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Elecciones presidenciales: ¿Paraguay define su década?

El 30 de abril el pueblo paraguayo decidirá quién gobernará el destino del país por los próximos cinco años. Poco se sabe y mucho menos se habla de una elección clave para la región. ¿Cómo viene la campaña? ¿Quiénes son los principales candidatos? ¿Por qué es importante para Sudamérica? Estimado lector/lectora: ¿Sabe usted quién es […]

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El 30 de abril el pueblo paraguayo decidirá quién gobernará el destino del país por los próximos cinco años. Poco se sabe y mucho menos se habla de una elección clave para la región. ¿Cómo viene la campaña? ¿Quiénes son los principales candidatos? ¿Por qué es importante para Sudamérica?

Santiago Peña y Efraín Alegre se disputan la presidencia de Paraguay. Foto: Revista Plus

Estimado lector/lectora: ¿Sabe usted quién es Santiago Peña? ¿Conoce a qué ideología adhiere Efraín Alegre? ¿Qué sabe del Paraguay aparte de la infame “Guerra de la Triple Alianza"? Seguramente se le haya venido a la cabeza Ciudad del Este, algún reconocido jugador de fútbol, el mate y alguito más. Pero la realidad es que desconocemos en gran medida a nuestro vecino fronterizo.

Sin embargo, la suerte del país mediterráneo durante lo que resta de la segunda década del quizás último siglo de la humanidad en la Tierra, se define a finales del corriente mes. Los dos candidatos con verdaderas condiciones para quedarse con el Poder Ejecutivo en próximas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en 18 días, son: Santiago Peña por el Partido Colorado y Efraín Alegre por el Partido Liberal.

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Peña es un joven economista y político de 44 años que fue Ministro de Hacienda durante la presidencia de Horacio Cartés (H.C) y funcionario en el Directorio del Banco Central de su país.

El joven político pertenece desde el 2016 al histórico Partido Colorado. Ingresó luego de retirarse del Partido Liberal al que perteneció desde sus 17 años a pedido de su actual “padre político” H.C, empresario ligado al mundo del tabaco, recientemente acusado por “significativa corrupción” por los Estados Unidos, y también íntimo amigo de Mauricio Macri.

Santiago perdió hace cinco años atrás la interna del Partido a manos de Mario Abdo Benítez, quien resultó ganador y posteriormente también se quedó con la victoria de la elección presidencial que ostenta hasta la actualidad.

Pero el año pasado Peña tuvo su revancha cuando enfrentó y derrotó en las nuevas elecciones internas del Partido a Arnoldo Wiens, candidato elegido por Abdo para garantizar su continuidad tras no poder presentarse a la reelección.

El año pasado durante un acto de campaña, el economista lanzó una fuerte polémica contra los argentinos. “Nuestros vecinos de Argentina no quieren trabajar, nosotros no tenemos que llegar a eso, tenemos que lograr que nuestros jóvenes. nuestros vecinos sí quieran trabajar” expresó desde el escenario de un mitin político partidario.

Sus propuestas políticas se resumen en “familia, seguridad y trabajo”. Prometió mejores condiciones laborales, mayor cantidad de policías y controlar la inflación que sufre la economía familiar.

Por el otro lado se encuentra Efraín Alegre, el candidato y también Presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA). Es abogado, catedrático universitario y político paraguayo. Fue Presidente de la Cámara de Diputados durante el 2000 y 2001, senador en el 2008 y Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones entre el 2008-2011 bajo la presidencia progresista de Fernando Lugo, quien fue destituido ilegalmente en el 2012 a través de un golpe de estado de carácter parlamentario.

Con la tarea de “devolverle la institucionalidad al Paraguay” y garantizar un Estado que deje atrás la corrupción que él identifica y personaliza en Abdo Benítez y Horacio Cartés, es decir, en ambas líneas del Partido Colorado, Alegre ha intentado con éxito la unidad de distintos sectores opositores en un espacio denominado “Concertación Nacional para un Nuevo Paraguay”.

Son casi 50 organizaciones político partidarias las que integran este frente opositor. Efraín logró un imposible: juntar a Fernando Lugo y a su ex vice, Federico Franco, quien dirigió el país luego de la destitución del líder progresista.

Santiago Peña y Efraín Alegre se disputan la presidencia de Paraguay. Foto: Revista Plus

Efraín reconoció en una entrevista cedida al Destape que el narcotráfico, el crimen organizado y la influencia directa de EE.UU en el país son cuestiones principales con las que deberá lidiar en una posible presidencia. “Guerra de mafias” fue como caracterizó a la feroz interna desatada en el partido opositor al que enfrentará a fines de abril. También afirmó que el Poder Judicial de su país está cooptado por el crimen organizado.

Además, cuenta con el aval de un sector campesino e indígena que está representado en el Frente Guasú, comandado por Lugo quien se encuentra en etapa de rehabilitación tras sufrir un accidente cardiovascular que comprometió su vida.

Alegre prometió políticas para la agricultura familiar campesina, contrarrestar el contrabando al que acusa de costar más de mil millones de dólares anuales a la economía nacional, políticas específicas para el sector indígena, que es mayoritario en Paraguay, recuperar el comercio exterior y mejores condiciones en salud y educación.

A pesar de que se manifestó en contra del aborto, prometió abrir el debate en el caso de que el tema se plantee en el Congreso de la Nación.

¿Qué está en juego?

Paraguay es un país con una economía totalmente liberalizada e influenciada de manera directa por los Estados Unidos. Solo durante la presidencia de Fernando Lugo pudo lograr una momentánea soberanía política sustentada por un Estado interventor. Pero no duró más de tres años debido a la implementación del segundo Plan Cóndor que azotó -y azota- la región desde el golpe de Estado a Zelaya en Honduras durante el año 2009 y prosiguió con el golpe parlamentario a Lugo en 2012.

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En un mundo en crisis permanente con una creciente confrontación entre las principales potencias económicas y militares donde lo que se juega al fin y al cabo es la hegemonía del orden mundial y su sustentación basada en la extracción, producción y comercialización de bienes comunes naturales como los alimentos, el agua, el litio, etc, Paraguay representa un punto estratégico insoslayable por su agua (tiene gran parte del Acuífero Guaraní), producción y comercialización de commodities como la soja y el trigo (tiene la tercera flota fluvial más importante del mundo sin contar con mar) y también ostenta su lugar en el mundo como uno de los mayores exportadores de energía “limpia y renovable”.

Acuífero Guaraní, la reserva de agua natural más preciada del Cono Sur.

En el presente contexto del regreso a los Estados latinoamericanos de corrientes centro-centro izquierdistas como en Chile, Bolivia, Colombia y Brasil, el país mediterráneo puede ayudar a consolidar tal avance progresista o por el contrario, profundizar su rol como principal aliado de EE.UU en el Cono Sur.

El país del Norte tiene bases militares en territorio paraguayo y hasta ha logrado firmar un principio de acuerdo para la instalación del cuerpo de ingenieros del Ejército yanqui en la disputada y mal llamada “Hidrovía”, desde donde sale la gran mayoría de las exportaciones legales e ilegales del país.

Para profundizar la lectura sobre la realidad de Paraguay, la semana que viene continuaremos el tema de la mano de Federico Tatter, comunicador y ex investigador de la Comisión por la Verdad y la Justicia de Paraguay.

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