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¿Cómo impacta la sequía en los pequeños productores y la agricultura familiar?

Se habla de la pérdida de divisas para el país, de los problemas de ingresos de dólares que puede representar para las reservas del Banco Central, pero no se habla de las consecuencias para las familias que subsisten a partir del trabajo en la tierra. Conversamos con Santiago Soto del Instituto Nacional de Agricultura Familiar, […]

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Se habla de la pérdida de divisas para el país, de los problemas de ingresos de dólares que puede representar para las reservas del Banco Central, pero no se habla de las consecuencias para las familias que subsisten a partir del trabajo en la tierra. Conversamos con Santiago Soto del Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, al respecto.

¿Cómo impacta la sequía en los pequeños productores y la agricultura familiar?

La crisis hídrica por la que pasamos en Córdoba y en Argentina tiene consecuencias directas profundas en el territorio, y la sequía afecta principalmente a los pequeños productores y a la agricultura familiar.

Sin embargo, en la agenda mediática se trata la problemática de manera macroeconómica según los cálculos de la balanza comercial, por los menores aportes que generará el sector del campo.

“En base a los precios y toneladas que se proyecta exportar, el ingreso neto de divisas del agro queda USD 20.000 millones por debajo del año anterior. Además, es el segundo más bajo desde al menos 2010, ya que sólo el 2020 queda por debajo de este guarismo”, dice un trabajo de Emilce Terré y Tomás Rodríguez Zurro, economistas de la bolsa rosarina.

Si bien es destacable esa pérdida, la pregunta que queda por resolver es cuáles son las consecuencias para quienes laburan la tierra y tienen como sustento el trabajo de la agricultura o la ganadería a pequeña escala.

Sobre este tema, conversamos con Santiago Soto, coordinador de la zona noroeste del Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI).

El área comprendida en esta zona, incluye a los departamentos, Punilla, Cruz del Eje, Ischilín, Minas, Pocho y San Javier, entre otros.

Las consecuencias difieren según el tipo de producción que trabajan, pero todas se ven afectadas.

"Para la producción ganadera, lo que implica la sequía es que falte alimento para el ganado, sea bovino, caprino, etc. Porque se alimentan de la pastura, entonces si falta el alimento, la única que les queda a los productores es vender los animales antes de tiempo o comprar alfalfa o alimento balanceado. Obviamente, es un gasto, y muchos de los pequeños productores, no están en condiciones de enfrentar ese gasto".

Para el sector hortícola, las consecuencias son más directas porque la falta de agua diezma su cosecha y tienen menos capacidad de venta. "Sumado a que de por sí, están en una condición de fragilidad en cuanto a los precios que tienen que comercializar, con una producción débil y escasa, aumenta su situación de fragilidad", explica Soto.

Esa coyuntura de vulnerabilidad puede llegar a tener consecuencias más profundas como el peligro de que los pequeños productores tengan que vender más "capital" para poder afrontar la sequía, como ser insumos o las pocas tierras con la que cuentan.

"En muchos casos, genera que los productores no tienen capacidad para seguir en el campo. En muchos casos tienen que abandonar el campo. Muchos alquilan, entonces tienen que irse a otras tierras menos productivas o más alejadas, es algo que está sucediendo mucho en el cinturón verde de Córdoba que cada vez está más reducido y cada vez se van los productores más hacia Río Primero, Río Segundo, Pilar y a otras localidades".

La situación también genera un aumento en los costos de transporte de lo producido. Además, otra consecuencia podría ser una mayor concentración de tierras. "Todas estas situaciones van generando que las tierras que abandonan pasan, en muchos casos, a la agricultura más extensiva o dependiendo del lugar, al sector inmobiliario como en el sector periurbano de Córdoba o en sectores turísticos de las sierras", señala el coordinador del INAFCI.

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Ley de Agricultura Familiar

Para intentar paliar las consecuencias de la sequía en el sector de la agricultura familiar, desde el Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, existen algunos programas que llevan adelante.

"Desde el inicio de esta gestión de Miguel Gómez, que es un compañero que viene de las organizaciones de la agricultura familiar, se creó un programa para atender esta situación denominado Programa de Asistencia Crítica y Directa. Implica un apoyo económico circunstancial ante situaciones de urgencia en la que el productor no pueda seguir su ciclo productivo y no deje de producir. Ya sea comprar alimento ante una situación así o por ahí resolver alguna cuestión de agua, hacer un pozo de agua para poder contar con riego, con producción".

También existen otras iniciativas para fortalecer a los productores. En mayor medida, son para impulsar sistemas asociativos en la producción, comercialización y acceso a recursos como el agua.

El principal problema al que se enfrentan es la falta de un presupuesto que sea suficiente. "Por eso, constantemente se está reclamando por la reglamentación y presupuesto para la ley de Agricultura Familiar 27.118 que todavía no se termina de reglamentar".

La normativa propone un marco institucional para el sector que permita políticas a largo plazo, mediante un presupuesto propio que brinde previsión.

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Además, se crea el Régimen de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar con la finalidad prioritaria de incrementar la productividad, seguridad y soberanía alimentaria y de valorizar y proteger al sujeto esencial de un sistema productivo ligado a la radicación de la familia en el ámbito rural, sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica.

Estos incentivos permitirían aumentar la productividad del sector y promover la agroecología haciendo un aporte sustancial a la crisis climática.

La ley también propone el derecho al acceso a la tierra y las garantías correspondientes, un elemento crucial para la producción. De otra manera, la sequía generará una mayor concentración de tierras en pocas manos. Además, si se gestionan los recursos para la agricultura familiar, la producción podría aumentarse mediante mejores tecnologías que permitan el mejoramiento de los procesos.

Las consecuencias de no implementar la ley y que el estado siga persiguiendo las divisas del sector concentrado están a la vista: inflación, alimentos pobres en nutrientes y con agroquímicos, desgaste de la tierra por el monocultivo, producción destinada a la exportación y no al consumo interno, y, principalmente, el apartamiento de las familias campesinas e indígenas del territorio, su fuente de trabajo.

Ramiro Quintanilla

Dedicado a la redacción por la tarde en la cooperativa. Comunicador. Me interesa lo político, el ambiente, los pueblos originarios, la salud mental, la cultura y creo que antes de decir hay que aprender a preguntar, o no?
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