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Discursos peligrosos, cuando las palabras siembran intolerancia

En plena pandemia, la información que circula en medios de comunicación y en redes sociales juega un rol clave. Las palabras son claves, el relato de un hecho puede generar malestar y ciertos niveles de violencia e intolerancia, a veces verbales a veces físicos. Un monólogo nos hizo pensar en los discursos de odio. En […]

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En plena pandemia, la información que circula en medios de comunicación y en redes sociales juega un rol clave. Las palabras son claves, el relato de un hecho puede generar malestar y ciertos niveles de violencia e intolerancia, a veces verbales a veces físicos.

Manifestación anti cuarentena. Crédito: Bigbangnews.com

Un monólogo nos hizo pensar en los discursos de odio. En su último programa, el periodista Jorge Lanata incluyó un comentario sobre Carla Vizzotti, especialista en enfermedades infecciosas y secretaria de Acceso a la Salud, la cara visible del Gobierno ante la pandemia.

¿Qué sucedió? En su postura de opositor férreo al oficialismo, cuestionó algunas posiciones de la funcionaria y acto seguido, se refirió a su aspecto físico.

"No solo cambió de opinión, sino de look", dijo Lanata y mostró una foto de la especialista con lentes puestos y otra sin lentes. Luego agregó: "Así se empieza Carlita, tres pandemias más y podés terminar así", y mostró una foto de una modelo.

Su comentario no solo refleja una mirada machista, sino que fue el disparador para pensar en aquellos discursos que generan reacciones intolerantes en la sociedad. En este caso, nos referimos a los discursos de odio. Que día a día leemos, vemos y escuchamos por diferentes medios.

Primero, es necesario definir el concepto. Para ello, tomaremos como fuente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La ONU explica que no existe una definición jurídica internacional del discurso de odio y la descripción de lo que constituye “odio” resulta polémica y controvertida. A pesar de esa salvedad, brinda su marco conceptual sobre el tema.

El organismo considera que "discurso de odio es cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que sea un ataque o utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o un grupo sobre la base de quiénes son o, en otras palabras, en razón de su religión, origen étnico, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad".

Además, agrega que en muchos casos, estás manifestaciones comunicativas tienen raíces en la intolerancia y el odio, o los genera y, en ciertos contextos, puede ser degradante y divisivo.

¿Sabías qué..en lugar de prohibir el discurso de odio como tal, el derecho internacional prohíbe la incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia?

"La incitación es una forma de expresión muy peligrosa, ya que tiene por objeto explícito y deliberado dar lugar a discriminación, hostilidad y violencia, que también podrían provocar o incluir actos de terrorismo o crímenes atroces", explica el texto consultado de Naciones Unidas.

Es decir, el derecho internacional no exige que los Estados prohíban el discurso de odio que no alcanza el umbral de la incitación. Así mismo, la ONU destaca que a pesar de no estar prohibido explícitamente, este discurso es altamente perjudicial.

Ahora bien, ¿Esto sucede en Argentina? Si. Por ejemplo, hace menos de una semana, un grupo de periodistas - de C5N, Crónica, medios alternativos de Comunicación Popular- fue agredido. Estos trabajadores se encontraban cubriendo las protestas realizadas en el Obelisco en rechazo al aislamiento social por la pandemia de Covid-19.

"Desde lo político, vimos lo que había anticipado el Presidente: si se busca instalar un discurso de odio, hay que ir desarmándolo porque, si no, sucede lo de ayer, se agrede al que piensa distinto", dijo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. El dialogo con Radio Con Vos se registró el 10 de julio.

En ese marco de protestas, el funcionario fue conciso, reiteró que el discurso de odio que deben repudiar y desarmar es el que se vio en esas manifestaciones, donde había carteles con leyendas del tipo:  "Fase 1: fusilar políticos. Fase 2: fusilar sindicalistas. Fase 3: Argentina despega".

Cafiero, consideró que hay que buscar otros mecanismos para exponer las preocupaciones, angustias o reclamos que no sea poniéndose en riesgo ni los manifestantes ni terceros. Tendiendo en cuenta el contexto sanitario y epidemiológico.

Los discursos dañinos son amplios, y tiene muchos difusores. Algunas y algunos periodistas de medios hegemónicos, algunas políticas y políticos conservadores, una parte de la sociedad...

"Se están explotando los medios sociales y otras formas de comunicación como plataformas para promover la intolerancia. (...) el discurso público
se está convirtiendo en un arma para cosechar ganancias políticas con una retórica incendiaria que estigmatiza y deshumaniza a las minorías, los migrantes, los refugiados, las mujeres y todos aquellos etiquetados como 'los otros'", resaltan desde Naciones Unidas, en un documento del 2019.

Al leer el párrafo anterior, destaco la vigencia de esa afirmación. Discursos violentos hacia periodistas, hacia inmigrantes de países limítrofes, hacia mujeres y diversidades, circulan diariamente en la sociedad argentina. Por eso, la sociedad debe desarmarlos, en pos de una convivencia para todas y todos.

Emilia Urouro

Encargada de la redacción de las notas y de generar contenido para las diferentes plataformas del Resaltador. Feminista, popular y nacional.
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