Magalí Fazzi, la primera entrenadora de rugby masculino en Argentina y Latinoamérica
Fue convocada a la selección Argentina sub-20 de fútbol, empezó a jugar al rugby y de ahí no paró más. Participó en el equipo nacional de Seven Femenino de Argentina y actualmente lidera el primer equipo de Necochea Rugby en la Unión de Mar del Plata. Magalí Fazzi es profesora de educación física y tiene […]
Por Macarena Jorge Caamaño | 09/24/2023
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Fue convocada a la selección Argentina sub-20 de fútbol, empezó a jugar al rugby y de ahí no paró más. Participó en el equipo nacional de Seven Femenino de Argentina y actualmente lidera el primer equipo de Necochea Rugby en la Unión de Mar del Plata.
Magalí Fazzi es profesora de educación física y tiene 32 años. Nació en Tandil, ciudad cuna de deportistas. Tras una extensa preparación, logró convertirse en la primera entrenadora de un equipo de rugby de la UAR.
La trascendencia de Fazzi marca un momento histórico que atraviesa la sociedad con el deporte, y a su vez, el deporte atraviesa a la sociedad: la inserción y naturalización de mujeres en puestos de deportes históricamente asociados como espacios de y para varones da cuenta de este proceso social. Cómo ocurre hace un buen tiempo con el fútbol, Magalí forma parte de esta ruptura de paradigmas sin precedentes.
Desde el comienzo de este año, Fazzi dirige técnicamente al primer equipo masculino del Necochea Rugby, conocido por los Tiburones, un club joven que compite en la Unión de Mar del Plata. La institución desafió las convenciones y preceptos al cambiar su enfoque organizativo, dio el primer paso y le otorgó a una mujer el timón del barco.
Antes de la ovalada, estuvo el fútbol. Fazzi comenzó a jugar a los 5 años, destacándose notablemente dentro de la cancha. Su talento le abrió las puertas hacia una oportunidad excepcional: a los 17 años fue convocada a la Selección Argentina Sub 20 para disputar un Sudamericano. Allí compartió plantel con varias jugadoras que luego representaron a Argentina en los últimos mundiales de la FIFA.
Esa experiencia tan temprana en el deporte internacional marcó el inicio de su carrera en el ámbito deportivo y la impulsó a buscar nuevos desafíos, incluyendo su incursión en el rugby.
No obstante, una lesión en el tobillo la marginó y obligó a detenerse por un tiempo y estuvo alejada de la canchas. Pero cuando volvió al ruedo, lo hizo de lleno con el rugby. Y el resto es historia.
En el 2012, cuando se mudó a la Plata luego de su lesión y ya decidida por el rugby, se dio cuenta que no existían equipos femeninos en la ciudad de las diagonales. Y no anduvo con vueltas: creó uno. Reclutó a 25 jugadoras, la mayoría estudiantes del interior de la provincia de Buenos Aires, y pese a su conocimiento limitado en el rugby, comenzaron a entrenar en el Parque San Martín. Así fue como se gestó el primer equipo de rugby femenino.
Su crecimiento en la disciplina la impulsó también a formar parte de la Selección Argentina Seven, y a cosechar experiencias en Australia. No obstante, la pandemia la llevó a Necochea, donde, como aquella vez en la Plata, no había rugby femenino.
Fazzi comenzó a entrenar a los Tiburones, equipo del Necochea Rugby de la Unión de Mar del Plata. Y así, en 2021, asumió el cargo de entrenadora del plantel superior del club. Actualmente también es manager de las Yaguaretés, el seleccionado argentino femenino de seven.
La entrenadora sueña con contribuir al desarrollo del rugby femenino en Argentina y cambiar la percepción negativa que algunas personas tienen del deporte, mostrando que la participación de las mujeres es disruptiva en una sociedad llena de etiquetas. Y a su vez, construyendo espacios sanos dentro del deporte.
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Tackleando y derribando viejas estructuras: un proceso compartido con el fútbol
Gracias a los movimientos feministas y a las políticas públicas que le devuelven a las mujeres los lugares que siempre les pertenecieron en el deporte, pero fueron históricamente expulsadas, hoy las niñas patean una pelota en los parques. El fútbol, último nido machista en nuestra sociedad, se legitima como la reparación histórica para con las mujeres.
Esa reparación trata de un proceso paulatino pero con cambios ya visibles. El fútbol, con su aguda expropiación desde la concepción de lo “masculino”, no hacía otra cosa que marginar a las mujeres y direccionarlas a practicar deportes “femeninos” como el hockey o el voley.
El rugby, dentro de la estereotipación de “deporte masculino” hoy junto a Magalí Fazzi y tantas otras mujeres que practican y aportan a la disciplina, está atravesando el mismo proceso disruptivo junto al fútbol.
Con una pelota redonda u ovalada, una vez más, el deporte actuando como vehículo de cambio e inclusión.
