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Elecciones Presidenciales: “Podría haber un cambio de capataz pero no de modelo”

A tan solo 9 días de las elecciones presidenciales en la República del Paraguay, conversamos con Federico Tatter, comunicador paraguayo y ex investigador de la Comisión de Verdad y Justicia de su país. El diálogo aborda la crisis de la hegemonía colorada, la influencia yanqui, el detrás del posible acercamiento a China por parte del […]

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A tan solo 9 días de las elecciones presidenciales en la República del Paraguay, conversamos con Federico Tatter, comunicador paraguayo y ex investigador de la Comisión de Verdad y Justicia de su país. El diálogo aborda la crisis de la hegemonía colorada, la influencia yanqui, el detrás del posible acercamiento a China por parte del candidato liberal y los Derechos Humanos en el país.

Como expresamos en la anterior nota donde abordamos brevemente el perfil de los dos principales candidatos a ocupar el sillón presidencial y la importancia regional y geopolítica de esta contienda electoral, llama la atención la escasa visibilidad de la misma en una coyuntura por demás áspera en lo que concierne al plano económico, político, ambiental y social a nivel mundial.

Para Federico, Paraguay es históricamente conocido “por el desconocimiento que pesa sobre sí mismo”. Sostiene que el país obtuvo cierto reconocimiento comercial luego de integrar el MERCOSUR pero siempre se caracterizó por la influencia estadounidense que tiene de rehén la soberanía política y económica paraguaya desde hace décadas.

“Paraguay es un país tutelado por Estados Unidos y la economía brasileña” afirma. Y continúa: “desde la dictadura de Stroessner hasta la actual democracia neoliberal, la soberanía nacional siempre ha sido moldeada según el interés geoestratégico de EE.UU a través de un partido hegemónico como el Colorado que maneja todos los hilos del poder”.

Para el investigador, lo que está en duda en esta elección, no es primordialmente la hegemonía norteamericana en Paraguay sino probablemente el interés de un “cambio de capataz” dentro del país y su probable acercamiento con potencias no alineadas.

Colorados en aprietos

Las últimas encuestas nacionales dan una leve ventaja al candidato del Partido Liberal Efraín Alegre. El Partido Colorado (PC), quien hegemoniza el poder político del país desde 1943 hasta la actualidad -con la sola excepción entre los años 2008-2012 cuando gobernó el Partido Democrático Cristiano de la mano del progresista Fernando Lugo- se encuentra (10 años después) nuevamente en aprietos, con el agravamiento de su crisis interna entre la facción de Horacio Cartés y Abdo Benítez. 

Para Tatter existe la posibilidad de una derrota del Partido Colorado sin que ello signifique un abrupto cambio del “modelo paraguayo”. “El Partido Liberal tiene más coincidencias con el PC y con una línea neoliberal que otra cosa” sentencia.

A pesar de que la coalición formada por Efraín Alegre (Partido Liberal) contenga en su interior distintos sectores progresistas, especialmente al Frente Guazú, cuyo referente principal es Lugo, Federico expresa que su agenda y propuesta no son primordialmente progresistas. Sin embargo, reconoce que el discurso del candidato opositor se concentró en la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado, y, además, prometió políticas a favor del sector indígena-campesino.

Diferenciar las diferencias con China en el ojo

Pero entonces ¿dónde radica la diferencia esencial entre ambos candidatos y partidos históricos?

 “Lo más destacable es un posible giro en la política exterior de Paraguay en relación a un posible inicio de las relaciones diplomáticas con China” define Tatter.

En principio, Alegre se ha expresado a favor de una apertura de las relaciones diplomáticas con China, tal como lo vienen haciendo una gran mayoría de países latinoamericanos, incluso Uruguay, quien está intentando lograr un acuerdo de libre comercio con el gigante asiático por fuera del Mercosur, lo que ha despertado tensiones con las demás naciones latinas que proyectan un acuerdo colectivo con la potencia.

Sucede que Paraguay -como expresamos anteriormente- es un país históricamente influenciado por los intereses norteamericanos, y por consiguiente alienado totalmente a su política anti China. 

En este sentido, el ex investigador alega que la expresa voluntad del candidato opositor va en consonancia con una demanda que crece en sectores del empresariado agroexportador paraguayo, que –en el marco de la creciente crisis mundial- se ven tentados a comerciar más con China que con el mundo occidental como hasta ahora lo han hecho. El mercado asiático se ha convertido en el principal demandante de las commodities que Paraguay y demás países latinos producen.

Esto último tiene sin cuidado a las autoridades estadounidenses que proyectan –por primera vez en un siglo- un problema al que identifican como inevitable ante la creciente influencia “roja” en la región a la que identifican como su “patio trasero”. 

Y como para muestra solo basta un botón, en los últimos meses, EE.UU ha logrado firmar un principio de acuerdo (que debe ser tratado en el Congreso) donde el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos se instalaría en la parte paraguaya de la mal llamada “Hidrovía Paraguay Paraná”. Lo que le trajo problemas diplomáticos con Argentina, quien se manifestó en contra de ello porque lo identifican como una plena militarización extranjera de la principal vía fluvial sudamericana en materia de comercio exterior latinoamericano.

Hidrovía Paraguay-Paraná

Tatter argumenta que la visibilidad de las elecciones paraguayas está aumentando a último momento a nivel internacional y ello “puede generar un impacto positivo en las relaciones comerciales y políticas del país con la UE y China, lo que podría acelerar la creación de una verdadera comunidad de naciones en el MERCOSUR ya que –a su entender- este conglomerado continúa siendo un encuentro meramente comercial de bienes y servicios pero no de proyecto político soberano e integracionista con propuesta de desarrollo y paz sobre la región y el mundo.

Derechos Humanos: ¿qué es eso?

Para Federico, las políticas públicas de derechos humanos en Paraguay han sido escasas, superficiales y sin planificación. No existe una autoridad rectora en derechos humanos y solo se han creado direcciones de bajo nivel institucional. “Cualquier gobierno que asuma después del 30 de abril tiene la obligación de institucionalizar políticas públicas permanentes en derechos humanos”, sentencia el comunicador.

La situación del país es crítica en materia de Derechos Humanos. Los sectores campesino-indígenas realizaron masivas movilizaciones durante el año pasado exigiendo una reforma agraria integral, protección frente al avance de la frontera agro-ganadera y del narcotráfico. La inflación y la pobreza van en aumento en un contexto de recesión mundial post pandemia donde Paraguay todavía no puede remontar. 

En este sentido, es importante destacar que el Estado de Paraguay continúa con su plan de exterminio hacia los integrantes de guerrilla EPP (Ejército del Pueblo  Paraguayo), violando acuerdos internacionales en materia de DDHH que se traducen en lamentables hechos como el  infanticidio -ordenado por el Presidente Abdo Benítez- sobre las niñas argentinas Lilian y María Villalba, el cual no tiene responsables imputados.

Paraguay define en diez días su rol en un entramado regional y mundial que se caracteriza por sus crisis permanentes.

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