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Radiografía electoral 2021: Frente de Todos

Con perspectivas de derrotas seguras en CABA, Mendoza y Córdoba, y de complicado panorama interno en Santa Fe, las esperanzas de la coalición oficialista residen en la provincia de Buenos Aires, la provincia nacional. Por Matías Mowszet Presentarse a una elección legislativa como oficialismo nacional tiene ventajas y desventajas. La ventaja es que el poder […]

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Con perspectivas de derrotas seguras en CABA, Mendoza y Córdoba, y de complicado panorama interno en Santa Fe, las esperanzas de la coalición oficialista residen en la provincia de Buenos Aires, la provincia nacional.

Principales cuadros del armado nacional del Frente de Todos.

Por Matías Mowszet

Presentarse a una elección legislativa como oficialismo nacional tiene ventajas y desventajas.

La ventaja es que el poder te ordena y te acomoda las fichas al interior del espacio político, te da recursos y herramientas para resolver desacuerdos con cargos y carteras vacantes que siempre andan rondando y, sobre todo, legitima de manera inequívoca la lapicera de quien ejerce la primera magistratura. En este caso, el presidente Alberto Fernández tuvo que compartir la tinta con su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y con el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

Ellos constituyen las tres patas de poder del Frente de Todos que, como toda fuerza de Gobierno ante unas elecciones legislativas de medio término, contó con estas ventajas y cerró, salvo en sonadas excepciones como Santa Fe y Tucumán, de manera muy armónica y tranquila las listas en los principales distritos del país.

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También sufrió la desventaja típica de una fuerza gobernante en este tipo de comicios y es la falta de candidatos. En general, un oficialismo suele tener a todas sus principales figuras públicas ocupadas en roles ejecutivos o legislativos en curso.

Sergio Massa, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Foto: La Nación.

La forma de revertir esta complicación es potenciar la marca electoral con la que uno compite. Lo demostró Cambiemos cuándo sólo esa denominación llevó a Esteban Bullrich, un personaje menor de la política argentina, a derrotar a Cristina en las legislativas de 2017.

Con perspectivas de derrotas seguras en CABA, Mendoza y Córdoba, esta última, de lucha por un improbable segundo lugar, y de complicado panorama interno en Santa Fe, las esperanzas de la coalición oficialista residen en la provincia de Buenos Aires, la provincia nacional.

La elección bonaerense siempre se nacionaliza y este fenómeno tiene dos motivos: el primero es el peso electoral, la provincia concentra el 37% del padrón nacional. El segundo es la representatividad, Buenos Aires suele acompañar los resultados que se dan a nivel nacional, con la sola excepción de la elección de 1999 cuando el radical Fernando De La Rua fue electo presidente, pero el peronista Carlos Ruckauf fue votado gobernador.

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Para esta ocasión, el binomio salió fácil y corresponde a la suerte de doble comando peronista que tiene el distrito. Encabeza la persona que pedía el presidente (Victoria Tolosa Paz), secunda un elegido por el gobernador Axel Kicillof (Daniel Gollan). Balance, representatividad, solidez y buenos cuadros políticos. Lo que falta, quizás, es conocimiento e imagen. El Gobierno tendrá apenas un mes y medio para apuntalar las candidaturas y cubrir ese déficit.

Si el Frente de Todos gana la provincia de Buenos Aires, tendrá su foto de festejo en los diarios del lunes siguiente. El problema radica en los antecedentes. La última vez que el kirchnerismo ganó una elección exclusivamente legislativa en la provincia de Buenos Aires fue en 2005 (hace 16 años), cuando Cristina derrotó por 25 puntos a Hilda “Chiche” Duhalde. Después, todas fueron derrotas: Néstor Kirchner contra Francisco De Narváez en 2009 por 2 puntos, Martín Insaurralde contra Sergio Massa en 2013 por 12 puntos y Cristina Kirchner contra Esteban Bullrich en 2017 por 4 puntos.

El resto de los distritos presenta menos suspenso. Leandro Santoro en CABA y Anabel Fernández Sagasti en Mendoza. Ambos con el mismo objetivo: no perder por tanto.

La otra: Leandro Santoro candidato del Frente de Todos: La otra resiste un  archivo
Candidato a Diputado nacional por CABA, Leandro Santoro. Foto: Minutouno.com.

Santa Fe es el único distrito en el que la coalición va a internas. Será la lista del ministro de Defensa, Agustín Rossi, y la vicegobernadora Alejandra Rodenas contra la nómina del comentarista de fútbol y senador provincial Marcelo Lewandowski y la senadora camporista María de los Ángeles Sacnun. El Gobierno nacional apuesta a esta segunda lista, aunque Rossi resiste la soledad y los intentos de bajarlo con un empeño tan hidalgo como quijotesco.

La preocupación en la Casa Rosada es que, por afinidad de núcleo duro, Rossi podría ganar la interna pero quedaría con un techo bajo para unas generales contra el verdadero enemigo del Gobierno: Juntos por el Cambio. En cambio, la opción moderada que representa Lewandowski tiene muchas más posibilidades de reunir adhesiones en sectores reacios en noviembre, pero necesita superar el escollo de septiembre.  

Lo que se juega el presidente en esta elección es nada menos que la gobernabilidad. Necesita que su espacio crezca para tener mayoría propia en ambas cámaras o, al menos, una minoría potente más numerosa que la de la vereda de enfrente y que pueda alcanzar consensos con sectores intermedios. Este último escenario es el que el Frente de Todos viene sosteniendo en la Cámara de Diputados desde hace dos años.

Córdoba

A las perspectivas del frentetodismo cordobés las dejó claras la diputada Gabriela Estévez en radios nacionales, cuándo admitió la imposibilidad de ganarle a Juntos por el Cambio en esta ocasión y reconoció que el objetivo es “lograr el segundo lugar”.

Si despejamos la X la ecuación está clara: hay que apuntarle al gobernador Juan Schiaretti.

Es por este motivo que ambas listas (al Senado y a Diputados) están protagonizadas por dirigentes con reciente pasado en el armado schiarettista: Carlos Caserio y Martín Gill, respectivamente. Este último fue particularmente difícil de convencer y dio el “sí” tras un encuentro con Alberto Fernández, que se metió de lleno en el armado de su fuerza en la provincia más hostil de la Argentina para el kirchnerismo.

Candidatos del Frente de Todos en Córdoba.

El pragmatismo del peronismo tradicional hizo que, por primera vez, el kirchnerismo de Córdoba arme una lista con sentido estratégico y no como un simple reparto de torta entre espacios internos. Más allá de la calidad o de lo acertado o errado de las decisiones, la lista se construyó pensando en el votante y no en el militante.

Esto, obviamente, dejó varios heridos en el campo de la militancia y generó reclamos sobre “aperturas” en los espacios de representación que fueron lo suficientemente marginales como para no incomodar a los seleccionadores.

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¿Qué pone en juego el frente en Córdoba?

Una banca en el Senado (la de Caserio) y una banca de diputados (ocupada por Pablo Carro).

La del Senado es probable que la pierda. Para conservarla, tiene la difícil misión de superar a la lista de Hacemos por Córdoba y quedar en el segundo lugar.

La de diputados, en cambio, la tiene casi asegurada (con Gill) y hasta tiene chances de agregarle un segundo escaño (que sería para Olga Ruitort).

Así, sin la estructura del PJ y con un espacio que, más allá de las incorporaciones, repite el esquema silvestre de los últimos años, el Gobierno nacional plantea su batalla cordobesa. 

Cristian Dominguez

Redactor y co-productor de contenidos para el sitio web y las demás plataformas de El Resaltador.
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