Resaltadas

Lo que nos faltaba: las mejores lecturas del año

En la última e innecesaria semana del año, donde los días parecen ser un loop eterno de una escena navideña postapocalíptica relatada a medias por Landriscina y Moria. Y en consonancia con esos que se la pasan gritándole a la nada, a las nubes del cielo, acá van mis mejores lecturas durante este escabroso e […]

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En la última e innecesaria semana del año, donde los días parecen ser un loop eterno de una escena navideña postapocalíptica relatada a medias por Landriscina y Moria. Y en consonancia con esos que se la pasan gritándole a la nada, a las nubes del cielo, acá van mis mejores lecturas durante este escabroso e intenso año.

Por Cristian Montú

Creo que estamos todos de acuerdo en que la mejor escena de Esperando la carroza es la que protagoniza Angelita Pardo cuando entra al grito de ¿A dónde está mi amiga a dónde está? mientras China Zorrilla, Elvira, intenta explicarle sin éxito que se confundieron de muerta, que ahí no está su amiga. 

Y así como a la sorda poco le importan las explicaciones que puedan darle porque está decidida y obstinada en despedir a su mejor amiga, y mientras los rankings de mejores libros y lecturas del año inundan las redes sociales y plataformas en esta última semana del 2023 -semana innecesaria podríamos decir- donde los días parecen ser un loop eterno de una escena navideña postapocalíptica relatada a medias por Luis Landriscina y Moria.

Muchas de esas recomendaciones que llueven sin parar online se parecen al momento exacto en que alguien decide pararse en el medio de la nada y gritar o hablar gritando. Y como yo también soy uno de esos que le gritan a la nada, a las nubes del cielo, acá van mis libros preferidos, leídos durante este escabroso e intenso año:

“Kafka en la orilla” de Haruki Murakami 

Un adolescente de quince años huye de su casa en Tokyo dejando atrás al padre que tanto odia, un documento confidencial sobre un hecho inquietante ocurrido en las montañas de un pueblo rural durante la Segunda Guerra Mundial y un anciano con discapacidad intelectual que tiene el poder de hablar con los gatos son algunos de los ejes que se tejen y entrecruzan en esta gran novela del autor japonés.

Publicada en por primera vez en 2006, Kafka en la orilla (Tusquets Editores) es quizás, en mi humilde pero importante opinión, la mejor de todas las novelas de Murakami porque su estilo literario está en su máximo esplendor y porque además, el realismo nostálgico de Tokio Blues queda atrás para darle paso al surrealismo que todo lo modifica y deforma.

En las más de setecientas páginas que componen esta historia se van sucediendo y anclando búsquedas que están lejos de ser personales porque de sus resultados depende la existencia del resto de la humanidad. Y sin dudas cada uno de los personajes va a encontrar lo que busca, ya sea que le guste o no, pero siempre entregándose a los designios del inevitable destino. 

“Dos veranos” de Elvira Orphée

Sixto está entrando en la adolescencia mientras intenta convivir con la familia de Don Joaquín. Desde chico fue adoptado pero con un propósito claro: ayudar en el almacén familiar, hacer los mandados necesarios dentro y fuera del pueblo, y ocuparse también de la madre que se encuentra postrada desde hace quince años.

A medida que el rechazo social va cercando a Sixto hasta colarse en el seno de su familia adoptiva, va creciendo en él un deseo irrefrenable de huir, de dar rienda suelta a la imaginación -que es lo único que posee- donde la fantasía le tiende trampas o él elige caer en ellas: “Nada mejor que los viajes en ómnibus para fantasear… Es un chico robado, y su verdadera madre una señora morocha (la preferiría rubia, mas no encuentra forma de conciliar su color con el de una madre rubia) pero bonita. Su padre es… ¿Qué será su padre? ¿Un diputado? Sí, por lo menos un diputado, todopoderoso…” 

Esta novela que estaba reposando en un rincón olvidado de la biblioteca a la que voy a leer puede catalogarse como el gran descubrimiento literario del año, así como también el encuentro con la figura de la autora, rescatada de las fauces del tiempo por la editorial cordobesa Eduvim.

“La carretera” de Cormac McCarthy

En junio de este año murió Cormac McCarthy y eso significa que sus libros van a ser reeditados, fáciles de conseguir en todas las librerías aunque a precios infladísimos. Y es también la señal para decirles que si es o era uno de sus autores pendientes vayan a por él porque no se van a arrepentir.

Un padre y un hijo recorren una carretera que atraviesa un país arrasado que ya no existe como tal. Buscan comida y agua potable pero también algún tipo de salvación más allá de los peligros y amenazas que abundan a montones en el camino. La muerte los acompaña en cada paso que dan.

En medio de tanta destrucción, cuando sobrevivir parece imposible e incluso innecesario, la travesía de estos dos personajes se convierte en el último bastión donde la llama de la esperanza se mantiene viva:  “...se sentó abrazándolo mientras le alborotaba el pelo delante de la lumbre para secárselo. Todo ello como un antiguo ungimiento. Que así sea. Evoca las formas. Cuando no tengas nada más inventa ceremonias e infúndeles vida.”

“La ciudad de las ratas” de Copi

Irreverente es el mejor de los adjetivos para calificar esta novela que de tan absurda tranquilamente podría ocurrir uno de estos días y no nos llamaría la atención. Y cualquiera que se sienta fácilmente ofendido ante el uso y abuso del lenguaje y las buenas costumbres debería alejarse de su lectura.

Copi oficia como traductor y nos anuncia al inicio que estas cartas fueron escritas por una rata y dirigidas a un querido amigo, en ellas va relatando el diminuto mundo de los desagües y sus peligros, hasta que finalmente ese mundo se engrosa con notoriedad y el destino de la humanidad y el planeta queda entre sus asquerosas patitas. 

Raúl Damonte Botana más conocido como Copi, fue un historietista, escritor y dramaturgo argentino.

“Río de las congojas” de Libertad Demitrópulos

Además de tener uno de los mejores títulos que una novela argentina podría haber recibido, Río de las congojas (Ediciones del Dock, 2007) es la historia de María Muratore, eterna enamorada -y destratada- por el mismísimo fundador Juan de Garay.

La fundación de Santa Fe es el punto de partida para que los personajes de la novela se crucen en las calles de la ciudad o en otras latitudes pero atados por el mismo hilo del destino.
Escrita con un lenguaje teñido de poesía y originalidad, el paisaje casi salvaje se cuela por entre las escenas y por momentos realidad y fantasía se fusionan, son una misma cosa, un todo indisoluble… ¿Acaso no funciona así la realidad?

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