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22M Día del Clítoris: Clitopía

El 22 de mayo es el día internacional del clítoris. Para entender por qué el clítoris tiene un día es necesario hacer un revisionismo histórico.  Por Lic. Noelia Benedetto -MP 8136-. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género. Terapeuta de vínculos sexo afectivos. Acompáñame a leer esta triste historia El estudio del sistema clitorial es […]

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El 22 de mayo es el día internacional del clítoris. Para entender por qué el clítoris tiene un día es necesario hacer un revisionismo histórico. 

Por Lic. Noelia Benedetto -MP 8136-. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género. Terapeuta de vínculos sexo afectivos.

Acompáñame a leer esta triste historia

El estudio del sistema clitorial es relativamente reciente, tiene apenas dos décadas. El mérito corresponde a la uróloga de Australia, Hellen O’Connell, en 1998 publicó un paper especificando que el clítoris no era solo la parte visible (10% del órgano) y que se trataba de una estructura neurovascular mucho más amplia. En 2005, comprobó sus primeros hallazgos a través de resonancias magnéticas. O’Connell ha contado cómo en su formación médica inicial utilizaba libros de texto que nunca mencionaban el clítoris y que consideraban estos genitales como un “fracaso”. Así que se propuso comprender mejor esta parte del cuerpo.

Antes de ella, socializados varones como Galeno, Alberto Magno, Andreas Vesalius, Mateo Realdo Colombo, Gabriel Falopio, Regnier De Graff y, en el siglo XIX, Georg Kobelt estudiaron la genitalidad de las personas con vulva y sus apellidos dieron nombre a varios de los órganos que “descubrieron” (si esto no es patriarcado, el patriarcado dónde está).

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La historia científica del orgasmo se remonta al siglo V a.C. donde el padre de la medicina, Hipócrates, afirmó que para lograr éxito en la fecundación tanto hombres como mujeres debían tener un orgasmo. Aunque esto no es técnicamente cierto, dio importancia al placer femenino, al menos, en el mismo rango que el masculino. 

Galeno (129-216), llamaba al clítoris «ninfa» y pensaba que su función era ayudar a mantener el útero caliente, una especie de «gorro de clítoris» para tu «vagina». Esto tenía mucho sentido para los griegos, ya que todos sabían que las mujeres eran calientes y húmedas, mientras que los hombres eran fríos y secos.

Otro griego anterior, Estrabón, describió que los egipcios circuncidaban a sus niños y practicaban una escisión genital a las niñas. Y Sorano de Éfeso describió anatómicamente la vulva, así como una práctica para rebanar los clítoris “demasiado grandes”.

Los antiguos médicos árabes mantuvieron teorías y prácticas similares a las descritas por Sorano. Avicena lo reconoció como punto de placer sexual femenino, y eso fue recogido en la Europa medieval. 

En la antigua medicina griega y romana era conocido como “un locus erótico por derecho propio”. Se le llamaba puerta del vientre, lengua pequeña, garbanzo y arrayán. Con todo, la mayoría de las palabras utilizadas seguían sugiriendo que era pequeño.

En 1543, Andreas Vesalius, anatomista, médico respondió a los rumores de su existencia, desechándolo como “una parte nueva e inútil”.

En 1559 el cirujano y anatomista italiano Colombo publicó “Sobre las cosas anatómicas” que se basaba la experiencia de los cuerpos vivos. Describió el hallazgo de una cosa hermosa, “hecha con tanto arte”, la sede misma del placer erótico de la mujer: un pequeño oblongo que, si se frota con el pene o incluso simplemente se toca “con el dedo meñique”, provoca un gran placer y la salida de “semillas” en todas direcciones, “más rápidas que el viento”. Una de las palabras para el clítoris en latín era “gaude mihi”, que se traduce como “compláceme”.

La palabra «clítoris» no se utilizó hasta el siglo XVI. Los antiguos griegos y romanos llamaban al «pequeño hombre calvo» la «ninfa», la «baya de mirto», la «espina», la «bolsa de la lengua» o simplemente la «bolsa». La palabra en sí es un misterio etimológico, pero lo más probable es que derive del griego kleiein, que significa «cerrar». Puede ser una referencia a que está cubierto por los labios menores o a las teorías más antiguas de que el clítoris era una especie de puerta para mantener el vientre caliente.

Los científicos no estaban interesados directamente en el estudio del placer femenino, lo hacían porque se creía que ambos géneros tenían que llegar al orgasmo para que se produjera la concepción. El placer se consideraba necesario para la procreación, no algo que se pudiera experimentar sin ese propósito. A final del siglo XIX, Oskar Hertwig, entre otros, desentrañan el misterio de la procreación: el encuentro entre el óvulo y el espermatozoide regido por los ciclos menstruales de la mujer. Hecho que concluye que el orgasmo femenino no interviene en esa ecuación. 

Kate Lister, una profesora universitaria inglesa de Artes y Comunicación en la universidad Trinity de Leeds define como “el mayor acto de mansplaining de la historia de la humanidad”, de ejercicio masculino de “aquí estoy yo que te lo voy a explicar para que lo entiendas”, que dos anatomistas del siglo XVI reivindicaran haber descubierto el clítoris: Realdo Colombo y, Gabriele Falloppio. El nombre en realidad no se lo dio hasta 1615 Helkiah Crooke en una enciclopedia de anatomía.

En 1672 el médico y anatomista holandés Regnier de Graaf observó que todos los cuerpos femeninos que había diseccionado tenían uno visible. Continuó describiendo “otras partes” del clítoris ocultas en la zona grasa del pubis, incluidos los bulbos del clítoris. Comentó: “Sorprende que algunos anatomistas no hagan más mención a esta parte como si no existiera en absoluto en el universo de la naturaleza”.

En 1844, el anatomista alemán George Ludwig Kobelt utilizó clítoris disecados para ilustrar no solo la parte visible, sino también las partes internas. Kobelt inyectaba los vasos sanguíneos y linfáticos para comprender mejor cómo se suministraba sangre a los órganos eréctiles. Afirmaba que había muchos más nervios en el clítoris que en la vagina, y lo consideraba mucho más importante para el placer sexual.

Un médico del XIX, en su hospital de Paddington, defendía como tratamiento de múltiples enfermedades (epilepsia, catalepsia, histeria, dolor de espalda y ceguera) la extirpación quirúrgica (clitoridectomía).

Fake news y otras yerbas...¿Alguien quiere pensar en el clítoris?

Un análisis que la artista estadounidense Sophia Wallace popularizó en su charla TED cuando dijo: “¿cómo es posible que llegamos a la luna y anduvimos caminando por 29 años antes de descubrir la anatomía del clítoris?”

Después de que en el siglo XX se diera mayor importancia a la vagina y se divulgara la falsa teoría de que había dos tipos de orgasmos: uno vaginal y otro clitoriano, hoy se sabe que, sea por penetración o por estimulación externa, la vivencia orgásmica ocurre en el cerebro, pero la estimulación de los nervios del clítoris y el tejido adyacente es el camino más probable hacia esta. En el caso de la penetración, las partes internas del clítoris rodean la uretra y la vagina y son estimuladas.

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Las redes están repletas de notas que plantean que la única función del clítoris es la de generar placer. Esto es una fake news, Graziottin & Gambini (2015) describen que el clítoris tiene 2 funciones comprobadas hasta el momento: sexual y protectora. En 2019 se publicó en la revista Clinical Anatomy, un estudio donde el fisiólogo reproductivo Roy Levin sugirió que la excitación del clítoris cambia el revestimiento del tracto reproductivo para que sea más probable que se produzca la concepción. La revisión señala que la estimulación del clítoris activa el cerebro para causar una combinación de cambios en el tracto reproductivo que favorezca la disposición para recibir y procesar espermatozoides, de modo que se logre una posible fertilización del óvulo.

Entre estos cambios se incluyen la mejora del flujo sanguíneo vaginal, un aumento en la lubricación de la zona, un incremento en el oxígeno y la temperatura vaginal, y lo más importante, un cambio en la posición del cuello uterino, que es la entrada al útero. Este cambio aleja el cuello uterino de la reserva de semen y evita que viaje al útero demasiado rápido, lo que permite darle tiempo al esperma para que se vuelva móvil y se active para fertilizar el óvulo.

La erección de los bulbos del vestíbulo del clítoris, protegen a la uretra durante la penetración, para evitar el trauma mecánico que esta podría generar. Es por esto que cuando la persona con vulva no logra una buena erección de su clítoris, por diversas dificultades sexuales (del piso pélvico, falta de lubricación, dolor, etc.); la uretra y vejiga son vulnerables a este trauma mecánico, generándose infecciones urinarias recurrentes.

También resuena este titular que comunica que el clítoris tiene el doble de terminaciones nerviosas que el pene. Lo cierto es que no hay investigación científica que compruebe la afirmación de que el clítoris humano tiene 8,000 terminaciones nerviosas, ni el doble de las del pene. Esta fake news viene de un estudio realizado en bovinos y mencionado en The Ciltoris, por Thomas Lowry (publicado en 1976). El doble de terminaciones nerviosas fue encontrado en clítoris de vacas en comparación con el miembro del macho. 

Investigaciones recientes de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, presentada en una reunión científica conjunta de la Sexual Medicine Society of North America y la International Society for Sexual Medicine realizadas sobre el tejido donado por personas trans que han pasado por una cirugía de reafirmación de género, realizaron el primer recuento conocido de fibras nerviosas en esta zona erógena y detectaron que contiene más de 10.000, un 20% más de lo estimado hasta el momento (Blair Peters).

Curiosidades

Tanto el clítoris como el pene son alimentados por los mismos nervios y que las terminaciones nerviosas de ambos son comparables en tamaño, el clítoris también tiene la capacidad de ser eréctil externa e internamente. El tejido eréctil se llena de sangre al excitarse y se extiende hasta 9 cm, lo que lo hace más grande que un pene no excitado.

Esto es importante porque, una vez excitado, los “bulbos” del clítoris se extienden hasta tocar la vagina y la uretra. Todo el clítoris mide una media de 9 a 11 cm., y el glande 1cm,. El glande es la parte exterior del clítoris y se sitúa en la zona superior de la vulva. Está total o parcialmente cubierto por un pequeño capuchón protector, llamado también prepucio. En el glande se concentran una cantidad enorme de terminaciones nerviosas.

Por otro lado, el clítoris es la única parte del cuerpo que crece pero no envejece, su capacidad de disfrute tampoco se altera con el paso del tiempo. Cuando la persona llega al climaterio es 7 veces más grande de lo que lo era al nacer.

Todas las especies de mamíferos con vulva tiene clítoris pero sólo los seres humanos han evolucionado para utilizarlo como placer sexual. Pero muchas hembras mamíferos también pueden experimentar placer sexual gracias al clítoris.

Para ir acabando...

Aunque se ha avanzado bastante, desde la negación, hasta la invisibilización, queda mucho por trabajar, ya que en pleno 2023 hay muchas personas que aún no son capaces de identificarlo y en sociedades se practica la mutilación genital o la ablación del clítoris, una práctica reconocida internacionalmente como una violación de los Derechos Humanos.

El horizonte es dejar atrás esa “clitoridectomía crítica”, término acuñado por Paula Bennett para describir la escasez de literatura médica o estudios relacionados con esta parte del cuerpo. El movimiento Cliteracy (clitorización) está creciendo y su objetivo es fomentar el autoconocimiento de las mujeres y la búsqueda valiosa de la salud y el placer sexual.

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