Resaltadas

Todo fuego es político: tiempos de prevenir y reflexionar

El fuego y los incendios son clave para mantener la concentración de oxígeno adecuada en la atmósfera. El problema es que como especie humana hemos alterado tanto los elementos naturales que condicionan los ambientes que se generan situaciones incontrolables y violentas.  Por Magdalena Gavier El fuego es uno de los elementos más tradicionales de la […]

🕒  7 minutos de lectura

 | 

El fuego y los incendios son clave para mantener la concentración de oxígeno adecuada en la atmósfera. El problema es que como especie humana hemos alterado tanto los elementos naturales que condicionan los ambientes que se generan situaciones incontrolables y violentas. 

Por Magdalena Gavier

El fuego es uno de los elementos más tradicionales de la historia: junto con el agua, la tierra y el aire, ha sido venerado por múltiples comunidades y usado como elemento sagrado por más de una religión. De los cuatro elementos, es el único capaz de reducir en polvo gris lo que sea que se encuentre en su camino en sólo cuestión de segundos. 

El fuego, como todo, es energía: nos puede calentar en invierno, puede ayudar a cocinar nuestros alimentos, e incluso defendernos. Pero también puede ser drástico y dar un destino catastrófico a cualquier circunstancia, en cuestión de minutos puede quemar vidas que tardaron miles de años en crecer (un bosque entero, una gran diversidad de especies de animales, viviendas, literal lo que sea que se cruce en su camino). 

¿El fuego es necesario?

La respuesta es sí. El fuego y los incendios son clave para mantener la concentración de oxígeno adecuada en la atmósfera. Ayudan a mantener en equilibrio la biodiversidad del planeta a través de la renovación del suelo. Hasta ahí venimos bien. El problema, como suele suceder, es que como especie humana hemos alterado tanto los elementos naturales que condicionan los ambientes (bosques y pastizales), que se generan situaciones incontrolables y violentas. 

Datos que arden

El 5% de los incendios son generados por causas naturales (rayos que caen en la tierra, o la actividad volcánica, entre otras). El 95% restante es ocasionado por la actividad humana: desde la quema forestal para generar cambios profundos en el uso del suelo, hasta fogatas y colillas mal apagadas en lugares muy secos.

En la provincia de Córdoba, los incendios son principalmente utilizados para modificar el uso del suelo a escala industrial. ¿Por qué? El valor económico del suelo quemado, ya sin vida, sin árboles, sin pastizales, sin cuencas hídricas, sin flora y fauna nativa viva, es muchísimo menor. 

¿Qué hacen con esos suelos? Principalmente se utilizan para la industria ganadera y agricultora, para circuitos deportivos (de autos y motos enduro especialmente) y, claro, para grandes “desarrollos” inmobiliarios para que vivan pocas personas. 

Te puede interesar: Barrios privados y un debate público

Si bien esas áreas quemadas no deberían poder utilizarse, la realidad es otra: cuando hay objetivos económicos y estrategias malintencionadas, el presente de los bosques se hipoteca facilísimo. Se decide en mesas bien chiquitas donde intervienen agentes inmobiliarios, otros terratenientes, algunos políticos y punto. En esas conversaciones no hay leyes que importen: ni la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos n° 26331 ni la Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos n° 9814 ni ninguna otra.

Y, como mencionaba en párrafos anteriores, el problema no es el incendio per sé, sino el descontrol y nuestra colaboración como especie humana en que el fuego se propague hacia espacios inesperados. Para ser más precisa y entender la gravedad de la situación de la que somos parte, quiero aportar algunos datos del Banco de datos sobre incendios de los últimos años:

  • En 2020 se quemaron 1.136.534 hectáreas de tierras en el país, mientras que en 2021 fueron 331.000 hectáreas.
  • En los últimos 30 años se quemó casi el 60% de la geografía serrana en la provincia de Córdoba.
  • En el último año se documentaron más de 9 mil focos de incendios en nuestra provincia, que terminaron comprometiendo más de 1,6 millones de hectáreas.
  • Para finales de 2020, Córdoba se llevó el puesto de la provincia con mayor cantidad de hectáreas arrasadas por el fuego y en 2021 fue Corrientes. 
  • Si bien hubo muchísimas denuncias, ninguno de los casos tuvo sanciones legales reales.

Incendios e inundaciones: opuestos complementarios 

Estos dos fenómenos son aparentemente opuestos pero van alimentándose en un círculo vicioso que parece no tener fin. La pérdida de bosque nativo a causa de incendios significa una enorme pérdida de masa forestal, y eso a su vez impide que esas tierras pierdan su capacidad de absorber agua de lluvias (justamente por estar concentrando su energía en recuperarse y volver a crecer). 

De hecho, especialmente en las zonas serranas, pareciera ocurrir precisamente lo contrario: la tierra incendiada se vuelve una especie de bajada donde el agua puede seguir su curso en forma de cascada. Seguramente algunxs recuerden aquel video de 2016 donde se ve cómo la corriente de agua pasa -literalmente- por el medio del living de la casa de una familia en Villa Allende. El motivo es el mismo: al no haber árboles y monte que absorba el agua, y justamente al estar desnutrida la tierra de esos sitios, la lluvia pasa de la manera más violenta llevándose todo a su paso. 

Te puede interesar: ¿Qué hay detrás de la ola de calor?

El mismo motivo hace que suceda algo opuesto en zonas llanas: la lluvia en vez de pasar de largo, se estanca por días -y hasta meses-. Un claro ejemplo de esto es lo que sucedió en la zona de la llanura pampeana en 2017: hubo campos enteros dedicados a la agricultura y ganadería donde el agua estuvo estancada durante 3 meses completos. Y claro que después esas tierras quedan sin posibilidad alguna de uso durante años, quedan totalmente lavadas y desnutridas. Esto sin mencionar la pérdida total de especies animales no humanas que se pierden diariamente a causa de incendios e inundaciones.

¿Qué podemos hacer?

Sabiendo que ya empezamos a transitar la época más crítica de cara a los incendios, sugiero anotar algunos contactos:

  • Si estás en la provincia de Córdoba y ves a alguien quemando, podés llamar a la policía al 101 y hacer la denuncia. Sino también podés llamar a los bomberos al 100. 
  • También podés llamar al 0800 888 38346 FUEGO o a los cuarteles de bomberos voluntarios de tu localidad.
  • Si ves animales en peligro denuncialo al Instituto de Protección Ambiental y Animal 35120891333/570.

Además, como siempre, hay algunas acciones básicas que podemos hacer más a modo preventivo:

  • Es importante que si vas a vacacionar o descansar a algún lugar con estas características te informes sobre los riesgos y seas un turista responsable.
  • No arrojar basura en ningún lado pero especialmente en zonas de riesgo forestal.
  • No fumar y arrojar fósforos y colillas en el suelo porque pueden ser un medio para generar fuego por la intensidad del sol.
  • Evitar hacer fogatas en zonas de riesgo forestal y en épocas de sequía. Si se hace una fogata en cualquier otro lado, colocar piedras alrededor y luego apagarlo con agua o tierra removiendo las cenizas.
  • Si está sucediendo algún incendio, podés consultar con organizaciones o brigadistas de la localidad afectada para acercar donaciones, difundir, o acercarte a ayudar (esto último sólo en el caso de que te lo soliciten quienes ya están trabajando en la zona).

En caso de vivir en una zona de riesgo de incendio forestal, el Gobierno Nacional dispone algunas recomendaciones que traigo tal cual del sitio:

  • No apiles troncos ni ramas cerca de la casa. Mantené el pasto corto y construí una línea de defensa de al menos 3 metros de ancho sin vegetación alrededor de la vivienda.
  • Mantené los techos, canaletas y desagües libres de hojas, ramas y pinocha, ya que en un incendio es material combustible que alimenta al fuego.
  • Si tenes pileta, mantenela con agua durante todo el año, ya que puede ser utilizada por los bomberos para controlar el avance del fuego.
  • Si contás con tubos de gas o un depósito de gas butano (Zeppelin), es muy importante que te asesores sobre las normas de seguridad apropiadas.
  • Si tenes depósitos con combustibles líquidos (nafta, gasoil), asegurate de que se encuentren en lugares libres de basura o leña y lejos de la exposición solar. Colocá cartelería informativa y a la vista.
  • Es recomendable usar rejillas matachispas en los escapes de los vehículos para circular por el monte.

Por otro lado, más a nivel general, es necesario que estudiemos la flora y la fauna nativa, y prioricemos el cultivo de este tipo de vegetación en las zonas que corresponden. No podemos permitirnos más plantar una palmera ni una conífera en las Córdoba. Además, entendiendo que todo esto es un problema ambiental pero también cultural, es importante que generemos espacios de diálogo y construcción colectiva. La reflexión, la mirada crítica y el debate genuino son semillas que germinan en pequeños cambios a la hora de habitar los espacios en los que estamos. 

Sigo sosteniendo que la clave está en re-pensar los vínculos con nuestra Tierra, investigar y exigir información, organizarnos, luchar de manera colectiva para defender nuestros derechos y promover y participar en espacios de debate. 

Si tenés comentarios, dudas, aportes, sugerencias, ideas, lo que sea, ¡escribinos! nos encantaría leerte. Podés escribir a cualquiera de las redes de El Resaltador (Instagram, Facebook o Twitter) o enviarnos un mail a: [email protected]

Enterate acá
Enterate acá

Relacionado

Enterate acá

Más de lo último