Por Lic. Noelia Benedetto MP 8136. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género. Terapeuta de vínculos sexo afectivos.
Antes de que empieces a leer esta nota quiero anticiparte que no se trata de qué técnicas o prácticas puntuales del BDSM vamos a exportar al sexo convencional sino de reflexionar acerca de los pilares y valores de la cultura BDSM para repensar nuestros guines sexuales.
Vamos a comenzar con un breve glosario de los términos Kinky, BDSM y sexo vainilla para que entiendas de qué estamos hablando, ya que suelen ser poco conocidos.
KINKY
Hay líneas de trabajo que consideran que el sexo Kinky debería agregarse a la sigla de BDSM (BDSMK) y otras que consideran que el término kinky o kink es un paraguas que engloba un conjunto de prácticas entre ellas el BDSM. Adhiero a esta segunda.
Sexo kinky (en español extravagante). No tiene una definición técnica, pero son experiencias íntimas, un intercambio de poder entre personas que pueden ser físicas, eróticas, sexuales, psicológicas, espirituales o una combinación de las mismas. Taormino usa la palabra torcedura: término abarcador para describir a las personas, prácticas y comunidades que van más allá de las ideas tradicionales sobre el sexo para explorar los bordes del erotismo.
También puede pensarse como una posición subjetiva que permite explorar nuestro erotismo y fantasías que escapan de lo hegemónico y que se alejan de los lugares comunes (prácticas, escenarios, protagonistas) que definen regularmente a un encuentro sexual. Hace referencia a prácticas sexuales que caen fuera de la convención, lejos de actos como la penetración vaginal, la autoestimulación y el sexo oral. Sexo Kinky proviene de la expresión inglesa que alude a lo torcido, para diferenciarse de lo «lineal» del sexo vainilla.
No es necesariamente sexo fuerte, se refiere a la introducción de constantes cambios para no entrar en la rutina. El ingenio, la sorpresa, el uso espontáneo de los espacios y recursos que están a mano son algunas de las opciones.
Kink se usa como un término inclusivo que cubre BDSM, sadomasoquismo, sexo pervertido, dominación y sumisión, juego de roles, sexo juegos, fantasía, fetiches, prácticas de inmovilización, de impacto y otras expresiones eróticas alternativas.
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BDSM
El BDSM es un acrónimo utilizado para englobar diferentes prácticas y aficiones sexuales que tienen que ver con las sexualidades alternativas o no coitocéntricas. Es un concepto de la sexualidad más amplio que va más allá de los genitales, que incluye prácticas que podrían considerarse fuera de la sexualidad como excitantes. Se utilizan estrategias que tienen que ver con la disciplina, con la dominación, con la sumisión voluntaria, con el dolor y con el placer. Y vamos generando situaciones eróticas con finalidad orgásmica o no que amplían lo que conocemos como sexualidad.
El elemento en común a todas estas prácticas es que se da de manera consensuada un intercambio de poder total o parcial. Una cesión del control del propio cuerpo o la conducta para el disfrute de las personas involucradas, están basadas en la comunicación, el respeto, la responsabilidad, el consentimiento entusiasta y la satisfacción mutua. Sin todos estos elementos no existe una práctica BDSM, sino un abuso. De todos modos, no hay ninguna conducta que , por sí misma, sea BDSM.
La sexualidad BDSM se suele asociar con un juego. Como tal, tiene sus reglas y sus límites, que deben ser establecidos previamente por quienes quieren experimentar este tipo de prácticas. Los límites no necesariamente son inamovibles, pero eso depende de la comunicación y la confianza que se genere entre quienes participen del juego, los hay blandos (negociables), duros (no negociables) y de escena (situacionales).
VAMOS POR PARTES
Las siglas B & D significan Bondage y Disciplina. D & S: Dominación y Sumisión. S & M: Sadismo y Masoquismo.
BONDAGE un modo de denominar a las ataduras o a las inmovilizaciones. Se puede realizar con sogas, cadenas, muñequeras, tobilleras, esposas, film. También se puede inmovilizar con la propia fuerza física. Una de las técnicas bondage más conocida es el shibari oriental, arte de las ataduras que incluye la suspensión de los cuerpos. Todas prácticas que generen restricción voluntaria de los movimientos o de los sentidos: vendar los ojos, tapar los oídos.
DOMINACIÓN/SUMISIÓN cuando alguna de las personas se coloca en un rol dominante, y la persona que se pone en el rol sumiso entrega el control de su cuerpo, vestimenta, placeres, postura corporal. Juegos eróticos que tienen que ver con el intercambio voluntario y consensuado de poder. Sobre qué áreas excita el dominio, cómo se sale del juego, duración, qué sucede si no quiero obedecer (castigos). Es un intercambio voluntario y consensuado de poder.
SADOMASOQUISMO Prácticas en las que se juega con los niveles de dolor desde el permanente aumento de la intensidad y de la excitación. Porque cuando sube la excitación también lo hacen los umbrales del dolor. Transformar el dolor en placer.
PALABRA DE SEGURIDAD Es la herramienta clave que se utiliza cuando alguien sumise no está dispueste a continuar con la práctica que se estaba realizando. Al escuchar esta palabra, se debe suspender por completo la sesión y entablar un diálogo para saber lo que incomodó/molestó a quien usó la palabra y proseguir a los cuidados necesarios. Es un código consensuado previamente, puede ser el del semáforo amarillo cuando necesitamos bajar la intensidad o cambiar lo que se está haciendo, rojo cuando queremos que todo frene de manera inmediata. Al elegir las palabras, tener en cuenta que no aumenten la excitación y tratar de que sea diferente al NO.
AFTERCARE La atención posterior al BDSM. Este cuidado debe ser propio pero también mutuo con lx compañerx de juego. Aunque debe hacerse de manera inmediata después de la escena de juego. Es una situación que también tiene que realizarse varios días después en la medida de las posibilidades de ambas partes.
SEXO VAINILLA
Si el kinky propone lo enrulado, impredecible, espontáneo, lúdico, sexo vainilla alude a todo lo contrario: al clásico gusto de helado como la opción normativa, repetida, predecible. Hace referencia a la manera más convencional de tener encuentros sexuales, debido a que el sabor es el más tradicional que existe. Se usa para designar el sexo (o a las personas) convencional, que cumplen estrictamente las normas establecidas de lo que es considerado «normal» en este momento en nuestra sociedad.
El sexo vainilla se refiere a los lugares comunes y básicos del mismo: este sería básicamente heterosexual, entre dos personas adultas, donde lo primordial es el coito y no se busca experimentar mucho más allá del genitalocentrismo y las vivencias orgásmicas. Francisca Molero, explica que lo que entendemos lxs sexólogxs por sexo ortodoxo incluiría el sexo oral y eliminaría el anal y las prácticas BDSM.
El término fue originado dentro de la comunidad BDSM como la forma de describir la forma de sexo más «suave». Ellxs conciben ciertas prácticas sexuales como ese sabor de helado: clásico, un poquito conservador y aunque bien hecho pueden ser delicioso, particularmente, les resulta demasiado suave, desabrido, insípido.
NOTA ACLARATORIA: Considero que este asunto no es para nada binario, lejos de eso, como todo en sexualidad más bien un espectro. No hay un sexo más superador que otro. No toda práctica, estilo, modo, forma o idea de cómo vivir una sexualidad no heteronormativa que se sale de «lo vainilla», califica irremediablemente como BDSM.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Las prácticas que engloba el BDSM y los pilares sobre los que se apoya puede contribuir a mejorar las relaciones. Ya que son actividades que se basan en la comunicación asertiva entre lxs a participantes, estableciendo unos límites bien determinados que no se pueden sobrepasar pero sí redefinir. Estas prácticas eróticas no convencionales muy diversas entre sí tienen en común que se realizan en un encuadre que no siempre aparece en el sexo vainilla: consentimiento entusiasta y consenso.
Al momento de consensuar el contrato sexual con nuestros compañerxs es importante la comunicación asertiva, sincera y honesta (como en cualquier otra parte de los contratos que realizamos con nuestros vínculos). El miedo a ser juzgados o que esto nos cueste la relación muchas veces nos reprime socializar el deseo de realizar ciertas prácticas o juegos sexuales.
Consensuar también implica hablar de límites. No para ponerle un coto a la situación, sino para que oficien de contención y de cuidado al erotismo y a lo sexualmente transmisible. No todas las personas están dispuestas a llegar a los mismos lugares. Inclusive habiéndolo consensuado previamente puede que adentrándose a determinada práctica ya no resulte tan excitante y quiera parar. Para ello el BDSM aporta códigos que se denominan Palabras de seguridad (pueden ser gestos también en el caso de que no se pueda hablar), para que se “frene” lo que estemos haciendo.
Valérie Tasso plantea: «Quizás tú quieras probar determinado juego, pero tu pareja no. Hay que respetarla. Por ello, es interesante hacer juntos esa lista y llegar a un acuerdo sobre las cosas con las que ambos os sentís cómodos y tenéis ganas de probar, así como aquellas que no queréis experimentar. Poner límites sobre determinadas prácticas es eso: poner límites y no rebasarlas. Jamás».
EL BDSM NO ES UN TIPO DE VIOLENCIA
Hablar de BDSM reaviva muchas veces representaciones sociales erróneas en el imaginario de las personas: se relaciona sólo con sadomasoquismo, violencia, carencia de salud mental. La realidad es que hay personas que se excitan a través de las privaciones sensoriales, los cambios de roles o el planteo de los mismos de manera estructurada y no ambivalente. O hasta inclusive con el dolor propiamente dicho, y esto no es violencia dado que está acordado de principio a fin previamente.
Tasso aclara: «A las personas que se escandalizan con estas eróticas, les diría que el BDSM, contrariamente a lo que piensan, puede llegar a ser la erótica más democrática que existe. Porque nadie hace nada que no quiera ya que todo es consensuado. Es la teatralización de las fantasías. No siempre se puede decir lo mismo del modelo convencional de sexualidad que nos han vendido. Y si no es consensuado, no es erótica ni es BDSM. Es simplemente abuso»,
ASPECTOS PARA APRENDER DEL BDSM Y APLICARLOS EN CUALQUIER TIPO DE GUIÓN SEXUAL:
- Desgenitalizar las prácticas
- Contratos sexuales explícitos
- Comunicación asertiva, sincera y honesta
- Consenso
- Consentimiento entusiasta (no basta decir que sí, tiene que ser deseado)
- Palabras de seguridad
- Negociación y establecimiento de Límites blandos, duros y de escena: Sí, No, Tal Vez y de cuidados en relación a la prevención de ITS.
- Aftercare
Finalmente junto a la lic. Aguirre pensamos que no se trata sólo de ampliar la experiencia erótica incluyendo el dolor o la dominación, esa es una lectura muy liviana de la cultura BDSM, sino de aprender habilidades que puedan aplicarse en otras partes de nuestra vida teniendo en cuenta las opacidades inherentes al consentimiento: cómo reclamar nuestros deseos, negociar lo que se quiere y necesita, establecer y comunicar límites, reconocer dinámicas de poder, celebrar la sexualidad y aceptar las diferencias.