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"Uso tu cultura para mi moda": una revictimización permanente

La apropiación cultural es un término ampliamente utilizado, sobre todo en moda, dónde abunda esta problemática. En esta nota: su definición e implicación. Por Sol Cortez Se considera apropiación cultural al acto de adquirir elementos culturales que identifican a una determinada cultura por otra. Por lo general, en un uso indebido y con un sesgo […]

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La apropiación cultural es un término ampliamente utilizado, sobre todo en moda, dónde abunda esta problemática. En esta nota: su definición e implicación.

Por Sol Cortez

Se considera apropiación cultural al acto de adquirir elementos culturales que identifican a una determinada cultura por otra. Por lo general, en un uso indebido y con un sesgo de racismo y colonialidad. En la moda encontramos las siguientes prácticas comunes: las trenzas africanas, teñir la piel para que parezca más oscura, maquillajes que emulan ojos rasgados, pantalones “bahianos”, bandoleras de yute, entre otras.

Otra forma de observar la apropiación directa, es con diseños que muestran estampas o métodos de construcción artesanales y pertenecen a culturas tribales u originarias. Se replican los ejemplos de diseñadores y diseñadoras que compran artesanías a bajo costo las incluyen en sus colecciones y luego no referencian a artesanos y artesanas. Incluso grandes cadenas de fast fashion se hacen eco de estas prácticas.

Ante un primer acercamiento, podemos decir que la problemática reside en que se replican estampas típicas de una comunidad sin sus consentimientos. Pero ¿Por qué sucede esto? Si nos posicionamos desde el lugar de una influencer que decide trenzar su cabello, desconociendo el origen de este peinado y que significa para la diáspora afro, seguramente la respuesta será que quizás le parecieron lindas y que dentro de muchos cambios de looks este será una más. Porque quién no tuvo o tiene un buda en accesorio o complemento para la casa. ¿Es realmente inofensiva esta práctica?

Este accionar completamente naturalizado, es profundamente racista. Y se sustenta en el hecho de que luego de cientos de años de apropiación y dominación por parte de una cultura hegemónica, que perpetúo un genocidio y persecución sobre los pueblos africanos e indígenas. Asentó las bases de un modo de reproducción social y económico centrado en su explotación y anulación identitaria. Qué hoy utiliza a esas mismas culturas que decidió aniquilar, para banalizar su idiosincrasia.

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La apropiación cultural está íntimamente relacionada al concepto de colonialidad y su crítica al eurocentrismo, que desarrolla el sociólogo y economista, Aníbal Quijano: “la elaboración intelectual del proceso de modernidad produjo una perspectiva de conocimiento y un modo de producir conocimiento que dan muy ceñida cuenta del carácter del patrón mundial de poder: colonial/moderno, capitalista y eurocentrado. Esa perspectiva y modo concreto de producir conocimiento se reconocen como eurocentrismo.”

Desde este eurocentrismo se replican figuras hegemónicas de hombres blancos y mujeres blancas, que por tendencia o “rebeldía” deciden apropiarse de una identidad que no les pertenece. Para perseguir la meca de lo “cool”. Son capaces de someter a otras culturas e incluso a ellos mismos para perpetuar un sistema que dispone de las grandes mayorías lo que desea, como vehículo para obtener más producción capitalista.

Deja de convertirse en una práctica inofensiva, para virar hacia un proceso profundo que merece un análisis acorde, que acompañe el camino hacia una descolonización.

Dentro de este mismo concepto podemos incluir como apropiación cultural, la re creación de looks que emulan la cultura de “gheto” o “villera”. En este último tiempo y con el auge del rap y del trap, vemos como miles de jóvenes se visten como si vivieran en barrios populares nacionales o internacionales. Estas estéticas son fomentadas por las grandes marcas que reproducen hasta el hartazgo escenas impostadas de barrio. Cuando los y las jóvenes que las viven, compran en ferias prendas de imitación de esas mismas marcas. Atrapados en un loop, ¿verdad?.

Famosas acusadas en diferentes momentos de "apropiación cultural"

Lo paradójico es pensar que mujeres y hombres blancos pueden utilizar atuendos y peinados que representan étnica o socialmente a otros grupos. Pero son estos mismos grupos, los que no puedan utilizarlos sin ser perseguidos y discriminados. Así decanta lo profundamente racista de esta problemática.  

La antropóloga Rita Segato también puede ayudarnos a pensar este mecanismo: “al continente le cuesta hablar del color de la piel y de los trazos físicos de sus mayorías. Parece no haber discurso a mano para inscribir lo que de hecho es el trazo mayoritario en la tez de nuestras multitudes”

Segato va a utilizar el término mestizaje etnocida, definiéndolo así: “utilizado para suprimir memorias y cancelar genealogías originarias, cuyo valor estratégico, para las élites se ve, a partir de ahora, progresivamente invertido para hallar en el rostro mestizo, no-blanco, indicios de las persistencias y la posibilidad de una reatadura con un pasado latente, sublimar y pulsante que se intentó cancelar”

La apropiación cultural es una revictimización permanente de aquellos y aquellas que han sido silenciados. Y aunque en América Latina se ven rastros de nuestras culturas originarias, desconocemos profundamente hábitos y costumbres que incluyen saberes ancestrales. Si bien es difícil pensar que este sistema pueda hacer algo para evitar que esto suceda, más bien lo contrario. Encontramos algunas formas de evitarlo. La inmersión sobre las prácticas de nuestros pueblos originarios que aún resisten, la aproximación hacia nuestra historia negra, pensando en la comunidad afro, la escucha activa y respetuosa puede evitar que caigamos en la apropiación cultural, pero también nos ayudará a pensarnos como consumidores responsables.

En los últimos días se editó "Voces de la Artesanía: Diálogos para prácticas sustentables". Una suerte de manual en el que la Universidad Nacional de Córdoba participó para aportar herramientas que nos permitan evitar prácticas de reproducción cultural dañinas. Si te interesa conocerlo podes descargarlo gratis acá

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