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Sobre Jumbot y Milei: ¿Es posible informarse por redes sociales?

Si un presidente se encuentra tan indefenso ante un troll de X y la búsqueda informativa, ¿qué herramientas tenemos nosotros, simples mortales, a la hora de chequear fuentes? Dejando de lado la ironía, las redes sociales son espacios donde crecen noticias falsas, "fake news" y discursos de odio. Este lunes 8 de abril, el presidente […]

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Si un presidente se encuentra tan indefenso ante un troll de X y la búsqueda informativa, ¿qué herramientas tenemos nosotros, simples mortales, a la hora de chequear fuentes? Dejando de lado la ironía, las redes sociales son espacios donde crecen noticias falsas, "fake news" y discursos de odio.

Sobre Jumbot y Milei: ¿es posible informarse por redes sociales?

Este lunes 8 de abril, el presidente de Argentina, Javier Milei, brindó una entrevista televisiva y, en base a Jumbot, una cuenta de Twitter no verificada, señaló que hay "caída de precios".

Según el mandatario, la cuenta podía usarse de referencia para ver la variación de precios, y por ello, basado en los números que publicaba, incluso llegó a decir que en nuestro país hay deflación. Nada más alejado de la realidad nacional. (Acá podés leer la nota completa sobre lo que pasó con Jumbot y Milei).

En este sentido, es que surge la pregunta de si es posible informarse mediante las redes sociales sin caer en noticias falsas. Para abordar esta cuestión, conversamos con Natalia Aruguete, periodista, investigadora de Conicet y especialista en estudios de las agendas mediática, política y pública.

"Las redes sociales son espacios donde conviven distintos tipos de contenido. De hecho, de los contenidos que más circulación tienen en redes sociales, las noticias representan un porcentaje bastante pequeño".

Sobre números, indicó que, a partir de un análisis que realizaron sobre los historiales de navegación de personas con consentimiento, observaron que del total del contenido digital con el cual el usuario tenía algún tipo de engagement (reaccionar, compartir, comentar o interactuar con alguna publicación), menos del 1% eran noticias que referían a medios de comunicación digital.

"El 99% restante pueden ser distintas cosas, una foto de un gatito, una foto de alguien con su novio o novia en la playa, o pueden ser este contenido político, contenidos sociales, etc. Entre tanta información que circula en redes sociales, por supuesto una parte importante son falsedades de algún tipo: pueden ser falsedades en su totalidad, falsedades en forma parcial, descontextualización que también hace que el mensaje circule y tenga consecuencias de desinformación, o información falsa que es producto de errores involuntarios en gran medida por la forma en la cual se van conformando los mensajes en las redes".

Natalia Aruguete

De alguna forma, en las redes nos exponemos en mayor medida a desinformaciones que a información certera. En este caso, resulta interesante distinguir entre noticias falsas y "fake news", términos que muchas veces emparentamos. "La noticia falsa es una noticia que tiene algún tipo de falsedad, pero que no necesariamente es falsa porque tenga la voluntad de generar una acción política de daño. Fake news, a diferencia de noticia falsa, significa engaño, noticia engañosa. En la definición implica que hay una voluntad deliberada detrás de generar daño", explica Aruguete.

¿Cómo combatir esas desinformaciones en las redes? La entrevistada respondió que hasta el momento la principal estrategia para desactivar y desalentar la circulación de noticias falsas es la intervención de chequeadores. Se trata de organizaciones que se dedican a verificar información publicada en redes sociales que puede ser potencialmente dañina.

"Nosotros hicimos estudios con Chequeado y Latam Chequea. En diferentes países se ha comprobado que la labor de verificación es eficaz a la hora de combatir la desinformación, independientemente de quién dependan esas instituciones. Eso no significa que sean una malla de contención para desactivar por completo esa información falsa, que circula más y más velozmente"explica Aruguete.

Si bien se trata de una herramienta efectiva, las fake news y noticias falsas circulan y se propagan a mayor velocidad que la intervención del chequeador. "Al mismo tiempo no está garantizado, que si vos le creíste a una desinformación cuando el chequeador la desmienta, vos le creas al chequeador sin anteponer resistencias cognitivas, pero esa es la herramienta que hasta ahora hemos observado como la más eficaz" afirmó la investigadora.

Quien escribe, sugiere que el mejor método de combatir la desinformación es chequear fuentes. De cada información que veo, preguntar: ¿quién lo dice?; ¿quién es su fuente?; ¿dónde está el video completo; ¿Hay un comunicado firmado al que puedo acceder?; si hay una cita, ¿de dónde está tomada y en qué contexto se dijo?; etc.

Incluso, al leer medios de comunicación también sirve chequear la noticia en distintos portales y, allí, construir la noticia total.

En una realidad donde los funcionarios y algunas estrategias políticas indican que es mejor informarse por X que por una agencia de noticias de calidad internacional como Télam, es importante resaltar el rol que cumplimos los medios de comunicación y los periodistas para combatir la desinformación, y particularmente, el rol que cumplimos los medios autogestivos que no respondemos a intereses corporativos, económicos, ni políticos.

¿Y si las redes sociales son la nueva "aguja hipodérmica"?

En resumidas palabras, la teoría de la aguja hipodérmica planteaba que los mensajes de los medios de comunicación generaban respuestas pasivas en las audiencias que aceptaban lo transmitido sin gran resistencia.

En este sentido, en las redes sociales hay una tendencia a que los usuarios y las usuarias se sientan motivados a compartir información con la cual tienen algún tipo de afinidad. A su vez, cuando una información los perturba o va en contra de sus principios, hay mayor propensión a evitar esa información y no continuar replicando.

"Eso no significa que nosotros siempre nos encontremos con información noticiosa que es acorde con nuestra forma de pensar y tampoco significa que no nos vayamos a encontrar nunca con información que que desafía nuestras creencias" indicó Aruguete.

Sumado a la acción de los usuarios, los algoritmos de las redes sociales también juegan un papel importante que refuerzan estas tendencias, porque "lo que quiere es aumentar tu deseo de seguir conectado y por ende de aumentar su monetización con los anunciantes" agregó la investigadora.

"Los algoritmos toman decisiones de distinto tipo para determinar qué tipo de información circula más activamente en nuestras comunidades. Te devuelven determinado tipo de contenidos que son acordes a las preferencias uno fue mostrando en su recorrido en las redes sociales. Si vos vas a buscar contenido que no necesariamente coincide con los tuyos o te querés informar sobre qué tipo de campañas de desinformación o de mensajes tóxicos están circulando en la política, es probable que el algoritmo te siga dando más de eso porque vos mostraste un interés sobre dicha información "

Natalia Aruguete

El rol que adoptan las redes sociales en el plano informativo es cada vez menor. Como ejemplo, podemos mencionar la limitación al contenido político que está realizando Instagram. Por defecto, y sin aviso, la red social oculta de los feed de usuarios, publicaciones sugeridas que podrían tratar temáticas sociales y políticas, afectando la circulación de información (abajo te dejamos un tutorial para desactivar esa limitación).

Por otra parte, desde que Elon Musk asumió la dirección de X (ex Twitter), ha eliminado sus áreas de moderación de contenido con lo cual no hay control que provenga desde la misma red social sobre la desinformación o discursos tóxicos.

Además, si tenemos en cuenta que existen fenómenos como el "speed watching" que refiere al poco tiempo que se le dedica a ver un contenido, antes de pasar a otro, la atención en las informaciones es poco certera. Muchas veces, uno mira un posteo y no lee la bajada, o toma un titular que ve en una publicación y no profundiza en la noticia presentada.

Siguiendo estas tendencias, se dan altos niveles de polarización en redes sociales, que en general producen que uno refuerce pensamientos y posturas políticas en lugar de cuestionarlas.

Al igual que le pasó a Milei con el Jumbot, de alguna forma en las redes tendemos a ver lo que queremos ver, y los algoritmos también hacen su parte, por más que no sea información cierta.

Sobre la pregunta que titula la noticia, Natalia Aruguete comentó lo siguiente:

"Las redes sociales son el principal espacio en el que circulan y consumen contenidos de todo tipo, entre ellos, contenidos noticiosos producidos por los medios de comunicación. La diferencia es que en ese ámbito, el consumo informático suele ser incidental, es decir que los usuarios de redes no siempre tienen un relación activa con la búsqueda de información sino que esta les llega a sus muros de manera incidental, no buscada. Dado que consumen noticias junto con otro tipo de contenido y mientras hacen otras actividades, la atención que prestan a la información es fragmentada y poco enfocada".

Discursos de odio

Saliendo del plano informativo, Aruguete nos señala su mayor preocupación sobre las redes sociales.

"Algo que me parece importante aclarar en este punto es que en la actualidad, con los niveles de polarización que hay, lo más importante y lo más preocupante que estamos viendo, no es tanto estrategias de desinformación sino sobre todo estrategias para crear y hacer circular mensajes tóxicos y discursos de odio".

El problema radica en que no hay muchas herramientas para desactivar esos discursos. "Hay plataformas que pueden bloquear o dar de baja determinado tipo de contenidos pero hay otras que han eliminado sus áreas de moderación como ha sido X desde que lo más asumió Elon Musk" explicó Aruguete y aclaró que en este punto no pueden cumplir ningún rol los chequeadores, puesto que, justamente, no hay información que chequear sino mensajes agraviantes que circulan.

Sobre esta temática, la entrevistada concluyó que, para limitar la circulación de discursos de odio, la estrategia de bloqueo de cuentas es muy efectiva.

El investigador, profesor en Ciencia Política, y especialista en vínculos entre las redes y la política, Ernesto Calvo, también expresó que es una herramienta que tiene buenos resultados.

En su cuenta de X, publicó: "No sólo está bien, sino que también es saludable bloquear de tu feed a los trolls políticos que mienten, atacan e insultan a sabiendas a otros usuarios. Cuanto más bloquees, los trolls más violentos sólo se seguirán unos a otros. ¡Por favor, bloquee a los usuarios descorteses y manténgalos fuera de su muro!".

Si te resulta interesante el tema de bloqueos y discursos de odio, te recomendamos la siguiente publicación de La Tinta y la nota que realizó Verónica Ferrucci al respecto.

Ramiro Quintanilla

Dedicado a la redacción por la tarde en la cooperativa. Comunicador. Me interesa lo político, el ambiente, los pueblos originarios, la salud mental, la cultura y creo que antes de decir hay que aprender a preguntar, o no?
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