¿Vamos a mirar arriba o no bancamos la presión?

El viernes pasado, Netflix estalló a raíz de la película No miren arriba, que nos recuerda a los films noventosos de catástrofes y heroísmo, como un Armageddon, pero con una mirada de fondo que interpeló a parte de la sociedad ¿o no causó nada y seguimos avanzando hacia crisis humanitarias, ambientales y sociales sin sentir nada al respecto?

Imagínate que te dicen que en seis meses y catorce días, un cometa va a estrellarse contra la Tierra, más precisamente en el mar Pacífico, cerca de Chile - nosotros y nosotras ahí al ladito- y bueno, que se viene la extinción. Imagínate que te dicen eso, y nadie hace nada, o peor, lo estás imaginando y no te genera nada, seguís la vida, o peor aún, estás re movilizado o movilizada, y las personas que deben tomar decisiones no hacen lo suficiente para revertir el fin de los tiempos, o sea, de tu tiempo.

Si viste la película No mires arriba, debés conocer esa narrativa, palabras más, palabras menos, es la historia que inicia el film. El cometa de entre seis y nueve kilómetros de ancho –mucho mayor al que acabó con los dinosaurios– es descubierto por la estudiante de un posgrado de Astronomía Kate Dibiasky y su profesor Randall Mindy en lo que aparentaba ser una jornada de trabajo cotidiana.

Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Jonah Hill, Mark Rylance, Tyler Perry, Timothée Chalamet, Ron Perlman, Ariana Grande, Kid Cudi y Cate Blanchett, son las y los protagonistas de esta pieza que rompió todas las expectativas, fueron dirigidos por el guionista Adam McKay.

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La vi, y dije "ja ja, conozco a un par así", hasta ahí venía bien, ajena a la falta de respuesta, de acción ante el fin del mundo, la cosa se puso rara cuando dije: "para, eso está pasando, algunos políticos son esto, y los empresarios manejan el destino de las naciones. Y no estoy reaccionando". O sea, venía bien, hasta que me di cuenta que nadie es ajeno, que en mayor o menor medida, vamos hacia el colapso climático, hacia el hambre global, hacia sequías que afectarán vidas, sin exigir respuestas, sin pensar realmente en los daños que hacemos.

Si bien, hay activismos ambientales, sobre todo conformado por juventudes, que no paran de trabajar, no paran de salir a las calles, por ejemplo, Xrar en Argentina, o Jóvenes por el Clima, que se encuentra en cientos de países, la política internacional y nacional, aún no da respuestas efectivas al cambio climático, a la pobreza estructural, al acceso a la salud, vivienda, trabajo, educación...todavía las brechas marcan el ritmo de la sociedad.

El cometa de la peli es una metáfora, refleja todos los eventos catastróficos que podrían ser evitados, si las personas que deciden las políticas de acción escucharán a la comunidad científica, a los activismos, a los perjudicados por las consecuencias de la pobreza y la destrucción ambiental. Y si la sociedad entera, tomara una participación activa en los asuntos que le conciernen.

Por ejemplo, un informe elaborado con datos de servicios meteorológicos del mundo entero, reveló que los años entre 2015 y 2021 serían los más cálidos registrados en la historia hasta ahora. Ahora, más local, en Argentina, los picos de altas temperaturas y las olas de calor podrían durar hasta 60 veces más en 2050. ¿Y qué hacemos?.

En una conferencia de prensa virtual, por el film, Leonardo DiCaprio, sostuvo: "El mundo se está desmoronando y parece que a nadie le importa". Y si Leo, re de acuerdo.

La mayoría de la humanidad, y casi todas las empresas, son máquinas de consumo y producción sin límite. No digo que esto sea general, porque hay quienes buscan modos sustentables de generar recursos, y consumos más amigables con el ambiente...pero aún así, el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán.

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La apatía social no solo se ve con nuestro trato al entorno, esta indiferencia y falta de emoción por lo que nos rodea, llega a lo humano, económico, a la salud y a la educación. Lo vimos con la pandemia, con el resurgimiento de grupos anti vacunas, lo vemos con la pobreza, acá estamos, en una Argentina con 3.8 millones de chicos pobres y con privación de acceso a derechos básicos.

Y todo el panorama se complica, si quienes están en cargos políticos no piensan en soluciones, o incluso, niegan la existencia del problema. ¿Cuántas figuras públicas han bastardeado al cambio climático? Desde Trump, hasta Milei, y una cantidad ridícula de usuarios de redes sociales.

Meryl Streep, genia de la vida, imita a la perfección esta figura de político ajeno a toda realidad. Indiferente a todo dolor, excepto al propio. Defensores de sus ganancias, y de las de los empresarios que bancan sus campañas. También la manipulación mediática, que todo lo endulza, o que informa livianamente...¿qué pasa con el fin social del periodismo, mostrar lo que los poderosos no quieren que se muestre?

Magnates de las tecnologías, esos que en la vida real viajan al espacio por diversión, Gobiernos que no velan por el pueblo, periodistas que nada dicen... eso muestra la película, eso pasa en la realidad. "No miren para arriba" es el lema de quienes niegan el daño que puede causar el cometa, "Mirá arriba", es el lema de quienes están del otro lado...¿Vamos a mirar arriba o no bancamos la presión?

En esta nota: cambio climático, cultura