El invierno se hace sentir, pero este año, no solo el frío impacta en los sectores más vulnerados de Córdoba, la emergencia sanitaria profundizó las desigualdades sociales. Ante este panorama, las organizaciones de base tejieron redes barriales que salvaron, y salvan, vidas.
Por Emi Urouro
La segunda ola de contagios de covid-19 está siendo más crítica que la anterior, el sistema de salud, a nivel provincial, atraviesa momentos de máxima tensión. La diferencia con el año pasado es que tenemos vacunas, pero todavía hay lugares marginados en cuanto el acceso a la cura y a derechos básicos como la alimentación y el trabajo.
Hay barriadas de noches más largas, de fríos más intensos, de platos vacíos, de calles intransitables. Lugares donde falla el alumbrado público, no hay cloacas. Espacios habitados por personas que no reciben respuestas a sus demandas.
Hablamos con Marisa Cariddi, Coordinadora de Barrios de Pie en Córdoba, y con Ludmila Orlandini Müller, integrante del Movimiento Evita y coordinadora del espacio Somos Pueblo en barrio Ampliación 1° de Julio, sobre cómo atraviesan la pandemia los sectores más vulnerados de la Capital.
“Vemos cómo el virus se ha ido propagando con mayor rapidez en diferentes franjas etarias. También ha afectado, en mayor intensidad, a los sectores vulnerables, en comparación con la primera ola”, dijo Cariddi.
El año pasado, a pesar de las condiciones de vida, marcadas por el hacinamiento y la falta de infraestructura, que dificultan garantizar la higiene o la distancia social, la situación pudo controlarse mejor.
La impotencia que no poder llenar todos los platos
Barrios de Pie, filial Córdoba, durante el año y medio de pandemia que atravesamos, ha duplicado la cantidad de comedores que tenían en la Ciudad, cuentan con más de 40, tanto en zona Norte como en zona Sur de la capital, abarcando toda la periferia, como también en el cordón del Gran Córdoba, y también tienen estos centros en 10 localidades del interior provincial.
La demanda en los comedores se triplicó respecto al 2020. La organización está en barrios que antes no trabajaba. En algunos sectores de los barrios más grandes de la Ciudad, entregan más de 400 o 500 viandas por día. En otros, este número no baja de 100 o 200 viandas diarias, una cifra que se refleja cuando no alcanzan los alimentos que reciben desde el colectivo.
Nuestro Hogar III; Juan Pablo II; Comercial; Pilcomayo 2; Parque Ituzaingo; Villa la Lonja, son algunos de los barrios en que la organización responde a las necesidades de las vecinas y vecinos. Pero los recursos escasean en un contexto de crisis social, económica y sanitaria.
Un Estado que no alcanza:
- A nivel nacional, las partidas alimentarias no han aumentado, reciben la misma cantidad que en 2019, es decir, no son proporcionales al incremento de la demanda.
- No hay diversidad de alimentos, se han reducido de 15 a 5 productos. Además, denuncian que la calidad deja «bastante que desear» y que, en algunos casos, llegan vencidos.
- Ante la falta de actualización de las partidas, han pedido a la Provincia que brinde un refuerzo, pero no han obtenido respuesta alguna. En estos últimos dos años, Barrios de Pie no ha recibido ningún tipo de asistencia en forma sistemática, tanto alimentaria como de elementos de higiene por la situación de pandemia.
La entrevistada nos señaló que la “Tarjeta Alimentar” no llega a cubrir toda la demanda de estos sectores vulnerados:
“Hay una franja muy grande que no tiene esta posibilidad de acceder para mejorar las condiciones alimentarias, son aquellas que no tienen documentos, no tienen residencia o no cumplen con todos los requisitos que piden, por ejemplo, existen familias con una pensión u otro ingreso en blanco en situación de pobreza y necesitan complementar con la Tarjeta Alimentar el abastecimiento mensual para la comida de los niños y niñas. Esto se ve en forma cotidiana: el incremento y la impotencia de muchos de nuestros compañeros de no poder llegar con la olla a cubrir la demanda que hay en todos los barrios”
El Movimiento Evita también está presente en los comedores y merenderos garantizando el alimento. Ludmila Orlandini Müller, advirtió que estamos frente a una crisis sanitaria y social que afecta a toda la sociedad pero que golpea más fuerte a los últimos de la fila. En este marco, considera que es fundamental la articulación que están teniendo las organizaciones sociales y el Estado para poder llegar con respuestas concretas a las familias que más están sufriendo esta situación.
“Colaboramos y somos puente entre políticas que se van generando en el estado y las familias que más lo necesitan. Tanto en el fortalecimiento alimentario, acceso a programas sociales, experiencias de trabajo que ayudan a transitar este momento. Ni el Estado solo, ni las instituciones barriales solas, ni las organizaciones solas pueden transitar lo que esta etapa demanda. El trabajo en red y mancomunado es la salida”
Ludmila Orlandini Müller, integrante del Movimiento Evita.
Cuidar a quienes están en la primera línea contra el virus y el hambre
Las organizaciones barriales, sociales, de contención, tuvieron que redoblar esfuerzos para cubrir las necesidades básicas de los sectores más vulnerados por las consecuencia socio-económicas que trajo la pandemia. Es importante resaltar que la mayoría de estos espacios de asistencia están conformados por mujeres y diversidades, quienes se han puesto al hombro las tareas para atravesar la crisis.
Desde el año pasado, aplican medidas específicas para luchar contra el virus, realizan testeos, promueven la alerta temprana de síntomas, generan protocolos sanitarios, arman juntas barriales para mejorar las condiciones de higiene y aislamiento en caso de contagios.
¿Qué pasa con las familias sin recursos que deben aislarse ante un positivo?
- Barrios de Pie: Una de las cuestiones que tienen en cuenta, cuando ocurren contagios, es la necesidad que tiene ese grupo con respecto a los alimentos durante estos 10 o 15 días que están aislados y no pueden salir. Desde la organización le garantizan la comida, se la dejan en la puerta de la vivienda, siguiendo el protocolo sanitario.
- Movimiento Evita: Tanto las organizaciones sociales, como las parroquias u otras instituciones que tienen fuerte presencia en el territorio asisten y contienen a las familias que deben aislarse acercando alimento, elementos de higiene pero también han podido articular con el Municipio y la Provincia para atender los casos más urgentes.
Por otra parte, en los comedores exigen uso de barbijos, cofias, delantales, guantes, y alcohol para higienizarse. Cariddi, resaltó que la organización de la que forma parte, a partir de marzo del año pasado, entregan viandas, la modalidad de trabajo sigue el formato de burbujas sanitarias, rotan turnos y grupos quienes están al frente de estos espacios.
“No cerramos los comedores porque consideramos que es un servicio esencial en los barrios ante la falta de empleos. En muchos hogares está faltando el alimento, al principio era una comida, ahora dos o más, por lo tanto, es indispensable que los comedores sigan abiertos”
Marisa Cariddi, Coordinadora de Barrios de Pie en Córdoba.
En relación al punto anterior, exigen el acceso a la vacunación contra el Covid-19 para trabajadores y trabajadoras de los espacios que entregan las viandas en los barrios populares.
Para Marisa, es necesario y urgente que estas personas sean inmunizadas, están en riesgo permanente por la cantidad de gente que están asistiendo, y todavía el Estado no los ha reconocido.
“Tres compañeras fallecieron por covid-19, no por contagio en los comedores, sino indirectos, a través de la familia, pero ha generado que tengamos mucho cuidado, cumplimos una tarea esencial que no podemos suplir” dijo la Coordinadora de Barrios de Pie en Córdoba.
Vacunas que llegan a la provincia, pero que tardan en llegar a los barrios
La inmunización contra el coronavirus es una cuestión que ven con suma preocupación, tanto en los sectores populares en las barriadas de la Ciudad de Córdoba como en las localidades del interior, se observa un porcentaje muy bajo de personas que han podido acceder a las dosis.
Según la entrevistada, esta problemática tiene que ver con varios aspectos, en primer lugar, la falta de información concreta por parte del Gobierno, para la promoción de la vacuna y la información sobre su importancia, “de que los efectos colaterales son ínfimos con respecto al beneficio que brinda”.
En segundo lugar, el acceso a la inscripción también es compleja, tiene ver con ingresar al CIDI, generar usuario, contar o no con conectividad, disponer de los dispositivos para poder hacerlo: “no es fácil y por lo tanto muchas personas ante la complejidad no lo hacen”.
Por su parte, Ludmila nos dijo que desde que llegaron las vacunas a Córdoba, lanzaron una campaña que se llama «El barrio se suma» para que nadie quede afuera, ayudan a las personas que no tienen CIDI (Ciudadano Digital) o que no tienen correo electrónico para acceder a la dosis contra el coronavirus.
Al respecto, la referente del Movimiento Evita dijo: “Lo que hacemos es recortar un poco esa brecha tecnológica y digital, y poder brindar acceso a las personas que no tienen un dispositivo móvil en su casa o que no cuentan con internet, para que puedan inscribirse a la vacunación y accedan a ese turno”.
Sobre la campaña, la entrevistada comentó que están teniendo «un saldo muy positivo», ya que muchas personas están accediendo a la inmunización gracias a sus postas sanitarias que tienen contenido de salud integral. Estos centros no solamente realizan la vacunación, sino que trabajan la prevención de enfermedades de transmisión sexual, la prevención contra el covid-19, la prevención contra la violencia de género y contra el consumo problemático de sustancias.
“También vemos dificultad a la hora de recibir los turnos. Hay personas que están anotadas desde hace un tiempo y no las llaman. Vecinas y vecinos con comorbilidades, patologías previas, esto es lo que llama la atención, que haya tan pocas personas vacunadas, teniendo estas características”
Marisa Cariddi, Coordinadora de Barrios de Pie en Córdoba
Ante este panorama, jóvenes y personal del área de salud de Barrios de Pie, han elaborado formas para facilitar la inscripción, convocando a vecinos y vecinas en los barrios, pero no llegan a toda la Ciudad de Córdoba, por eso, la Provincia, que tiene todas las herramientas, debería impulsar la vacunación en los sectores más vulnerados.
El trabajo en red como respuesta inmediata
La vacunación es fundamental para salir lo antes posible de esta pandemia. Una manera de revertir esta problemática, en cuanto a su acceso, podría encontrarse un sistema de inscripción a la vacunación sin que sea obligatorio tener un usuario de CIDI.
Podría darse la posibilidad para que estas personas se registren en un futuro, ya que la prioridad hoy es lograr el mayor porcentaje social de inmunización. O quizá, debería facilitarse un registro a través de un 0800 o de alguna forma más directa.
Nos interpelan las palabras de la coordinadora del espacio Somos Pueblo en barrio Ampliación 1° de Julio: “Lamentamos profundamente la pérdida de vidas y eso nos golpea, pero todos los días redoblamos esfuerzos con fuerza militante y nos organizamos en función de colaborar y con esperanza de que nuestro pueblo salga pronto de la pesadilla que es esta pandemia.
La salida es colectiva, se repite en los discursos políticos, en las redes sociales, en los medios de comunicación, pero la realidad nos muestra que la periferia sigue siendo una tierra excluida, donde llegan las consecuencias de la crisis, pero no las medidas para salir de la misma.