómo me siento después de 30 años dedicados a la medicina y a mi país", manifestaba.

Favaloro murió peleando contra un sistema que poco ha cambiado a lo largo de estos 22 años, dejando un legado eterno. El 26 de mayo de 2001, casi un año después de su muerte, un grupo de familiares cumplió con el pedido de René y arrojaron sus cenizas en Jacinto Aráuz.