El pasado miércoles 29 de noviembre partió hacia Paraguay la sexta delegación humanitaria por la campaña internacional: ¿Dónde está Luchita?, una adolescente de apenas 14 años desaparecida desde el 2020 mientras escapaba de un operativo militar de las Fuerzas de Tarea Conjunta. Tanto el gobierno paraguayo como su ejército, 3 años después siguen encubriendo los hechos en total silencio.
Por Cobertura colaborativa ¿Dónde está lichita?
¿Qué pasa en Paraguay con los derechos humanos?
Desde hace años en Paraguay se viene denunciando a nivel internacional la violencia política y la impunidad ante la violación de los derechos humanos. Y eso se debe (como sucede en otros países de América Latina) a que el actual gobierno por la vía electoral es la continuación del partido colorado, fuerza de poder de la última dictadura cívico-eclesiástica-militar del país vecino.
Stroessner, comandante de las fuerzas armadas encabezó una de las dictaduras más largas y cruentas de toda Latinoamérica, llegando a perpetuarse por 35 años en el poder. Sostenido sobre un triángulo institucional: Estado-Fuerzas Armadas-Partido Colorado, esta tríada sigue erigiendo en la actualidad la fuerza que criminaliza, asesina y desaparece si así lo requiere, a toda oposición que se exprese contra el régimen colorado.
Los asesinatos de las dos niñas argentinas Maria Carmen y Lilian Mariana, y la desaparición de Lichita, migrante argentina, acercó aún más la lupa desde el 2020 en el país. Desde entonces delegaciones humanitarias realizan viajes para esclarecer y exigir carcel a los responsables del infanticidio y que el equipo de antropoligía forense de Argentina pueda iniciar la busqueda de Lichita. Pero desde hace 35 meses el Estado encubre y protege a los responsables, y persigue a quienes reclaman frente a estos hechos.
Con motivo de esto, tras la ausencia de respuestas en estos tres años, partió la semana pasada la 6ta delegación humanitaria. Compuesta por organizaciones sociales, políticas, de DD.HH y medios comunitarios de Argentina y Uruguay, dió inicio a las actividades con una conferencia de prensa en ATE-Capital para posteriormente comenzar el viaje hacia las tierras guaraníes.
En la misma se presentaron los objetivos con los que iba la delegación: visitar a Carmen Villalba, presa política desde 2003 con condena ya cumplida hace dos años y mamá de la niña desaparecida; presentar un petitorio con Un millón de firmas por Lichita ante la fiscalía para exigir el inicio de la causa por desaparición forzada y marchar con esta exigencia por primera vez por las calles de asunción. Pero debido al habitual hostigamiento con el que se reciben este tipo de delegaciones, no todo pudo ser concretado.
¿Quién es Lichita Villalba y por qué está desaparecida?
Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, apodada Lichita por su familia, es una joven adolescente que fue vista por última vez en noviembre de 2020 en Amambay, al norte de Paraguay. Junto a su tía Laura Villalba, su hermana Anita y su prima Tania, huían del cerco armado por la Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC) luego de la ejecución de las dos niñas argentinas Lilian Mariana y María Carmen el 2 de setiembre de ese año por la misma fuerza militar.
Lichita es, junto a su tía, testigo clave la tortura, violación y posterior fusilamiento de sus dos primas. Todas ellas se encontraban visitando parte de su familia en un campamento de la resistencia campesina donde se encuentra el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) organización que surge en los ‘90, para resistir el avance de la frontera sojera y la violencia contra el campesinado y las comunidades indígenas.
La madre de Lichita, Carmen Villalba, presa política por más de 20 años, construyó junto a campesinos el partido Patria Libre y fue militante del EPP. Desde que se cometieron estos crímenes, la comunidad internacional exige la búsqueda por desaparición forzada perpetrada por las fuerzas armadas.
6ta delegación sin muchos avances
Desde que se ejecutó la masacre contra las niñas argentinas, y la posterior desaparición, sumado el encarcelamiento de la tía de Lichita, Laura Villalba, no ha habido grandes avances en materia jurídica.
En el 2021, una de las delegaciones viajó a reconocer y caminar el territorio donde fué vista por última vez Lichita. Tras varias reuniones con funcionarios y ministros que “aceptaron” el repertorio de acciones, las mismas FTC que participaron de la masacre y desaparición, cercaron al grupo, incomunicaron por un tiempo y los escoltaron hasta la frontera argentina, no dejando finalizar las tareas de la delegación. Para el Estado paraguayo el encubrimiento es esencial para seguir en el poder.
El ensañamiento se muestra cada vez que las delegaciones llegan. En esta oportunidad, rechazaron el ingreso de casi el total de la delegación al penal donde está Carmen, mamá de Lichita, y Francisca Andino, militante campesina también presa.
De manera arbitraria y tras haber revisado y registrado a toda la comitiva, registro que implica un seguimiento por las fuerzas policiales latinoamericanas por considerar que todo aquel que ingresa es ‘aliado o simpatizante del epp’, dejaron ingresar solo a 4 del total los 26 delegados. Situación que expone la violación de los derechos de las propias presidiarias, quienes también exigieron desde adentro el ingreso completo.
Esta negación fue transmitida por la penitenciaria Jenny Delgado, quien alegó haber recibido un llamado desde el Ministerio Público. Sin mostrar absolutamente ningún acta o escrito.
Luego quedó presentado el petitorio del Millón de firmas dirigido al Fiscal General del Estado, Rolón Emiliano. A la fecha, ningún órgano Estatal paraguayo, como el Poder Judicial, la Fiscalía o el ministerio de la Niñez, ha respondido de manera adecuada a las denuncias sobre la desaparición forzada. Más bien sus respuestas han sido con negativas, silencios y hasta burlas, negandose rotundamente a abrir la causa por desaparición forzada y a investigar a los responsables materiales y políticos de la desaparición de la adolecente pese a los tratados a los que adhiere el país.
En la movilización cargada de policía asuncena, se dió inicio en el corazón de la impunidad, el Palacio de Justicia y finalizó en el Ministerio Publico Fiscal. Al hablar, las organizaciones viajantes de Uruguay y Argentina, en conjunto con organizaciones paraguayas, reconocieron que lo que está sucediendo en allí no es un caso aislado.
La cristalización del modelo económico neoliberal instaurado en toda América latina desde los gobiernos dictatoriales, obedecen al acaparamiento y extranjerización de la tierra, al despojo de los bienes comunes y de las comunidades que lo habitan, formando parte de la agenda de los gobiernos actuales. Y todo aquel que presente resistencia tendrá como respuesta la represión, persecución y hasta el aniquilamiento para su claudicación, como plan contrainsurgente.
El ensañamiento que cae sobre las mujeres Villalba, por ser parte de organizaciones que luchan por la dignidad del pueblo paraguayo, de las comunidades indígenas y campesinas, para mantener sus tierras, es una causa que tiene que ser abrazada internacionalmente. No se puede naturalizar que en América Latina, los Estados a través de su brazo armado, desaparezcan y masacren a hijas del pueblo en total impunidad.
A tres años hay un eco que aún retumba: ¿Dónde está Lichita?