Córdoba

Primera nieta recuperada de Córdoba: "A 40 pequeños años de democracia tenemos que seguir hablando de lucha"

"Memoria, verdad y justicia" es un consenso de la sociedad argentina desde 1983. Fue legitimado por la lucha incansable de Abuelas y Madres de desaparecidos durante la última dictadura militar y reforzado en los juicios contra los genocidas. Dialogamos con la primera nieta restituida en Córdoba, Astrid Patiño Carabelli. Astrid Patiño Carabelli es hija de […]

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"Memoria, verdad y justicia" es un consenso de la sociedad argentina desde 1983. Fue legitimado por la lucha incansable de Abuelas y Madres de desaparecidos durante la última dictadura militar y reforzado en los juicios contra los genocidas. Dialogamos con la primera nieta restituida en Córdoba, Astrid Patiño Carabelli.

Astrid Patiño Carabelli fue lozalidada en el año 1985 gracias al trabajo Abuelas de Plaza de Mayo.

Astrid Patiño Carabelli es hija de Gabriela María Carabelli y de Omar Nelson Patiño. Luego de un largo proceso judicial, en junio de 2022 recibió la sentencia que cerró una etapa de su vida y reivindicó la historia de su familia: obtuvo su DNI, con su verdadera identidad, la que le fuera robada cuando la secuestraron con su madre en abril de 1976 con tan solo dos años de vida.

Su historia, como la de tantos nietos restituidos, nos impulsa a creer nuevamente que la humanidad acabará triunfando, como dijo Goethe. 

Velar por la democracia que tanto costó recuperar

En diálogo con El Resaltador, Astrid hizo hincapié en la importancia de cuidar la democracia en el país: "A 40 pequeños años de democracia tenemos que seguir hablando de lucha porque los derechos humanos se conquistan luchando, siempre ha sido así”.

Cuando la sociedad adquiere derechos, el Estado tiene la obligación de garantizarlos. Sin embargo, esto no sucede siempre. Durante la última dictadura cívico-eclesiástica-militar, quienes tomaron el poder suprimieron todas las garantías constitucionales.

Los derechos humanos deben ser una lucha constante porque en la actualidad sigue habiendo casos de violencia institucional, porque desaparecen jóvenes, porque el acceso a la salud, a la educación, a una vida sin violencia y a la vivienda es desigual. Aunque parezca una obviedad, los derechos humanos no son cosa del pasado.

"Nuestro país tiene 40 años de democracia consecutivos, pero estamos constantemente en un hilo (...) para los que dicen que tienen ‘fiaca de votar’, recuerden que es un derecho adquirido ¿Cuántos otros tuvieron que luchar para que hoy podamos ir a las urnas mujeres y sectores minoritarios? Incluso hoy en día los jóvenes desde los 16 años pueden votar (...) hay que interesarse en participar en las instituciones, en lo que pasa día a día en la sociedad”, reflexionó la docente y activista por los DDHH.

Sonia Torres, titular de la filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo, junto a Estela de Carlotto, Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo

Para Astrid no basta con quedarse con el  “ya está, me da lo mismo” porque esa actitud no responde a la sociedad en democracia. Enfatizó que somos una comunidad, no individuos en un “sálvese quien pueda” y que no tenemos que dar por sentados nuestros derechos, porque siempre han sido conquistados.

Entre ellos es posible mencionar la educación pública o el acceso gratuito al sistema de salud.

“Toda la lucha del pasado es para darle luz a lo que pasa hoy, a los derechos que hay que reclamar” 

Astrid Patiño Carabelli, primera nieta restituida en Córdoba.

Su historia por la identidad

En 2022, Astrid recibió su partida de nacimiento original y se le otorgó su DNI con la identidad que heredó de sus padres biológicos. Este proceso tardó 46 años.

En agosto del 2022, Astrid Patiño Carabelli, primera nieta localizada en Córdoba, recibió el nuevo DNI con su identidad real.

Su madre, María, fue secuestrada el 2 de abril de 1976 y trasladada al Centro Clandestino de Detención y Exterminio “La Perla”. Mientras que su padre, Omar, fue secuestrado el 28 de diciembre de 1977, en Capital Federal. En enero del año siguiente, fue llevado a Córdoba por un grupo de tareas y permaneció en el mismo centro clandestino que su mujer.

Ambos fueron asesinados y desaparecidos. Astrid fue anotada con datos falsos en un proceso de adopción por un matrimonio de esta ciudad.

En 1983, Abuelas solicitó en la causa caratulada “Chorobik de Mariani María Isabel” que se investigara el paradero de la niña. Este pedido fue remitido a la Justicia Federal de Córdoba. En 1984, Astrid fue encontrada por la filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo.

“Mi historia es un ejemplo claro de cómo tenés que ir al Estado a arrancarle un derecho, en mi caso, a la identidad. A mi me secuestraron a los 3 años junto a mi madre y me cambiaron el documento, la partida de nacimiento, el nombre, todo. Cuando Abuelas me localiza, un juez determinó que me tenía que quedar con mi familia apropiadora porque no era sano para mí tener contacto con mi familia biológica. Ese fallo fue postdictadura, año '84, era lógico para esa época, algo que ahora no podemos ni pensar”, relató.

Luego de esa decisión judicial, toda su vida se dedicó a recuperar lo que le robaron: “Tuve que seguir, hice un caminito para encontrarme, y encontrar la historia de mis papás. No fue un proceso en soledad porque fue acompañado totalmente por los organismos de derechos humanos”.

Si Astrid no impulsaba esa lucha por su identidad, de cierto modo, era dejar que ganen los genocidas. "Esa identidad que me robaron no fue a mi sola, fue a mí y a mi familia, es la identidad que yo le prolongo a mis hijos".

Los derechos humanos en año de campaña electoral

Acercando la óptica hacia las juventudes, la entrevistada destacó que estamos a un mes de las elecciones presidenciales de octubre. Por eso promueve “ir a votar, pero con la convicción de que uno está haciendo un pacto, un consenso”.

Para Patiño Carabelli “no es simplemente voto esto o voto lo otro porque me dijeron, es un acuerdo de convivencia, hay que discutirlo, hay que sentarse en la mesa, en la esquina tomando una birra, en la puerta del cole. Hay que sentarse y hablar de qué se trata este proceso electoral, porque estamos organizándonos para los próximos 4 años”.

En este sentido, también llamó a militar por los derechos humanos, que no es tarea solo de las personas que salen a marchar todos los 24 de marzo. "No nos vienen servidos en bandeja, los tenemos que defender y reclamar".

En los tiempos que corren es central poder avanzar sin miedo, como nos enseñaron las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo. Un legado que debe ser cuidado, revalorizado y defendido por toda la sociedad.

Emilia Urouro

Encargada de la redacción de las notas y de generar contenido para las diferentes plataformas del Resaltador. Feminista, popular y nacional.
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