Córdoba fue escenario de una nueva movilización contra las medidas sanitarias dispuestas por Nación por la pandemia. Un evento que mezcló comerciantes, grupos de derecha, anti cuarentenas y anti gobierno.
Por Emi Urouro
Organizaciones opositoras, la Multisectorial de Actividades Económicas de Córdoba, representantes de bares y comercios, movilizaron este martes 25 de mayo, con símbolos patrios -muy usados en marchas de la derecha- para repudiar el confinamiento establecido hasta el próximo domingo, ante el incremento exponencial de contagios en todo el país.
La marcha inició a las 16:00 frente al Patio Olmos. A pesar de las medidas vigentes, contó con gran asistencia y culminó frente al Cabildo de Plaza San Martin. En las imágenes que circularon, en redes sociales y medios de comunicación, la gran ausente fue la distancia social.
En relación al último punto, vale señalar que en las últimas 24 horas se notificaron 24.601 nuevos casos de coronavirus en Argentina, con lo que suman 3.586.736 los contagiados desde el inicio de la pandemia.
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La situación de Córdoba la posiciona entre las más críticas del país, durante cinco días consecutivos la provincia tuvo más de 2.700 casos cada 24 horas. Nuestra jurisdicción, actualmente, tiene récord de contagios y la ocupación de camas más alta de la pandemia.
Para ilustrar la última afirmación, el 14 de mayo, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) midió 94% de ocupación de camas en nuestra provincia. Sobre este punto, el investigador del Conicet, Rodrigo Quiroga, nos dijo: “lo que informa SATI, coincide con lo que sabemos por los médicos de los distintos hospitales de Córdoba, el Clínicas, el Rawson y el San Roque, que están sin una cama disponible”
A pesar de que existe esta información, de dominio público, ayer, en las calles de la Ciudad se mostró que algunos sectores no toman las medidas necesarias para detener el incremento de contagios, en un contexto de sistemas sanitarios colapsados, que se traducen en pérdidas de vidas humanas por falta de atención médica.
Porque no solo movilizaron algunos sectores de comercios, bajo el lema «queremos trabajar» sino que en la marcha las consignas fueron más amplias, un rechazó generalizado a cualquier medida sanitaria que tome el gobierno, sobre todo el Nacional: «defendiendo la República, la Libertad y el Trabajo»; «Hoy Córdoba tiene que volver a ser cuna de la revolución»; «Basta de dictadura»; «Vacuna militante, abuelos abstenerse».
Pero lejos de hablar de la aglomeración de personas en un contexto crítico a nivel sanitario y del hecho de que existe una restricción de actividades hasta el 30 de mayo, Mario Negri, líder de Juntos por el Cambio, decidió hacer foco en un hecho puntual: la denuncia de Cristian Soria, de la Red de Comerciantes Unidos, quién contó que policías de Córdoba fueron a su vivienda particular para notificarlo sobre el alcance del DNU nacional que limita las actividades no esenciales:
«La Policía de Córdoba ‘visita’ a comerciantes en su «domicilio particular» para notificarlos del DNU que prohíbe desarrollar actividades no esenciales? Qué es esa locura?», se preguntó de forma irónica, en su cuenta de twitter.
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Esas expresiones no se relacionan con la necesidad de volver al trabajo, sino que reflejan como la oposición aprovecha cada oportunidad que tiene para golpear las políticas sanitarias del Gobierno, particularmente del Nacional, ya que las autoridades provinciales no tomaron la iniciativa, sino que se limitaron a adherir al anunció presidencial…¿una forma de reducir el costo político de tomar decisiones?
Una postura que quedó expuesta, si tenemos en cuenta que el 24 de mayo, en dialogo con Radio Universidad, el ministro de Salud, Diego Cardozo, dijo: «Lo que queremos es que nuestra gente tenga claro que hemos superado el número de personas internadas que tuvimos en el año 2020 y todavía no estamos en el pico de internación de esta segunda ola. Es un momento muy, muy crítico, está en tensión nuestro sistema de salud y la gente nos tiene que acompañar. Solo debe salir a testearse si hace falta, o el control médico si es positivo, en esto no se tiene que demorar».
La crisis sanitaria y social es una realidad, lo que cuestiono es el uso político de una emergencia sanitaria, el jugar con la necesidad de las personas para ganar votos. Ya lo he dicho en otras notas, considero que la dicotomía salud-economía es falsa. Es decir, hay grises, hay políticas- tanto nacionales como provinciales- que se pueden aplicar de contención económica y social, que mitiguen las consecuencias del cese de ciertas actividades.
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A modo de ejemplo, a la vez que se anunciaba el nuevo confinamiento, se daban a conocer medidas de contención y asistencia para las familias y empresas afectadas por las nuevas medidas.
Sobre el punto anterior, se amplió, por un total de 52.000 millones de pesos, el Programa de Recuperación Productiva (REPRO) para atender a los sectores golpeados por las restricciones. En ese sentido, se incrementó el monto máximo del beneficio a $22.000 por relación laboral para los empleadores encuadrados en los sectores críticos y salud (en abril llegaba hasta los $18.000).
Entre el listado de actividades consideradas “críticas”, podemos mencionar al:
- Comercio de rubros no esenciales (indumentaria, textiles, cuero, calzado, electrónica, electrodomésticos, muebles y vehículos, entre otros)
- Comercio de ramas esenciales pero que en los últimos meses han estado afectados por la caída de la circulación (por ejemplo, kioscos, panaderías, heladerías y estaciones de servicio)
El Estado también confirmó la incorporación del sector gastronómico al REPRO y la reducción de las contribuciones patronales en sectores críticos.
Disminuir la movilidad social es clave para combatir el aumento de contagios, pero eso no quita que la situación económica debe ser contemplada, esto no significa usar las demandas de un sector para impulsar el odio hacia un partido político o Gobierno, significa darnos un debate serio y responsable como ciudadanos que atraviesan una misma crisis.