Los agrotóxicos están enfermando a las infancias argentinas

La Sociedad Argentina de Pediatría elaboró un informe sobre el impacto que tienen estos pesticidas en la salud infantil.

Por Carmela Laucirica

Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), en conjunto con el Comité de Salud Ambiental, se publicó un nuevo informe sobre el uso de agrotóxicos en Argentina. En este caso, se hizo hincapié en nuestras infancias, afectadas por el uso de pesticidas en los campos de todo el país. Con el aumento de los desmontes, el consecuente uso de las tierras para la agricultura intensiva y por ende el uso constante de agrotóxicos, la salud de quienes viven cerca de los campos corre peligro.

Hasta ahora, hablamos de información de público conocimiento, aunque poco tenido en cuenta por las grandes empresas. La falta de leyes o el incumplimiento de las vigentes impiden el control del uso de agroquímicos en el país. No así en países como México o Francia, que buscan un abandono progresivo del uso de los mismos hasta abandonarlos en 2035.

"Desde el año 1996 la cantidad de pesticidas que se aplican en el país aumenta permanentemente, por la extensión de cultivos de semillas genéticamente modificadas. Actualmente esos cultivos cubren 30 millones de hectáreas de un territorio donde viven (en pequeñas ciudades y pueblos) más de 12 millones de personas y tres millones de niños", explica el informe de la SAP.

Los pesticidas están en todos lados: en el suelo que habitan las y los niños afectados, el agua que toman y el aire que respiran. Hasta ahora, se pensaba y se estudiaba sobre los impactos de los agrotóxicos en la población que trabaja las tierras en donde estos se aplican. No se había considerado específicamente a las infancias. Sin embargo, numerosos estudios sobre contaminación indican que los ambientes están cada vez más infestados.

Uno de esos estudios pertenece a un grupo del CONICET de La Plata, que comprueba que el agua de lluvia contiene pesticidas en las provincias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Bs.As. Asimismo, en el capítulo 6 del informe del SAP aparece un dato alarmante. "La carga de exposición ambiental en todo el país es de 11.9 litros de pesticida/persona. Para la Provincia de Córdoba es de 25 litros/persona y para pueblos productivos cordobeses es entre 80 y 121 litros/persona", indica el documento.

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Existe una diferencia en la mortalidad según la ubicación

En las poblaciones rodeadas por pesticidas, el porcentaje de muertes por cáncer oscila entre el 30 y el 50%. Mientras que en el resto del país y en las grandes ciudades la cifra desciende al 20%. Otras patologías que aumentan en estas zonas son el hipotiroidismo, asma bronquial y trastornos reproductivos como abortos espontáneos, malformaciones congénitas y trastornos inmunológicos. Este último dato se desprende de estudios realizados por las Facultades de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario y de la Universidad Nacional de Córdoba.

El asma y los broncoespasmos en zonas fumigadas es más frecuente en niñas y niños

Tomando como referencia las observaciones de pediatras que trabajan en pueblos fumigados de Argentina, se pudo afirmar desde la SAP que las y los niños con asma bronquial y broncoespasmos en dichas zonas representan un porcentaje más alto respecto a otros lugares. El Estudio Internacional sobre Asma y Enfermedades Alérgicas en Niños (ISAAC) demostró que si bien el asma es un problema de salud a nivel global y frecuente en las infancias, los factores ambientales son determinantes para esta patología.

Así, según demuestran diversos estudios, la exposición a pesticidas y agrotóxicos en general acrecenta las tasas de asma . No solo en Argentina, sino a nivel mundial se han llevado a cabo pruebas con niñas y niños de hasta 14 años, en donde se comprueba que su proximidad a los agrotóxicos puede incidir en su propensión a episodios de asma o broncoespasmos.

La genotoxicidad del glifosato trae malformarciones en la niñez

En zonas agrícolas, el personal de neonatología y de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) observan un aumento de la frecuencia de niños que nacen con malformaciones congénitas. La tasa habitual en mamíferos no suele superar el 2%, pero en Santa Fe, Chaco, Tucumán, Misiones, Córdoba y Buenos Aires se han identificado cifras más elevadas.

En Monte Maíz, cerca de la ciudad de Marcos Juárez, durante 2014 se buscaron niñas y niños vivos con malformaciones congénitas mayores nacidos en los últimos 10 años. Se identificaron 853 nacimientos, de los cuales 25 presentaron anomalías congénitas, una tasa del 2.93%. Vale decir que no se tuvieron en cuenta menores con malformaciones fallecidos durante ese período, los cuales fueron 12 más y hacen ascender el porcentaje a 4.33%.

En los últimos años, se ha demostrado la genotoxicidad del glifosato, agrotóxico usado en la industria agrícola de nuestro país. Se trata de un avance muy importante, dado que es un aporte científico que hasta hace no mucho tiempo era totalmente desconocido. Incluso, al estudiar a personas ambiental y laboralmente expuestas a pesticidas en general y al glifosato en particular, se informaron tasas de daño genético superiores a las encontradas en poblaciones no expuestas a pesticidas.

En palabras de Reduas, "la genotoxicidad, confirmada en los daños en las cadenas de ADN de los núcleos celulares, significa biológicamente que cuando las rupturas en las cadenas de ADN no se reparan, ni la célula puede ser eliminada, se pueden provocar mutaciones de células germinales con impacto en la salud reproductiva".

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Dique Chico es un ejemplo claro de genotoxicidad

Sobre esta problemática, se hizo un estudio de genotoxicidad en niñas y niños de Dique Chico, que demuestra que hay daño genético en ellas y ellos. No ha habido síntomas visibles hasta ahora, dado que el paso del tiempo y la exposición a los agrotóxicos acentúan los futuros síntomas. "Aunque hoy esos niños no tengan síntomas como cáncer y ese tipo de cosas, los van a tener si siguen expuestos", indica Esteban, padre de una niña afectada, a este medio.

Lo que si ha habido en algunos niños y niñas son reacciones alérgicas en la piel o afecciones respiratorias, depende de cada persona. En lo visible, no es fácil demostrar que los agrotóxicos están dañando a las infancias. Por eso las y los vecinos de Dique Chico lograron comprobarlo con estudios géneticos. De 20 niñas y niños analizados mediante muestras de orina, se pudo indicar que en 6 hay presencia de glifosato.

En el caso de Esteban, quien decidió mudarse de Dique Chico por lo que sucede con los agroquímicos, notó que su hija de 6 años atravesaba cambios hormonales significativos mientras residían allí. Tras acudir a una especialista, mencionaron la exposición a los agrotóxicos que hay en la zona. Se les sugirió que esto podía ser la causa de las alteraciones hormonales. En ese momento, la familia de Esteban abandonó Dique Chico.

En el caso puntual de la hija del entrevistado, se le realizó el estudio de daño genético en dos momentos. Uno cuando residía en Dique Chico y cuando se mudó. El primero dio como resultado altos niveles de daño, mientras que el segundo dio niveles muy bajos. Esta comparación les permitió comprobar como familia que tras seis meses de haberse mudado, el riesgo disminuyó considerablemente.

Un dato alarmante sobre este pueblo, es que la escuela rural ubicada a 5 kilómetros está rodeada de campos. Hace no mucho tiempo, se decretó que no está permitido aplicar agroquímicos en un radio de 500 metros alrededor del establecimiento. El justificativo de la medida es preservar la salud de las y los niños. Entonces, ¿la Justicia acepta que los agroquímicos dañan a las personas? ¿Acepta que a mayor cercanía mayor impacto? ¿"Resguarda" la salud de las infancias cuando van a la escuela pero no cuando están en su casa?

En esta nota: Argetina, Dique Chico, infancias y agrotoxicos