Una remera que diga… Historia de una prenda gráfica

La remera mangas cortas es un clásico de cualquier armario, si pensamos rápidamente seguro nos encontraremos con cinco como mínimo que usamos a diario. Son parte de uniformes, se usan en verano y en invierno, para ir a recitales y para dormir. En esta columna les cuento su historia y cómo se transformó en una herramienta política.

Por Sol Cortez

La clásica remera de algodón, mangas cortas es un hito para el mundo de la moda. Si bien se usó desde la edad media tuvo variaciones en su tipología, hasta llegar a la que hoy utilizamos. 

Con el paso del tiempo su diseño se ajustó más al cuerpo y se llevaba como ropa interior. Eran los hombres quienes las usaban debajo de las camisas, para absorber la transpiración.

Fue durante la Segunda Guerra Mundial que se institucionalizó en uniformes. Y luego de que el Ejército estadounidense retornará triunfante a su país para 1945, todos querían utilizar las remeras que llevaban los soldados en sus uniformes. 

Fue en este momento que la marca Sears la incluyó en su colección como campaña de marketing para aumentar sus ventas. Y de esta forma incorporaron en la historia de la moda un momento clave. 

Se reafirmó la utilización de esta prenda a través del merchandising y para la década del ‘60 ciudades las ofrecían como souvenirs y bandas de rock como The Rolling Stone y Led Zeppelin las vendían para recaudar más dinero. La remera con estampa se vuelve objeto de la cultura pop. 

Sin embargo, la ropa no deja de ser el modo más accesible para la expresión estética y artística, por ello esta prenda también fue ícono de resistencia ya que con pinturas, pinceles, stencils y bastidores para serigrafiar sirvio de panfleto para denunciar y reclamar. Desde esa década hasta la actualidad la remera es intervenida para comunicar los cambios sociales.

El movimiento hippie y el punk parieron estas formas de expresión con estampación de frases para dejar en claro su disconformidad y rebeldía hacia el sistema.

Con el avance de las técnicas de estampación como la sublimación y la serigrafía las remeras se volvieron seriadas. Y de una prenda rupturista y de nicho se convirtió en la prenda estrella de la moda rápida. En una fábrica se producen remeras cada 15 minutos.Con diseños personalizados o con logos de marca, la remera gráfica comienza a ser un hecho. 

Pero como todo en la historia es cíclico, la moda no puede escapar a ello. Con la explosión de nuevos movimientos de resistencia y rebeldía a nivel mundial: la última ola feminista, el ocupy wall street, la resistencia palestina, o las últimas revueltas en Chile y Francia, nos muestran como frente procesos políticos y sociales la remera vuelve a ocupar ese lugar de panfleto.

La vestimenta cumple la función de cubrir pero también la de representar valores que se fusionan a proposiciones estéticas y dan como resultado tendencias que efervescen en las calles. Lo que las personas idean en momentos de conflicto replican lo que una sociedad necesita expresar.

Las hay para todos los gustos, es la prenda más vendida con las caras de referentes políticos, actores y actrices, personajes de películas y series, frases y diálogos con referencias históricas y al arte. Por cada idea, gusto o experiencia que vivimos necesitamos una remera que diga…

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