La pandemia profundizó las desigualdades sociales, no es novedad, todos los días las organizaciones sociales denuncian esta situación. Quienes habitan en zonas rurales, resisten con escasos recursos y organización comunitaria.
Por Emi Urouro
Córdoba atraviesa la segunda ola de contagios de covid-19, que por las cifras, está demostrando ser más grave que la anterior. El sistema de salud, a nivel provincial, atraviesa momentos de máxima tensión, al día de la fecha, se encuentran internadas 2.780 personas en camas de unidades para adultos Covid-19, lo que representa el 79,3% del total de camas en la provincia.
Pero esta emergencia sanitaria no tiene una sola dimensión, afecta a la economía y a la sociedad de diferentes maneras, por ejemplo, ante las medidas para limitar la circulación para contener al virus, trabajadores y trabajadoras de sectores informales se vieron afectados gravemente.
En la periferia de la Ciudad y los barrios populares advierten que se ha triplicado la demanda en los comedores barriales y que, todavía, un porcentaje importante de personas de riesgo no han sido inmunizadas. Este contexto se repite en las zonas rurales de la provincia, aquellas alejadas de los centros que concentran la riqueza.
Si bien, a diferencia del 2020, ahora tenemos vacunas, esto no significa que no exista la exclusión – ya sea porque el Estado no llega o porque no hay recursos- en torno al acceso a la cura y a derechos básicos como el trabajo.
Las personas que habitan y trabajan en zonas de campos, en localidades más pequeñas, han sido contenidas por colectivos territoriales. Queremos visibilizar como viven la pandemia, porque los grandes medios solo cuentan de las ciudades ricas, por eso, nos comunicamos con Agustín, militante de la Federación de Organizaciones de Base (FOB).
«Los sectores más vulnerados la atravesamos de una forma preocupante y nos pone en una situación de desesperación es la disminución de ingresos económicos ya que al restringir actividades, nuestro trabajo que es el más informal y lo denominamos economía popular, es el más afectado con estas medidas», dijo el entrevistado.
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¿Qué demandas son las más urgentes para el colectivo?
- Incorporación al cronograma de vacunación de los y las trabajadoras sociocomunitarias en conjunto con el reconocimiento del trabajo estratégico que realizan.
- Que lleguen los alimentos a los espacios que trabajan en los barrios populares. Advierten que hay demoras y trabas, lo que dificulta poder garantizar la asistencia alimentaria de los y las vecinas.
- Que sigan pagando el aporte de las grandes fortunas los que están alcanzados por la ley, ya que con un porcentaje de ese aporte trabajan la integración urbana de sus barrios, una deuda fundamental en su camino hacia tierra, techo y trabajo para todos/as
Una buena noticia: En junio, desde la UTEP, conquistaron el aguinaldo para la economía popular, un avance más en el reconocimiento de nuestro sector y un derecho necesario para los trabajadores y las trabajadoras que vienen poniendo el cuerpo desde las diferentes ramas en este contexto de pandemia.
La FOB cuenta con unidades productivas, vinculadas al campo y trabajadas- en su mayoría- por familias rurales, como así también dirige merenderos y comedores, donde tratan de mantener todos los cuidados necesarios para no contribuir al la propagación ni tampoco contagiarse.
«Los comedores y las redes de solidarias las mantuvimos siempre, porque más allá de la crisis que genera la pandemia, transitamos nuestras vida en la crisis capitalista. Obviamente, se incrementó el número de comedores y raciones que se repartían», comentó Agustin.
Por otra parte, a las familias aliadas por casos positivos o contactos estrechos, no las asiste nadie más que vecinas y vecinos organizados, el militante de la FOB nos explicó que se les lleva las viandas de comida y mercadería a los lugares donde pueden hacerlo.
Si la inmunización es clave para salir de la pandemia… ¿Qué pasa con quienes tienen dificultades para anotarse? Agustín nos comentó que desde la FOB tratan, en las localidades pequeñas, ser en nexo para la distribución de vacunas y su aplicación, también en varios lugares hemos ayudado a compañeros y compañeras que tenían algun impedimento para anotarse.
«Notamos que hay una feroz campaña que emiten los medios hegemónicos en contra de las medidas de cuidado y así también en la misma vacunación. Por eso, ahora uno de nuestros desafíos es concientizar sobre lo importante que es anotarse para recibir la dosis y el cuidado en general de la salud»
Agustín, militante de la Federación de Organizaciones de Base (FOB).
Sobre el papel del Estado, el militante indicó que las ayudas tuvieron que conseguirla a través de la conquista de la lucha social. Al respecto, dijo que es una larga disputa de que cumplan con las necesidades y demandas para llevar a cabo una vida digna.
En esa línea, destacó que vecinos y vecinas son una parte importante de esta contención, porque en muchas copas de leches, comedores, roperos comunitarios, parte de esa ayuda llega a través de la contribución comunitaria.
Los trabajadores y las trabajadoras de la economía popular con mucho esfuerzo están sacando adelante sus unidades productivas para poder alimentar a sus familias en este contexto de pandemia. O nos salvamos juntos o nos hundimos por separado, dicen que dijo el poeta Juan Rulfo, y me pareció una buena idea para cerrar la nota.